miércoles, 23 de diciembre de 2015

Comer sin remordimientos



No son ni trampas ni callejones sin salidas los que se plantean acá. Solo unas astucias benévolas para que usted pueda comer en estos días de fiesta sin que su salud se lo reproche.

Diabetes, colesterol, triglicéridos... Estos y muchos otros trastornos interfieren en el momento en que se prepara a disfrutar de una cena llena de manjares. 

¿Cómo evitarlo? Surge una palabra mágica: adaptar. Sí, puede participar a cualquier banquete si adapta el menú a su salud. Y si esquiva los alimentos que le puedan perjudicar. Veamos.

Para los diabéticos.-

Lo primordial es evitar ganar kilos. Es el mismo consejo que se les da a quienes sufren de obesidad. Aquí van entonces unos apuntes:
- Como parte del menú navideño se ofrecen salmón ahumado y quesos. Puede comer de ambos pero en pequeñas proporciones. Y acompañarlos con una tajada de pan integral tostado en vez de buscar un pan hecho con mantequilla y azúcar.

- Incluya sin temor en su cena productos de mar: camarones, mejillones y, por supuesto, pescado.

- Por lo general, el pavo viene preparado con un relleno rico en grasas. Y, por supuesto, ese relleno incluye alimentos dulces. Evítelos. Busque una buena tajada de pechuga, y acompáñela con castañas y almendras asadas. Puede así mismo incluir en su plato una papa pequeña o un poco de arroz cocinado sin grasas.

- No le tema terminar su cena con una tajada de queso. A pesar de ser generalmente alto en materias grasas, se le considera de todos modos como un alimento con cualidades pre y probióticas. No solo favorecen la flora intestinal sino que transmiten una sensación -muy bienvenida- de saciedad.

- Evite las gaseosas y demás bebidas dulces. Lo mismo que los licores y alcoholes mezclados con gaseosas u otras bebidas dulces. Una copa, o dos, de vino le será provechosa. La champaña no le hará daño si la toma en cantidades muy moderadas.

- Es difícil pero evite los postres. Prefiera más bien una fruta. 

Colesterol alto.-

Ya lo sabemos: hay quienes sufren de colesterol alto como predisposición familiar y hay quienes lo reciben a través del excesivo consumo de grasas.

Es cierto que las cenas de navidad, año nuevo y todas las que se organizan en estas épocas suelen ser muy ricas en materias grasas. Mucha mantequilla, mucha crema, fritos, patés y foie gras...

Por supuesto, en la medida de lo posible, evítelos. Sin embargo, el pecadillo de una noche no será el que ponga en peligro su salud. Limite las cantidades bajo la condición de que haga dieta magra estricta los días siguientes. Dieta acompañada de ejercicio.

Triglicéridos.-

El compañero malvado del colesterol... Es decir: quienes sufren de altos niveles de triglicéridos suelen igualmente presentar colesterol alto. Lo contrario no es evidente: puede usted tener colesterol elevado sin por lo tanto presentar altos niveles de triglicéridos.

Contrariamente a lo que se suele creer, éstos no provienen de las grasas sino del exceso de azúcares. 

En consecuencia, quien tiene triglicéridos altos debe evitar los alimentos que se convierten en azúcares tales como la harina y el arroz refinados, las papas, las pastas. Por supuesto, se incluyen en la lista los postres. Es mejor remplazar éstos por una fruta. Una, no muchas!

Hipertensión arterial.-

Si usted no mantiene una dieta adecuada, ningún medicamento será efectivo para nivelar las cifras de su tensión arterial. Como primera medida, es imprescindible que evite la sal.

La dieta que más le conviene, y que es apropiada en estos días festivos, es la que incluye muchas verduras y frutas mientras limita el consumo de carnes rojas y productos lácteos. Estos, por lo general, contienen mucha sal, igual que los alimentos ahumados como el salmón, y los jamones y similares.

A quien sufre de hipertensión no le conviene tampoco comer harinas refinadas ni productos de mar como las ostras, mejillones, camarones y demás. Son ricos en sal.

Alcohol y postres.-

La verdad es que no necesita tener la tensión arterial alta ni el colesterol ni los triglicéridos. Tampoco necesita ser diabético. Simplemente, en lo que se refiere al alcohol, la mesura debería ser la norma común a todos nosotros.

Los hombres soportan mucho mejor el alcohol que las mujeres: su organismo y el hígado maneja con mayor eficacia la bebida que los de la mujer. Así que para ellas es aconsejable tomar menos copas. De hecho, los médicos aconsejan una medida para las mujeres y dos para los hombres. Se trata de privilegiar el consumo de vinos y champaña. El whisky, que no tiene azúcar, está producido con cebada que sí se convierte en azúcar. Y, como ya dicho, evitar al máximo las mezclas. No solo producen embriaguez con más facilidad y rapidez, sino que son menos saludables que el alcohol simple.

En cuanto a los postres... Si le es posible, limite las cantidades. Y, también, si le es posible, escoja los que menos crema contengan. El tradicional panettone, herencia exquisita de Italia, es engañoso. Sí, se parece a un pan pero no es menos calórico que cualquier ponqué!

Y el ejercicio.-

Desplegar grandes esfuerzos físicos bajo el pretexto de querer matar la resaca es pésimo. El cuerpo está intoxicado por el alcohol, el corazón puede fallar si se le expone a demasiado trabajo.

Así que sí, excelente que haga sus ejercicios. Pero vaya con calma. Nadie lo está persiguiendo... Más bien descanse y ahorre sus energías para el día siguiente, cuando haya eliminado el alcohol.

Y finalmente, ¡Muchas felicidades! Disfrute cuanto pueda y renueve sus energías. Es un momento ideal para la familia y los amigos. Aprovéchelos...

viernes, 18 de diciembre de 2015

Alcohol: vencer el guayabo (2)



Al día siguiente es cuando llega el guayabo... La resaca, el ratón, la gueule de bois, el hangover...

Cualquiera que sea el idioma, cualquiera que sea la expresión, todos sabemos lo que es... El temido y tan pesado regreso a la sobriedad. Lo que sentimos al despertar cuando la noche anterior compartimos tragos.

¿Existe alguna fórmula mágica para vencer el guayabo? Sí y no. Porque, de todos modos, los efectos del alcohol permanecen varias horas antes de desaparecer. Nos taladran y a veces nos hacen "odiar" todo lo que huele a alcohol. Odiar... hasta la próxima celebración!

