No son ni trampas ni callejones sin salidas los que se plantean acá. Solo unas astucias benévolas para que usted pueda comer en estos días de fiesta sin que su salud se lo reproche.
Diabetes, colesterol, triglicéridos... Estos y muchos otros trastornos interfieren en el momento en que se prepara a disfrutar de una cena llena de manjares.
¿Cómo evitarlo? Surge una palabra mágica: adaptar. Sí, puede participar a cualquier banquete si adapta el menú a su salud. Y si esquiva los alimentos que le puedan perjudicar. Veamos.
Para los diabéticos.-
Lo primordial es evitar ganar kilos. Es el mismo consejo que se les da a quienes sufren de obesidad. Aquí van entonces unos apuntes:
- Como parte del menú navideño se ofrecen salmón ahumado y quesos. Puede comer de ambos pero en pequeñas proporciones. Y acompañarlos con una tajada de pan integral tostado en vez de buscar un pan hecho con mantequilla y azúcar.
- Incluya sin temor en su cena productos de mar: camarones, mejillones y, por supuesto, pescado.
- Por lo general, el pavo viene preparado con un relleno rico en grasas. Y, por supuesto, ese relleno incluye alimentos dulces. Evítelos. Busque una buena tajada de pechuga, y acompáñela con castañas y almendras asadas. Puede así mismo incluir en su plato una papa pequeña o un poco de arroz cocinado sin grasas.
- No le tema terminar su cena con una tajada de queso. A pesar de ser generalmente alto en materias grasas, se le considera de todos modos como un alimento con cualidades pre y probióticas. No solo favorecen la flora intestinal sino que transmiten una sensación -muy bienvenida- de saciedad.
- Evite las gaseosas y demás bebidas dulces. Lo mismo que los licores y alcoholes mezclados con gaseosas u otras bebidas dulces. Una copa, o dos, de vino le será provechosa. La champaña no le hará daño si la toma en cantidades muy moderadas.
- Es difícil pero evite los postres. Prefiera más bien una fruta.
Colesterol alto.-
Ya lo sabemos: hay quienes sufren de colesterol alto como predisposición familiar y hay quienes lo reciben a través del excesivo consumo de grasas.
Es cierto que las cenas de navidad, año nuevo y todas las que se organizan en estas épocas suelen ser muy ricas en materias grasas. Mucha mantequilla, mucha crema, fritos, patés y foie gras...
Por supuesto, en la medida de lo posible, evítelos. Sin embargo, el pecadillo de una noche no será el que ponga en peligro su salud. Limite las cantidades bajo la condición de que haga dieta magra estricta los días siguientes. Dieta acompañada de ejercicio.
Triglicéridos.-
El compañero malvado del colesterol... Es decir: quienes sufren de altos niveles de triglicéridos suelen igualmente presentar colesterol alto. Lo contrario no es evidente: puede usted tener colesterol elevado sin por lo tanto presentar altos niveles de triglicéridos.
Contrariamente a lo que se suele creer, éstos no provienen de las grasas sino del exceso de azúcares.
En consecuencia, quien tiene triglicéridos altos debe evitar los alimentos que se convierten en azúcares tales como la harina y el arroz refinados, las papas, las pastas. Por supuesto, se incluyen en la lista los postres. Es mejor remplazar éstos por una fruta. Una, no muchas!
Hipertensión arterial.-
Si usted no mantiene una dieta adecuada, ningún medicamento será efectivo para nivelar las cifras de su tensión arterial. Como primera medida, es imprescindible que evite la sal.
La dieta que más le conviene, y que es apropiada en estos días festivos, es la que incluye muchas verduras y frutas mientras limita el consumo de carnes rojas y productos lácteos. Estos, por lo general, contienen mucha sal, igual que los alimentos ahumados como el salmón, y los jamones y similares.
A quien sufre de hipertensión no le conviene tampoco comer harinas refinadas ni productos de mar como las ostras, mejillones, camarones y demás. Son ricos en sal.
Alcohol y postres.-
La verdad es que no necesita tener la tensión arterial alta ni el colesterol ni los triglicéridos. Tampoco necesita ser diabético. Simplemente, en lo que se refiere al alcohol, la mesura debería ser la norma común a todos nosotros.
Los hombres soportan mucho mejor el alcohol que las mujeres: su organismo y el hígado maneja con mayor eficacia la bebida que los de la mujer. Así que para ellas es aconsejable tomar menos copas. De hecho, los médicos aconsejan una medida para las mujeres y dos para los hombres. Se trata de privilegiar el consumo de vinos y champaña. El whisky, que no tiene azúcar, está producido con cebada que sí se convierte en azúcar. Y, como ya dicho, evitar al máximo las mezclas. No solo producen embriaguez con más facilidad y rapidez, sino que son menos saludables que el alcohol simple.
En cuanto a los postres... Si le es posible, limite las cantidades. Y, también, si le es posible, escoja los que menos crema contengan. El tradicional panettone, herencia exquisita de Italia, es engañoso. Sí, se parece a un pan pero no es menos calórico que cualquier ponqué!
Y el ejercicio.-
Desplegar grandes esfuerzos físicos bajo el pretexto de querer matar la resaca es pésimo. El cuerpo está intoxicado por el alcohol, el corazón puede fallar si se le expone a demasiado trabajo.
Así que sí, excelente que haga sus ejercicios. Pero vaya con calma. Nadie lo está persiguiendo... Más bien descanse y ahorre sus energías para el día siguiente, cuando haya eliminado el alcohol.
Y finalmente, ¡Muchas felicidades! Disfrute cuanto pueda y renueve sus energías. Es un momento ideal para la familia y los amigos. Aprovéchelos...