viernes, 12 de junio de 2015

Usted y su familia



Hablarle a un hijo o a una hija de calorías, vitaminas, nutrientes... es como invitarlo a bostezar y a buscar otra clase de distracciones.

Porque está claro: a ellos, niños o adolescentes, eso no les interesa. Y más bien les aburre. Porque, para ellos, el festín se hace con hamburguesas y papas fritas, con galletas y helados. No pretendamos que les interese saber si el frito trae colesterol o si mucho azúcar puede llamar la diabetes...

¿Causa perdida? De pronto no. Pongámosle imaginación para buscar alternativas. Para que cada almuerzo y cada cena, para que el desayuno se conviertan en un momento placentero, de diálogo y mucha amabilidad.

Fácil decirlo, ¿verdad? Porque, a la base misma, o sea al intentar mantener una dieta óptima, se cruzan todas las dificultades. ¿Cómo será entonces convencer a sus hijos de que ese es el camino hacia la salud? 

Lo primero es preguntarse a sí mismo (a) si está convencido (a) de adoptar esa dieta. Luego, si su respuesta es positiva, preguntarse si ha encontrado una vía accesible y más fácil ara lograrlo.

Veamos qué puede hacer frente a su familia. Esposo (a) e hijos. 

Venderles los beneficios de una dieta saludable y, al mismo tiempo, prepararles platos sabrosos que a ella correspondan incrementa la posibilidad de que su familia le tome mayor gusto a la comida que usted le ofrece. 

Otra forma de alcanzar el cambio en la dieta de la familia es que esta quede involucrada en la perspectiva de que el estilo de vida se modifique. Sus hijos se mostrarán más positivos si ellos habrán participado de una manera u otra en la elaboración y diseño de la nueva dieta y en la adquisición de los productos.

Aquí van algunos consejos:

1) Podría, por ejemplo, tener materas en su casa, bien sea en el balcón si lo hay o en las ventanas, en las que sembrarán hierbas aromáticas y algunas verduras que no requieran de grandes espacios. Por ejemplo, una mata de tomate, una o dos lechugas, unas pocas zanahorias. Quizá unos retoños de espinaca.

Si sus hijos se ven comprometidos a cuidar de esas materas, les tendrán cariño y el mismo interés por ella hará que se les agudice el gusto por comer lo que han sembrado y cultivado. 

Entre las hierbas, puede tener perejil, hierbabuena, albahaca. Manzanilla para las aguas aromáticas, tomillo para adobar las carnes...

2) Convierta el acto de cocinar y el de comer en momentos de mucho color y alegría, en un pasatiempo que ayude a botar las tensiones del día e invite a la convivencia. 

Disponga, por ejemplo, de varias frutas para que las mezclen a los cereales del desayuno. Mantenga en la nevera verduras crudas, tajadas y listas para consumir, que ellos puedan tener en sus momentos de hambrecita. 

Otra manera de interesarlos está en invitarlos a preparar, ellos mismos, algunos platos o postres. Fáciles como pueden serlo la mezcla para unas crepes, una salsa de tomates para los espaguetis, una sopa de vegetales. Si están en edad de poder cortar las verduras y carnes sin riesgo de herirse, podrán disponer los trozos de carne para asar. Hasta podrían, ellos mismos, mezclar la carne molida con los ingredientes que usted les indique para prepararse una hamburguesa hecha en casa!

3) Si usted les "narra" los beneficios de algunos alimentos, ellos los entenderán mejor. Por ejemplo, si les explica que el pescado privilegia la salud del cerebro y ayuda a desarrollar la inteligencia, les interesará. Lo mismo será si les cuenta que las semillas y nueces les ayudarán a no tener rasquiñas ni asma. O si les dice que algunos alimentos, como las lentejas y fríjoles, lo mismo que las semillas de ahuyama y girasol son ricas en zinc, mineral que los protegerá contra el acné... La zanahoria para ver mejor, las frutas rojas para evitar los resfriados...

Llevar a que sus hijos se vean involucrados en la cocina y preparación de platos, lo mismo que en la siembra y cultivo de verduras tendrá muchos beneficios. Por ejemplo:
- Les hará apreciar mucho más la comida que les sirve. Entender en qué consiste todo el proceso de comprar, sembrar, lavar, cocinar los hará más tolerantes y abiertos a las variedades. Y sobre todo les invitará a protestar menos frente a cuanta comida les ofrezca.

- Dará a la familia una excelente oportunidad de participar en momentos de diálogo y comprensión. Usted, por su parte, disfrutará mucho más de la cocina sin pensar, con amargura, que, mientras usted está detrás de sus ollas y hornillas, ellos están disfrutando de la televisión!

- Para sus hijos, será también una oportunidad de asumir nuevas responsabilidades, y de establecer las bases para que ellos mantengan en el futuro hábitos alimenticios saludables.

Recetas para adolescentes

Pizza para 4:

Compre la masa ya lista o prepárenla en casa con la siguiente receta:
- 250 gras de harina
- 7 gramos de levadura
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 taza de agua tibia
- 1 pizca de sal

Deje que la levadura se fermente y comience a trabajar la harina con el aceite, mezcle la levadura y al final el agua tibia. Trabaje el todo hasta que quede una masa homogénea y flexible. Deje reposar durante una hora. Para extenderla, riegue harina sobre la superficie del mueble y manéjela con el rodillo hasta que alcance el espesor que les gusta.


A la base, es aconsejable poner una capa de tomates que se habrán pasado en una licuadora para convertirlos en puré. 


Para adornarla, invite a sus hijos a que ellos mismos escojan los ingredientes. Puede cubrir los tomates con queso rallado o en tajadas delgadas.

Entre tanto, taje las verduras en láminas delgadas, écheles un poco de aceite de oliva y llévelas al horno para que queden asadas. Puede omitir este procedimiento y poner las verduras tajadas crudas sobre el queso. Si las asa quedarán más sabrosas.

Entre las verduras, podría utilizar cebollas, pimentones, zucchini, berenjenas, corazones de alcachofa, champiñones. Si  lo quiere, pueden luego poner tajadas de jamón, aceitunas, y hasta tomates secos. Lleve al horno a una temperatura de 220 grados (caliente) durante cerca de 15 minutos.

Muffins de zanahoria

12 muffins:
- 170 grs de harina
- 3 huevos
- 2 cucharas de polvo de hornear
- 75 grs de azúcar morena
- 225 grs de zanahoria rallada
- 50 grs de uvas pasas
- 120 ml. de aceite vegetal
- Opcional: un cuarto de cucharita de nuez moscada, canela, jengibre en polvo

Caliente el horno a 180 grados.

Entre tanto, mezcle los ingredientes secos en un bol grande, agregue las zanahorias y las uvas pasas. Bata juntos los huevos y el aceite y échelos a la preparación seca. Trabaje hasta que todos los ingredientes queden bien integrados. 

Cubra los moldes con un poco de mantequilla para evitar que los ponqués se peguen. Disponga de la mezcla en esos mismos moldes y llévelos al horno durante entre 20 y 25 minutos. Estarán listos cuando la superficie quede dorada.

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