Los efectos del alcohol en el organismo son tanto fisiológicos como sicológicos. Entre los primeros, encontramos:

- El alcohol ensancha la diámetro de arterias y venas lo que produce, en primera instancia, una sensación agradable de sentirse más caliente. Agradable si nos encontramos en países  donde el invierno acompaña la navidad. Pero la ilusión del calentamiento dura poco porque no solo es efímera sino que el cuerpo pierde su poder de enfrentar el frío. Cuando se trata de bebedores fuertes, el ensanchamiento de pequeñas venas se observa tanto en la nariz como en las mejillas.

- El alcohol altera la presión arterial. Si usted es hipertenso y toma más de cinco copas diarias (dos si es mujer), pierde su tiempo y su dinero tomando pastillas para combatir la tensión alta porque la bebida, de todos modos, la mantendrá alta.

- El exceso de alcohol puede llevar a una cardiopatía, es decir que debilita el músculo cardíaco. Pero aquí se presenta una contradicción: pequeñas cantidades de alcohol -tal como una copa diaria- dilatan las arterias coronarias y contribuyen a nivelar o bajar la tensión arterial, lo que aleja el riesgo de una trombosis. 

- El alcohol puede causar gastritis, una inflamación crónica y el engrosamiento de las paredes del estómago. A la larga, puede así mismo dañar las paredes del intestino y del páncreas.

- Ocasiona también varios trastornos en el hígado.

- Está asociado a un riesgo mayor de contraer un cáncer en los sistemas respiratorio y digestivo. 

- También desata una serie de anormalidades bioquímicas entre las cuales un disbalance y la escasez de las hormonas sexuales, intolerancia a la lactosa, incremento de los depósitos grasos, entre ellos en el hígado, altos niveles de ácido úrico, incremento del lactato que produce ansiedad en algunas personas.

Entre los efectos sicológicos, se incluyen el debilitamiento o la destrucción de los centros cerebrales responsables de controlar el comportamiento. Deforma o elimina la sensación de culpabilidad, de control en las actitudes, de las inhibiciones lo que lleva a comportamientos desordenados. Otro efecto bastante frecuente es el de causar depresión.

Por supuesto, si usted es un bebedor muy ocasional y que limita al máximo su consumo de bebidas alcohólicas, estos efectos no se manifestarán. Sin embargo, no siempre se sabe cuál es el límite entre el exceso y la sobriedad. A veces, en algunas personas, el hecho de tomar todos los días dos o tres copas conduce a una dependencia. Se ha comprobado que existe una poderosa influencia genética, heredada de uno o ambos padres que hace que cualquier sustancia aditiva, consumida con regularidad, así sea en pocas cantidades, pueda convertirse en adicción.

Estamos entre personas que son moderadas en su bebida. Para ellas, el hecho de tomar cinco o seis tragos en una noche puede producir guayabo, o resaca, o ratón como lo llaman algunos. 

Los síntomas varían de una persona a otra. Lo hemos visto: hay quien se pone muy alegre, hay quien cae en la tristeza. Algunos se duermen mientras que otros se llenan de energía y no paran de bailar...

En general, el trago puede ocasionar vómito, pérdida del apetito, dolor de cabeza, sueño, cansancio, pérdida de la estabilidad y la coordinación, sed, fatiga en músculos y articulaciones... Esto sucede porque, quizá, usted bebió más de lo que su hígado podía procesar y el exceso ha entrado en su flujo sanguíneo. O porque, mientras usted estaba bebiendo, se adormecieron las señales del estrés y éstas solo se despertaron al día siguiente, momento en el cual usted debe empezar a "torearlas" y apaciguarlas.

¿Cómo vencer el guayabo y tantas sensaciones desagradables que se presentan al día siguiente?

- El alcohol es diurético. Se le aconseja tomar muchos líquidos antes y después de tomar trago.
- Tome mucho jugo de fruta. Ayudará a su hígado, agotado por la sobrecarga, a metabolizar la bebida etílica.
- Tome un complejo de vitaminas B y quizá una o dos tabletas para combatir la acidez estomacal.
- No empiece a tomar alcohol con el estómago vacío. Coma algo consistente antes y durante el tiempo en que se encuentra tomando alcohol. La leche, grasas y aceites cubren las paredes del estómago lo que le ayuda a absorber y anular parte del alcohol.
- Tome vitamina C: no solo ayuda a absorber el alcohol sino que ayuda al hígado a metabolizarlo.
- Evite mezclar distintos alcoholes. Sobre todo aquellos que contienen congéneres. Estas son sustancias que se les agrega para realzar el sabor, el aroma y el color. De hecho, son factores importantes en la aparición del dolor de cabeza después del consumo.
- Procure no acostarse justo después de haber bebido. Sería ideal que permaneciera despierto un par de horas más después de la última copa.
- No piense en salir a hacer cualquier ejercicio fuerte. Natación, ciclismo, carrera o jogging, peor aún, fútbol o tenis! Todos quedan prohibidos: su cuerpo no solo está deshidratado sino que el alcohol ha dejado en él sustancias tóxicas que pueden afectar seriamente su corazón. Descanse. Recuperará mejor sus energías y su integridad! 

jueves, 17 de diciembre de 2015

Alcohol: ¿hasta dónde va su amistad? (1)



Sí, es pertinente preguntarlo. Porque, a no dudarlo, el alcohol es -o llega a ser- un amigo. Pero, ¿qué clase de amistad ofrece? ¿Y hasta dónde llega esa amistad?

Es un amigo porque es capaz de jugar múltiples y a veces contradictorios roles. Acompaña cuando hay soledad y se añora una compañía. O cuando se está entre amigos y se desea más alegría. O cuando se ha comido mucho y entonces ayuda a la digestión. O antes de comer y allana el camino para una excelente cena. Cuando hay depresión porque quizá ayuda a levantar el ánimo; cuando se duerme mal, cuando se está con ansiedad, cuando la mujer se fue del hogar o que se está en vísperas de un matrimonio, ojalá feliz...

Es decir, al igual que sucede con el cigarrillo, un trago es siempre bienvenido. Sobre todo cuando se le acompaña de una excusa "válida". 

Está bien cuando se trata de una copa, dos y hasta tres. Pero más allá, ¿continúa siendo un amigo? Sí continúa siendo fiel. Mas no tan amigo como se pensaría porque entonces comienzan a afilarse sus garras y se abre el camino de los riesgos y las traiciones. 

