lunes, 11 de enero de 2016

Desintoxicarse (2)



Todo cuerpo tiene su propio lenguaje. Y cada uno de nosotros lo conoce. Finalmente, ese cuerpo sabe como advertirnos de que algo anda mal, así como sabe decirnos que todo marcha bien.

Y nosotros, aún si a veces nos negamos a escucharlo -bien sea porque es más cómodo o por puro temor- acabamos por acatar lo que nos pide. Porque, en la inmensa mayoría de los casos, no se trata de caprichos. El cuerpo puede algunas raras veces simular pero siempre acaba diciendo la verdad.

Ese lenguaje, más las sugerencias que ya formulamos, nos dan la pauta acerca de lo que debemos hacer para depurar nuestro organismo. De qué intensidad se requiere para despojarlo de las toxinas, de cuánto tiempo, de qué elementos debemos ayudarnos. Esto, y muchos otros detalles.

Porque existen muchas técnicas para la desintoxicación. 

Sin embargo, antes de comentar algunas de ellas, las más usuales, es conveniente hacer unas anotaciones:
- La primera: cada organismo es individual, ya lo hemos dicho. Cada uno vive una situación personal, nunca, o casi nunca, semejante a la de otros. Esto significa que cada cual debe asumir las decisiones acordes con su propia condición.
- Existen técnicas suaves que pueden mantenerse durante varios días, o reproducirse por intervalos regulares a lo largo de varios meses. No perjudican porque, de todos modos, no exigen restricciones fuertes.
- Antes de emprender una cura de depuración, es aconsejable hablar con un médico. Sea éste su médico personal, un nutricionista, un dietista o el que usted prefiera. Es una medida de precaución para garantizar que su decisión es la adecuada. Como en toda dieta restrictiva, si no se siguen normas claras y saludables, pueden desencadenarse perjuicios.

Hablemos entonces de tres de las técnicas más usuales para desintoxicarse. Más adelante hablaremos de los cuatro niveles que corresponden a cada una de estas técnicas.

Dieta rápida pero intensa.-

Se recomienda aplicarla durante únicamente dos días. Y consiste en consumir únicamente verduras y frutas y beber mucha agua.

Más fácil y más larga.-

El médico nutricionista o el dietista le puede diseñar un programa alimenticio saludable, lleno de nutrientes, que le permite al cuerpo irse desintoxicando gradualmente a lo largo de varias semanas.

Una combinación de ambos.-

Se establece igualmente un programa a largo plazo durante el cual usted recibirá una dieta muy saludable para la mayoría de los días. Pero usted restringirá el consumo de alimentos de manera estricta durante dos o tres días cada dos semanas.

Cualquiera que sea su determinación, trate de que la dieta se ajuste a sus actividades cotidianas. Tenga en cuenta las restricciones que le pueden ser impuestas por su trabajo, su vida familiar o social, sus actividades cotidianas.

Es más efectivo el tratamiento si se prolonga durante varios días. Puede así mismo pasar de un nivel al otro lo que le dará a su organismo tiempo para irse adaptando. Por supuesto, todo debe ser decidido con un médico. No caben acá las improvisaciones.

Hablemos de lo que se debe restringir o eliminar cuando se emprende una dieta de depuración:

Nivel 1: Evitar alimentos listos para ser consumidos, té, café, alcohol, carbohidratos refinados, comidas enlatadas. Por supuesto, elimine toda comida "basura".

Nivel 2: Elimine carnes rojas, huevos, productos lácteos y productos que contengan trigo.

Nivel 3: Elimine pescados y productos hechos con soya y todos los cereales salvo el arroz.

Nivel 4: Usted puede permanecer un día (uno solo) consumiendo frutas, verduras, jugos de cualquiera de éstas, y agua. Elimine el arroz integral y todas las nueces que se le permitían en los niveles anteriores.

Opciones a largo plazo.-

Corresponden a los niveles 1 y 2. Mantener la depuración durante varias semanas es posible. A veces, es igualmente aconsejable. No solo le permite a su organismo adaptarse y a su hígado mejor funcionar para desechar las toxinas, sino que le ayuda a adquirir nuevos hábitos alimenticios, más saludables.

Si usted decide adoptar el nivel 1, muy seguramente podrá acostumbrarse a este nuevo enfoque para su alimentación. Y, de pronto, usted lo adoptará como hábito permanente. 

No se puede decir lo mismo del nivel 2 por cuanto es preferible mantenerlo por tiempos definidos. Es más: si usted se encuentra en gestación o amamantando a su bebé, si sufre de alguna condición específica de salud consúltelo con su médico y con un nutricionista para asegurarse que se encuentra apto para seguir este nivel. Así sea por pocos días.

Con este nivel 2, usted de todos modos recibe un buen aporte de calcio gracias a las nueces y semillas, a las verduras de hojas verdes, el brócoli y otros crucíferos, pescados enlatados y albaricoques secos. El hierro le será dado también por las verduras de hojas grandes verdes y por leguminosas.

El hecho de eliminar las carnes rojas, los huevos y productos lácteos puede traducirse en un descenso efectivo de los niveles de colesterol y del consumo de grasas saturadas. Las proteínas y ácidos grasos esenciales son garantizados por los pescados. Estos han sido relacionados con menor incidencia de infartos cardíacos, una tensión arterial más normal y protección para el cerebro.  

Con los niveles 3 y 4, es indispensable tener un seguimiento médico. No se arriesgue a sufrir de déficit nutricionales que pueden traducirse en trastornos  tan o más graves que la misma saturación de tóxicos.

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