Desde tiempos inmemoriales el alcohol ha existido. En el hígado del hombre se encuentra una enzima capaz de desmembrarlo y digerirlo. Y los científicos piensan que esa enzima, conocida como dehidrogenasa, pudo evolucionar en tiempos en que los hombres hombres comían las frutas caídas de los árboles, ya bien maduras y fermentadas. Esa enzima les ayudaba entonces a digerir los frutos de los bosques prehistóricos...

Los efectos del alcohol sobre el organismo son producidos por una sustancia, etílica. Esta es tóxica y es la causante de los cambios en los estados de ánimo. Es una sustancia clara, volátil, que se forma por la acción de la fermentación de las frutas. 

El alcohol etílico se disuelve tanto en el agua como en la grasa y, pocos minutos después de ser consumida, alcanza prácticamente cada órgano del cuerpo, incluyendo la médula de la columna, las células cerebrales y los huesos. El efecto del alcohol no depende tanto de la cantidad consumida sino de la velocidad con la que llega al torrente sanguíneo. 

Cerca del 5 por ciento de lo que usted consume en alcohol pasa al estómago, a través del flujo sanguíneo. El 95 por ciento se cuela a través del píloro, apertura -o anillo- en la parte anterior al duodeno, de allí se instala en el intestino delgado para luego pasar al flujo sanguíneo.

Esto explica por qué el alcohol puede producir efectos desagradables o adversos en el sistema digestivo y, específicamente, en la boca del estómago. El píloro se contrae con mayor o menos velocidad cuando se ha comido o cuando se ayuna. Precisamente, si el alcohol llega a un estómago vacío, el píloro se ve acelerado lo que hace más potente el efecto de la bebida.

Los alimentos desaceleran de una forma  notable el efecto del alcohol. No importa si fueron consumidos antes de comenzar a beber o si van acompañados por la bebida. Los alimentos grasos son especialmente efectivos para menguar el efecto de las bebidas.

Se concluye entonces una primera recomendación: la de evitar tomar alcohol sin antes comer. Y, como se deduce, los alimentos grasos, el aceite, son los más recomendados para ayudarle a soportar los
efectos etílicos.

Otro comentario tiene que ver con el mismo alcohol. Por cuanto las bebidas espumantes, como la champaña o vinos y otros licores mezclados con soda o con gaseosas disparan la acción del píloro. De allí que se recomiende consumirlos con prudencia: llevan a gran velocidad hacia la embriaguez...

Es posible mantenerse sobrio mientras el alcohol no llega al flujo sanguíneo. Y aquí se explica qué sucede cuando el alcohol entra al organismo: una vez que comienza a circular en la sangre,llega al hígado, luego al corazón y a los pulmones. Su recorrido sigue por todo el cuerpo y alcanza el cerebro en donde estimula la producción de endorfinas que actúan como anestésicos.

El alcohol se elimina del cuerpo por distintas vías: un 3 por ciento abandona el cuerpo a través de la orina, un 5 por ciento, a través del sudor y la respiración. El 92 por ciento restante debe ser oxidado en el hígado. Se establece que, en un hígado sano, la sustancia puede ser metabolizada en una hora. De allí en adelante, los efectos consecuentes varían de una persona a otra, de su estado de salud y nutricional, de sus antecedentes familiares -existe predisposición genética- y de la misma calidad del alcohol.

Para dar un ejemplo, y explicar cómo interviene el estado nutricional, se recuerda que el hígado no recibe su energía del azúcar que circula en la sangre sino de las proteínas que entran a través de la alimentación. Para que ese hígado funcione bien, se requiere de un minucioso equilibrio entre las proteínas, las vitaminas y los minerales.

Como el alcohol es un excelente proveedor de calorías, quienes lo consumen pueden muy fácilmente omitir alimentarse. Y allí, de esa malnutrición, se derivan los grandes problemas que deben enfrentar los bebedores consuetudinarios. Entre los cuales, la inflamación de las paredes del estómago, el intestino y el páncreas, y la mala absorción de los nutrientes. 

Tomar uno o dos tragos diarios, como aperitivo o para acompañar las comidas, es una costumbre saludable. Las investigaciones permiten afirmar que algunos de los alcoholes, entre los cuales el vino rojo, ayudan a reducir los niveles de colesterol en la sangre con lo que se convierten en protectores del corazón. Transmiten igualmente una sensación de serenidad y ayudan a combatir el estrés y por ello pueden incentivar una larga noche de sueño reparador. 

Una pequeña cantidad de alcohol, de vez en cuando, facilita la digestión porque puede estimular la secreción de jugos gástricos y con ello facilita la absorción de las proteínas. Es más: usted no necesitará tomar alcohol para disfrutar de ese efecto: con solo olerlo varias veces, sus jugos digestivos serán estimulados!

Cambios bioquímicos.-

Existen notables variaciones entre una persona y otra. Usted puede tener reacciones más intensas que su amigo y aún su propio hermano. 

Aquí van algunos consejos:

- Si después de consumir unos tragos usted se siente un poco ansioso, lo podrá evitar si toma un comprimido de calcio justo antes de comenzar a beber, y otro mientras usted estará bebiendo. 

- Si tiene tendencia a deprimirse mientras toma alcohol o después de hacer tomado, tome un comprimido de vitamina C con un poco de zinc. Puede encontrar éste en forma de polvo. Le ayudarán a alejar la sensación de depresión. Otra forma de lograrlo será si toma un gran vaso de jugo de frutas (que le aporten fructosa).

- También puede evitar o menguar el deseo de tomar trago. La vitamina B3, en su presentación como niacina o ácido nicótico, le ayudará. La misma vitamina puede hacer que su cara se ponga bien colorada pero no tendrá consecuencia negativa alguna, no se asuste. Si usted sufre de alergias, ponga cuidado porque la niacina tiene tendencia a agudizar las reacciones adversas. 

- Los rusos la utilizan con mucha fe aún si no han sido comprobados sus efectos de manera científica. Se trata de la vitamina B15, ácido pangámico, que sería eficiente para disminuir el afán de beber alcohol.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Antojos entre comidas



Hay momentos en que el antojo es tal que cualquier noción de parquedad se hace trizas... Y por ello, comenzamos la cacería de cuanto nos cae en el camino y acabamos comiendo una cantidad de cosas que, a decir verdad, ni siquiera calman el antojo.

Sino que, más bien, nos dejan sensación de querer más.

¿Qué hacer entonces? 

Depende de cuán frecuentes son sus antojos. Si usted es de los que disfrutan comiendo entre comidas, si es de los que necesitan masticar para calmar ansiedades, si usted es goloso y le encanta comer en desorden, a deshoras y también a buenas horas, dedique un espacio bien grandes en algún cajón de su escritorio para almacenar allí alimentos capaces de sacarle de apuros en el momento del afán.

Por supuesto, no serán cualesquiera los alimentos que llenarán su reserva. Porque muchos de ellos no serán duraderos y sería bien desagradable abrir el cajón y que emanaran de él efluvios poco agradables, de alimentos rancios o fermentados.

Así comienza a variar la selección. Por supuesto, lo primero en lo que pensamos es en los "paqueticos". Papitas fritas, galletas saladas (o dulces), los famosos crakers o saltinas, arepas, pizzas, y siga mirando en el renglón de los salados, como los plátanos fritos, trozos de tocineta bien tostados...

¿Son todos ellos saludables? ¿Valen la pena?

Si usted no sufre de colesterol alto, no desea perder kilos, no lucha tampoco por mantener la línea. Si usted no sufre de diabetes ni de hipotiroidismo, cualquiera de esos paquetes puede calmar sus antojos. Aún si no son del todo saludables y que mejor sería optar por otro tipo de alimentos. Que coma de vez en cuando un paquete de papas fritas, "vaya y venga"... No es grave. Pero si se convierte en una costumbre cotidiana, y a veces bi-cotidiana, mejor evitarlos.

¿Por qué deben limitarse? Este es el concepto de los nutricionistas:

- Porque son muy salados
- Son ricos en azúcares rápidos: para que sean crujientes, la alimentación natural del alimento se ve trastornada lo que la hace que se convierta en azúcares de rápida absorción mientras pierde sus nutrientes.
- El proceso de industrialización puede igualmente conducir a la formación de sustancias cancerígenas, entre las cuales la acrilamida, frecuente en las papas fritas.
- Son igualmente demasiado ricos en grasas saturadas, perjudiciales para el corazón, el seno y el colon.
- Tienen demasiadas calorías que desfavorecen cualquier intento de no ganar peso.

Usted dirá que, a pesar de todo son tan sabrosos... Es cierto, pero...

Busquemos opciones. Porque bien vale la pena comer un algo entre las comidas. Pero que sea un algo que le aporte más que energías y algo que cumpla otras funciones que apaciguar gulas y antojos...

¿Algunos ejemplos?

- Aceitunas verdes o negras
- Frutos secos y nueces tales como maní, almendras, avellanas, pistachos, marañones... A veces son salados pero son llenos de minerales muy saludables. Entre otros, son excelentes para el cerebro!
- Entre las galletas y las papas fritas hay versiones light, con poca sal y doradas, no fritas.
- Pequeños cubos de queso que vienen empacados lo que facilita su conservación en el cajón de las reservas.
- Puede encontrar así mismo paquetes que contienen tajadas delgadas de frutas o de verduras deshidratadas. Son excelentes para distraer los antojos.
- Hay galletas dulces que también acaban siendo saludables: preparadas con harina integral o con avena, con aceite vegetal no hidrogenado, y poco azúcar o edulcorante artificial.

¿Una bebida?

Sí, por qué no. Quizá sea más apropiada a la hora del aperitivo. Sin embargo, si usted dispone en su lugar de trabajo de una nevera, puede guardar allí jugos y yogur. Hasta podría mantener unas tajadas o cubos de jamón de pavo o de pollo o de salchichas también de aves. Existen igualmente jamones de cerdo con muy baja cantidad de grasa.

Otra sugerencia puede estar en buscar encurtidos que mantendrá en la nevera una vez el frasco abierto.

Por supuesto, una vez en casa, podrá servirse una copa de vino, un whisky o un martini. Evite sin embargo las gaseosas y las bebidas dulces mezcladas con licor que pueden alterar los niveles de azúcar y colesterol en la sangre, además de ser ricas en calorías. Y tan fáciles de consumir, tan amables, que se hace muy fácil excederse en las cantidades...

Así queda claro que los pecadillos de gula y los antojos pueden muy bien encausarse sin perjudicar. Los nutricionistas aconsejan hacer cinco comidas al día. Las tres principales, por supuesto, y las dos adicionales a media mañana y media tarde. Valer la pena seguir el consejo: el hambre reprimida no es una amiga leal de su salud.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Lavar, desinfectar



Una de cada diez personas en el mundo enferma cada año como consecuencia de infecciones producidas por los alimentos.

Esto significa la enorme cantidad de 600 millones de adultos y niños. Pero, lo que es aún peor, es que, entre ellos, 420.000 mueren como consecuencia al consumo de alimentos deteriorados, portadores de infecciones, virus, hongos, venenos...

Muertes que la Organización Mundial de la Salud (OMS) da a conocer en un primer informe elaborado con los estudios e investigaciones adelantados a lo largo de diez años. Estudios que hablan de dramáticos hechos tanto en Africa como en Asia del sureste. Y menos dolorosos en Europa y las Américas.

Aunque no contabilizan más que el 9 por ciento de la población mundial, los niños menores de 5 años constituyen el blanco preferido de las infecciones. Son ellos, además, los que mayor número de muertes aportan a las cifras totales. Suman el 35 por ciento de las 420.000 víctimas anuales.

¿Cuáles son las causas principales? Los alimentos contaminados por bacterias, virus, parásitos, toxinas y productos químicos.  Que desencadenan las enfermedades de origen alimenticio. Se calcula que son 31 agentes patógenos. La inmensa mayoría de los cuales podrían y deberían evitarse con medidas de prevención y precaución, con normas de higiene alimenticia y, por supuesto, con agua potable.

A veces, se dan a conocer hechos a los que es difícil dar crédito. Por ejemplo la falta de higiene tanto personal como en el hogar y el ambiente de la habitación y la cocina.

¿Cómo es posible, nos preguntamos, que a las personas se les recuerde e insista, cuando no se les enseñe, a lavarse las manos después de  haber estado en el baño y antes de cocinar o preparar los alimentos. El hecho de lavarse las manos, ese simple hecho, ayudaría a evitar un sinnúmero de enfermedades. Que ocurra en los países llamados en vías de desarrollo, en donde la educación tiene enormes fallas, es casi comprensible. Pero es inconcebible que en los países más industrializados, donde se ha llegado a la cumbre de la tecnología y el progreso, se tenga que recordar a hombres, mujeres y niños, que es indispensable lavarse las manos después de haber estado en el baño, o antes de cocinar o de comer. 

Valga la oportunidad de recordar que existen normas muy claras de higiene en la cocina. Válidas para todos nosotros. Que sea este el momento de recordarlas y recalcarlas.

Con las compras.-

¿Es usted de los que regresan del mercado y guardan sus compras de una vez en la nevera sin antes controlar su estado de limpieza y sin proceder a lavarlas?

Existen muchos países en donde las verduras y frutas se compran en expendios capaces de ofrecer garantías de aseo y limpieza. Pero, así mismo, existen muchísimos países en donde los alimentos llegan al mercado y, en consecuencia al hogar, contaminados. Muchos de ellos son portadores de tifoidea, para citar una sola enfermedad.

Esta es la primera precaución para recordar: es imprescindible que todo alimento que ingrese a la nevera y que, obviamente, se lleve a la olla, debe encontrarse en estado de absoluta limpieza. De manera especial, se pueden citar las frutas y verduras que se presentan sin cáscara.

No es de más hablar de cómo lavarlas bien. Una de las maneras más eficaces para lechugas, perejil y otras hierbas aromáticas, para cualquier verdura similar que se suele consumir sin cocinar, es la de echarla, durante 10 minutos, en una ponchera de agua adicionada de una o dos cucharadas de vinagre blanco. El vinagre es un desinfectante poderoso que ayuda a matar impurezas. 

Cuando subsisten dudas, es recomendado utilizar pastillas desinfectantes que se pueden comprar en el supermercado o en farmacias (droguerías). En general, no se hace necesario enjuagar las verduras o frutas después de haberlas sumergido en la solución. Sin embargo, si teme que el sabor del producto sea molesto, es muy fácil enjuagar con agua potable.

Para frutas y también verduras de dudoso origen, se recomienda siempre pelarlas. Es una lástima pues en la cáscara se encuentra una buena dosis de vitaminas, pero es preferible perderlas que correr el riesgo de una infección bien sea por bacterias o por productos tóxicos.

En la cocina.-

Los detergentes que se encuentran en el mercado son bastante eficientes para desinfectar las superficies de trabajo en la cocina. Sin embargo, existen muchos casos y circunstancias en que se hace imprescindible utilizar productos más poderosos.

Es cuando manipulamos alimentos como la carne pero sobre todo el pescado y el pollo. Son productos de una gran fragilidad y muy propensos a transmitir infecciones por bacterias como la salmonella y el E. coli. 

Deben cuidarse de manera especial los productos lácteos y los huevos. Ambos son propensos a descomponerse con mucha facilidad y ambos pueden ser portadores de virus bastante severos. En este sentido, siempre es recomendado consumir la leche y sus derivados pasteurizados, y evitar los que son confeccionados de manera artesanal sin siquiera hervir la leche.

Para evitar enfermedades, es aconsejable mantener separados los alimentos unos de otros. Tanto en la nevera como en los planos de cocina. Nunca mezclar alimentos crudos, como las verduras y frutas, con el pollo crudo. O con la carne o el pescado.

Es más: cuando se ha manipulado cualquier carne, de manera especial el pollo, se debe proceder a lavar y desinfectar todos los utensilios utilizados: cuchillos, tablas, cucharas y demás. Igual debe hacerse con las tablas y superficies utilizadas. Agua, ojalá caliente, jabón y solución con cloro.

En cuanto a la cocción, la norma debe mantenerse en la precaución: nunca dejar el pollo a medio cocinar. Nunca tampoco comer carne molida si no está bien cocinada. En referencia con el pescado, se debe cuidar, de manera muy minuciosa, su procedencia. Hoy asistimos al auge de los sushi y demás preparaciones de origen asiático que ofrecen el pescado y otros productos de mar crudos. Si no tiene la certeza de la seriedad del establecimiento en donde son preparados, si tiene cualquier duda, es mejor evitarlos.

Otra medida de precaución adicional para evitar intoxicaciones e infecciones es la de nunca congelar dos veces un mismo alimento. Bien sea la carne, el pollo, el pescado, los mariscos, cualquier otro producto similar que haya sido descongelado debe consumirse ese mismo día. O, cuando máximo, al día siguiente. Si no, es preferible desecharlo pues su "recongelación" implica riesgos enormes.

Y en el baño.-

Ya lo sabemos, y de sobra. Cada vez que se entra al baño, es imprescindible lavarse las manos. Cada vez que se va a cocinar, es igualmente imprescindible lavarse las manos. 

Cuando se va a comer y después de comer, igual. En las manos llevamos decenas de bacterias y virus que, por supuesto, son invisibles para nosotros, pero que son muy activos y que solo esperan la oportunidad para proceder a dejar estragos.

Precauciones.-

De manera muy especial, se debe cuidar del agua que se consume. Si no se dispone de agua potable, como puede suceder en un día de paseo en el campo, es necesario hacer una reserva de agua embotellada. Y si esto no es posible, es aconsejable dejar el agua hirviendo durante por lo menos 10 minutos y esperar a que se enfríe para consumirla, luego de haberla batido con un tenedor para que se airee. 

Y si se presenta una diarrea severa, es preciso recordar que lo más importante es evitar la deshidratación, principal causa de muerte. Existen en las droguerías o farmacias preparaciones que ayudan a la rehidratación. Si usted va a salir fuera de casa, bien sea para las vacaciones o un día de campo, tenga a la mano estas soluciones en caso de requerirlas.

Y si la diarrea persiste, sobre todo en los niños, lo mejor es acudir a un centro hospitalario. A menos que el médico lo recomiende, nunca se debe tomar o administrar remedios que paren la diarrea. Primero se debe frenar la pérdida de líquidos y en seguida buscar la causa para luego seguir el tratamiento que el médico ordene.

lunes, 7 de diciembre de 2015

¿Dolor en las articulaciones?



Si le duelen los tobillos o las rodillas, el codo o un hombro, no concluya que se está poniendo viejo y muy pronto gangoso... Quizá ese dolor provenga de una alergia alimenticia o de la intolerancia a algún alimento.

En un principio tuve la tentación de hablar de la dieta vegetariana para proteger las articulaciones. Mas prefiero más bien referirme a los daños en las articulaciones que pueden causar ciertos alimentos. Un enfoque menos drástico.

Es una manera más amable para recordar que cada uno de nosotros puede ser alérgico o intolerante hacia uno o más alimentos, y que esto se puede traducir en reacciones muy diversas, personales y de blancos e intensidades variables. Puede producir dolores, quemazón, rasquiña, diarrea. Y también es posible que tenga como objetivo el estómago o los pulmones, las articulaciones y hasta la nariz!

Las investigaciones hablan de la artritis reumatoidea, la osteoartritis e igualmente de los dolores articulares que se presentan sin razón aparente y sin que medien procesos inflamatorios severos o permanentes. Estos, que pueden presentarse a cualquier edad, en adolescentes y adultos jóvenes, no significan presencia de una enfermedad sino de ataques calificados como comunes, dolorosos mas no relacionados con una enfermedad reumatoidea.

En cualquiera de estos casos, los más y los menos severos, se ha confirmado la influencia de la dieta alimenticia. En efecto, muchos son los productos que consumimos a diario, aparentemente benévolos e inofensivos, que desencadenan inflamaciones siempre dolorosas, a veces incapacitantes. Se ha visto, de otra parte, que algunos alimentos o sustancias son susceptibles de apaciguar esas inflamaciones, de hacer más tolerable el dolor y, en casos extremos, de eliminarlo.

Hablemos en primer lugar de la artritis reumatoidea. Como se sabe, esta significa la inflamación de una articulación más la degeneración de los tejidos que la componen y envuelven. Por lo general, se trata de desgaste, consecuencia casi exclusiva del envejecimiento. Sin embargo, no siempre suele ser así porque, en un número no definido de casos, el proceso obedece a la reacción adversa a uno o más alimentos. No se ha logrado establecer con certeza el porcentaje de estos casos: algunos investigadores, prudentes, hablan de entre el 5 y el 10 por ciento de casos mientras que otros no dudan en hablar de 40 y hasta 50 por ciento.

Ya desde la antigüedad se había mencionado la posibilidad de cambiar de dieta para combatir los dolores articulares. Desde entonces, se mencionaban como principales alimentos el tomate y la papa, la carne, los alimentos ácidos y/o condimentados, los cítricos, el café y el azúcar refinado, los cereales. Se recomendaba en cambio las algas marinas, la yuca y el ginseng. 

En la actualidad, se ratifican estas creencias y se establece una lista de alimentos que pueden agravar la artritis. Entre los cuales, por orden de culpabilidad, el maíz y el trigo, el tocino y el cerdo, naranjas, leche, avena y centeno, huevos, carne de res, café, malta, queso, toronja, tomate, maní, azúcar de caña, mantequilla, cordero, limón y soya.

Se recomiendan en cambio los aceites de pescado, el arenque, el salmón, sardinas, atún y caballa, algunos condimentos como el clavo y la cúrcuma, el jengibre y el ajo. Por supuesto, estos alimentos deberían ser consumidos a diario. En el caso del jengibre, para dar un ejemplo, se debería asegurar el consumo cotidiano de media cucharita de jengibre en polvo tres veces al día, agregada al alimento en su preparación o diluida en agua.

De igual forma, se recomienda limitar la grasa omega 6 encontrada en los aceites de maíz, cártamo, girasol y en las margarinas hechas con esos aceites. Los aceites más recomendados por su contenido equilibrado y sobre todo adecuado en omega 3 y omega 6 son el de canola y el de oliva.

Y ahora hablemos del dolor articular común y de la alergia a los alimentos. Como ya expresado, pueden aparecer a cualquier edad, en cualquier articulación, y sin que medien procesos relacionados con una afección reumatoidea.

Son definidos como inexplicables ataques de dolor articular. Pues bien: si a usted le aparecen algunos dolores en las coyunturas, que tienen explicación aparente, comience a sospechar que sufre de alergia a un alimento. Porque sí, es un hecho: ciertos alimentos pueden desencadenar dolores en las articulaciones y hasta inflamaciones y tumefacción. Probablemente, no sentirá el letargo y la dificultad de movilizarse al despertar, pero sí podrán esos dolores ser intensos.

Hablamos de la "sinovitis alérgica", término acuñado por el doctor D.N. Golding, reumatólogo del Hospital Princesa Alejandra de Harlow, Essex, G.B. Es, como lo explica, la inflamación de la membrana sinovial que secreta líquido dentro de las cavidades articulares para mantener la lubricación y el movimiento suave. Las personas más afectadas son las que sufren de distintas alergias como salpullidos, urticaria, fiebre de heno.

Antes de suprimir de su dieta uno o más alimentos, es aconsejable observar sus reacciones y analizar el contenido de su dieta. Si es necesario -en muchos casos lo es- conviene consultar con un médico, sea éste reumatólogo o alergólogo.

Es tal la frecuencia de estos ataques que se indica que pueden presentarse en uno de cada cinco pacientes que sufren de alergias.

¿Conviene adoptar una dieta vegetariana?

¿Tanto en personas que sufren de artritis confirmada o de estos ataques esporádicos?

Algunos investigadores la recomiendan siempre y cuando se asuma esa dieta, exenta de todo alimento de origen animal, bajo la supervisión de un especialista.

La recomiendan porque se establece que las carnes rojas llegan a ser uno de los mayores culpables de las inflamaciones articulares. La carne y también la grasa que la rodea e integra. Así mismo, son frecuentes las reacciones adversas a la leche y, en menor grado, a sus derivados como el queso y el yogur.

En esa dieta aconsejan igualmente eliminar los alimentos que contengan gluten, azúcar refinado, frutas cítricas y condimentos fuertes así como conservantes químicos.

Como se puede ver, es una dieta con bastantes requerimientos y, por lo tanto, no debe ser improvisada sino elaborada bajo el dictamen y el seguimiento de un médico. Un alergólogo más un nutricionista son ideales.

Y vale la pena ensayar. ¿Acaso el cambio de dieta, así no sea siempre fácil, no es más fácil de aceptar que el vivir con permanentes dolores y achaques?

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Panales y miel



En 1964 se cosecharon en el mundo 752 toneladas de miel. En 2004, la producción fue de 374 toneladas.

Y, de hecho, este año, la miel estuvo a punto de desaparecer de los mercados. Porque las abejas se están muriendo en cantidades enormes. Entre otras razones, porque las están atacando virus contra los cuales no existen remedios eficaces. Y porque el medio ambiente ya no les es hospitalario. 

Hoy, cuando personajes del mundo se reúnen en París para deliberar en torno a las medidas que deben adoptarse para luchar contra el calentamiento global, contra la destrucción del ambiente, de los bosques y reservas, se hace propicio hablar acerca de esos pequeños insectos, las abejas.

Tan útiles para el equilibrio ambiental, para la polinización de las plantas, para la diversificación de los cultivos. Sí, pequeñas pero tan indispensables, con un papel más que significativo cuando se habla de calidad de vida, de ecología y de vida y salud humana.

Finalmente, las productoras de la miel: una sustancia llena de energías y de nutrientes. 

De sus cualidades se habla desde la Antigüedad.  Egipcios, griegos y romanos elogiaron sus múltiples bondades: benéfica para combatir las infecciones y curar las heridas, bondadosa para la piel y el pelo, y amable para el paladar!

Hablemos de su antigüedad: papiros que debieron existir hace 4.500 años, provenientes del delta del Nilo y de Sumaria, mencionan la miel. Como alimento y condimento, como remedio para varias enfermedades y para curar las heridas.

En la Roma antigua, prosperaron los apicultores. Entre ellos, los más antiguos, establecieron una distinción y hablaron de dos clases de miel: la más cara, de calidad óptima, que se cosechaba debajo de las colmenas, éstas dispersas en la naturaleza. La de menor calidad, la que se conseguía al triturar las colmenas.

Sigue la trayectoria: en la edad Media, la mencionan y utilizan tanto en China como en Europa. Siempre con usos terapéuticos y como ingrediente para fabricar panes y otras preparaciones culinarias.

Más cerca de nosotros, durante la Primera y la Segunda guerras mundiales, la miel fue aplicada sobre las heridas de los soldados.

Desde entonces la persigue su fama: excelente para curar heridas y, sobre todo, como antiséptica, vista como una gran enemiga de las infecciones.

Pero también la miel se hace útil en la cocina. Por ejemplo, como ingrediente de una vinagreta, con vino blanco o vinagre balsámico y aceite de oliva, o para caramelizar verduras, frutas y hasta frutos secos como las almendras o el maní.

¿Cuáles son las cualidades de la miel? Cuáles componentes se encuentran en ella?

Según el tipo de miel, varían sus cualidades y los beneficios que aporta al ser humano. Pero, en todas las mieles, se encuentran de todos modos múltiples ventajas y beneficios. 

Desde la Antigüedad -como lo vimos- se habló de su cualidad principal como antiséptico y antibacterial. Cualidades que fueron confirmadas recientemente gracias a investigaciones adelantadas en la Universidad de Bonn, Alemania. 

Además de ser hidrófila, y quizá gracias a ello, la miel acelera la cicatrización de los tejidos. Se le utiliza además en distintas heridas y problemas de la piel, tales como los furúnculos, las verrugas y los brotes infecciosos.

Contiene además dos proteínas que le confieren la capacidad de actuar como antibiótico: las inibinas que frenan e inhiben la reproducción de las bacterias; y las defensinas que fortalecen el sistema inmunitario del hombre.

Pero hay más: tiene efectos prebióticos lo que significa que, mediante las bifodobacterias y los lactobacilos, favorece la flora intestinal. Así mismo, es portadora de flavonoides, antioxidantes que neutralizan los radicales libres que circulan en el cuerpo y que acaban siendo causa de enfermedades como el cáncer. Pero se advierte que no por ello se le ha confirmado a la miel la facultad de proteger contra el cáncer. A este respecto, entre más oscura es la miel, mayor es su capacidad como antioxidante.

Veamos su composición.

Una cuchara pequeña de miel aporta 65 calorías. Razón por la cual se recomienda su consumo previo al ejercicio para los atletas y quienes practican deportes de intensidad. 

- Contiene azúcares que oscilan entre un 78 y un 80 por ciento. Entre éstos, el 38 por ciento suele ser fructosa, el 31 por ciento glucosa, y el 31 por ciento se compone de distintos edulcorantes naturales como la maltosa,sacarosa y otros polisacáridos.
- Contiene un máximo de 18 por ciento de agua.
- Gran cantidad de ácidos aminados libres como la leucina, la lisina, glicina, ácido glutámico, triptófano.
- Sales minerales: 0.1 por ciento para la miel y hasta 0.5 por ciento en el néctar.
- Potasio
- Vitaminas B1, B2, B3 (conocida como PP), B5, B9, D y K.
- Una ínfima cantidad de lípidos o grasas, entre los cuales triglicéridos.
- Enzimas. Estas se destruyen a temperatura de 40 grados o más.
- Factores antibióticos naturales: impiden el desarrollo de las bacterias pero no las matan.

¿Diabéticos?

La miel presenta muy distintos Indices Glucémicos según su procedencia y calidad.

Es así como la miel que es producida del polen de las acacias presenta el IG de 32 mientras que la que es multifloral, que proviene de muy distintas y variadas flores, posee un IG de 80.

Por lo cual su consumo no es aconsejado para quienes sufren de diabetes. Finalmente, la miel es azúcar y, como tal, debe ser eliminada de la dieta de los diabéticos, sean estos de tipo I o de tipo II.

Origen y cristalización

Lo anterior nos lleva a mencionar el origen de la miel. 

Hasta el siglo XIX, la miel se conseguía en estado silvestre, natural. Pero el siglo XX asistió al auge de la apicultura, mediante la cual se industrializó su producción. Las abejas hoy pertenecen a empresas -o particulares- que se ocupan de su crianza, construyen sus colmenas y las dotan de las flores y ambientes en donde consiguen el polen.

Así, según el origen floral y la ubicación geográfica, la producción en las colmenas presenta variedades tanto en su aspecto como en su sabor.

El polen entonces puede provenir de una sola variedad de flores o de una multiplicidad de estas. 

En cuanto a su cristalización, se establece que todas las mieles adquieren en algún momento, un aspecto compacto. El tiempo de cristalización es muy variable. Depende de distintos factores entre los cuales el equilibrio entre sus dos principales componentes, la fructosa y la glucosa. 

Cuando la fructosa predomina, la miel permanecerá durante más tiempo en estado líquido. Caso contrario cuando tiene mayor cantidad de glucosa. La miel puede recuperar su aspecto líquido al ser calentada. Sin embargo, cuando la temperatura es mayor de 40 grados, perderá algunas de sus propiedades.

Guayabo e insomnio...

Y aquí van dos cualidades adicionales:
- Si usted tiene dificultad para dormir, trate la siguiente fórmula dictada por la sabiduría de las abuelas: antes de ir a la cama, diluya una cuchara de miel en un vaso de leche tibia. La liberación de la insulina estimula a su vez la producción de triptófano, aliado del sueño.

- Y si usted estuvo de parranda la víspera y se despierta con guayabo, o ratón, o resaca... Una cuchara de miel le ayudará a sobreponerse por cuanto acelera la oxidación del alcohol en el hígado lo que calma el malestar debido a las muchas copas que tomó.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Alimentación+cerebro=felicidad



"El cerebro de las emociones". Es el título del capítulo del que extraigo los datos con los que he construido esta nota.

El libro: "De la felicidad, un viaje filosófico". Autor, el filósofo y sociólogo francés Frederic Lenoir.

¿Qué papel juega la alimentación en la felicidad? Y ¿cuál es el papel que juegan los neurotransmisores en la felicidad? O, en su defecto, ¿en el pesimismo y la negatividad?

Como lo dice Lenoir, los extraordinarios progresos que se están registrando hoy en el mundo, en el conocimiento del cerebro, permiten confirmar que el cerebro consta de una maravillosa cadena de químicos que influyen de manera directa en el bienestar de cada persona. 

Pero, ante todo, es pertinente preguntar: ¿busca usted la felicidad? O, por el contrario, es un tema que deja de lado porque no quiere complicarse la vida, y que su diario guerrear le impide detenerse a temas tan etéreos?

Cualquiera que sea su respuesta, se ha confirmado que existen numerosas moléculas producidas en el encéfalo que juegan un papel importante en nuestro equilibrio emocional.

Veamos los detalles. Más de 60 neurotransmisores acaparan la actividad del cerebro. Provienen de ácidos aminados y su papel es asegurar la comunicación entre una neurona y otra. Los efectos de estos mediadores difieren según la zona en la que actúan. Y aquí entra en función la nutrición. Aquí es cuando comienzan a intervenir los alimentos que conforman la dieta cotidiana: quedó anotado que los neurotransmisores provienen de los ácidos aminados y éstos son precisamente aportados por los alimentos. La armonía cerebral se ve entorpecida cuando hay una mala nutrición, cuando la dieta no es capaz de aportar los nutrientes exigidos por el cerebro para su buen funcionamiento. Así mismo, se presentan desequilibrios a consecuencia de trastornos en el sueño o de desórdenes emocionales.

Cuatro son los neurotransmisores que juegan un papel preponderante en el equilibrio emocional y, mediante éste, en la facultad de alcanzar el bienestar que aporta la felicidad. Son ellos la dopamina, la acetilcolina, el GABA (ácido gamma-aminobutírico) y la serotonina.

Y aquí se enuncia el rol que cada uno juega: la dopamina corresponde a la energía y la motivación, la acetilcolina ayuda a la creatividad y a la memoria, el GABA es un relajante además de que transmite estabilidad en el estado de ánimo, y la serotonina es el motor de la alegría de vivir y del sentimiento de bienestar.

Estos cuatro mediadores ejercen una influencia predominante sobre nuestros comportamientos. Este es el detalle:

El GABA.- 
La persona que dispone de una secreción suficiente en su cerebro de GABA se mostrará amable y actuará con bondad y devoción. Podrá enfrentar sus propios problemas con un nivel adecuado de desprendimiento, lo que le permitirá analizarlos con mayor claridad. El GABA está comprometido con la producción de endorfinas, moléculas que transmiten una sensación de euforia y que son secretadas cuando se despliega un esfuerzo físico, durante la práctica de un deporte o durante las relaciones sexuales.

Pero si se presenta en el cerebro un exceso de GABA, la persona tendrá la tendencia de sacrificarse por los demás y de ser dependiente de ellos. En cambio, una carencia severa del mismo puede generar instabilidad y la tendencia a perder el control sobre sí mismo.

La dopamina.-

Es sinónimo de abarcar la vida con apetito. Significa así mismo motivación y la toma de decisiones. Cuando la secreción es amplia, suficiente, se encuentra una personalidad extrovertida, lleva de vida. A esta persona le gusta el poder pero acepta muy mal las críticas. En exceso, la dopamina puede conducir a la comisión de actos violentos e impulsivos.

La serotonina.-

Se encuentra en el cerebro y también en el intestino delgado. Está implicada en la felicidad de vivir, el optimismo, la serenidad, la satisfacción. Ejerce influencia sobre el sueño y en el equilibrio entre los dos hemisferios del cerebro.

En exceso, la serotonina puede engendrar un gran nerviosismo y una falta de confianza en sí mismo. La persona se sentirá agredida por cualquier crítica que se le haga, así sea mínima. Se sentirá además con un gran temor ante la perspectiva de no ser aceptada o estimada. En cambio, su carencia hará que la persona se sienta rechazada por sus familiares y amigos. Tendrá tendencia a encerrarse en sí misma. Con frecuencia, la depresión es una consecuencia de la falta de serotonina.

La acetilcolina.-

Está ligada con la creatividad, la intuición, la sociabilidad, el placer de vivir aventuras. Está igualmente involucrada con la memoria. Cuando se encuentra en cantidades más elevadas que las necesitadas, puede dar lugar a un excesivo altruismo a pesar de que la persona siente -y se convence- que su entorno aprovecha de sus favores y esto lo lleva a la paranoia. La falta de acetilcolina produce una pérdida del sentido de las realidades y de la capacidad de concentración.

Además de los neurotransmisores, el cerebro recibe la influencia de hormonas secretadas por las glándulas endocrinas, entre las cuales la hipófisis, la tiroidea, las suprarrenales y las glándulas genitales. Pueden igualmente ser fabricadas por el páncreas que libera la insulina, y por el hipotálamo que, por su parte, secreta la ocitocina.  

Esta, la ocitocina, juega un papel preponderante en el bienestar y en las emociones positivas. El hipotálamo la sintetiza pero es liberada durante el orgasmo, en el momento de dar a luz y durante el amamantamiento. La sustancia ejerce igualmente un papel positivo en la confianza que se siente hacia las demás personas. Favorece la empatía, la generosidad y motiva el deseo de ayudar. Reduce el estrés y la ansiedad que se pueden presentar en el curso de situaciones sociales.

La conclusión es evidente: la vida emocional de cada persona se mueve bajo la influencia del cerebro y de las sustancias químicas producidas por nuestro cuerpo. Estas ejercen un papel fundamental en nuestra capacidad de encontrar -y mantener- la felicidad o la infelicidad.

Es cierto que el patrimonio genético condiciona también la capacidad de alcanzar la felicidad pero no es un elemento determinante de ésta. Otro de los puntos fundamentales se ubica a nivel de la nutrición: en la medida en que la dieta es completa, llena de nutrientes, en esa misma medida el cerebro estará en capacidad de proporcionar las sustancias necesarias y suficientes y esto se traducirá en la consecución del equilibrio emocional.