viernes, 6 de mayo de 2016

Ejercicios sobre un sillón



Es un círculo vicioso: menos uno se mueve menos ganas tiene de moverse. Y menos se tienen ganas de moverse, menos es capaz de hacerlo. Y menos uno se mueve...

Ya vemos el panorama. Entre más sedentario eres, más te  gustará permanecer sentado o recostado. Es decir, estático!

Y eso, no solo tu cuerpo y tus músculos lo sufrirán sino también tu cerebro. La "pereza" es contagiosa. Y, a la larga, se anquilosa en cada rincón de ti mismo. Y, como resultado, verás degradarse tu calidad de vida.

¿No te ha sucedido alguna vez que te cuesta trabajo recoger del suelo un tenedor que se te cayó? O un lápiz, o tu peine, o el jabón, o...

No me corresponde en este momento recordarte que el ejercicio es sinónimo de vida, de buena salud y de bienestar. Eso, ya lo sabes, y muy bien. Pero, obviamente, te es mucho más cómodo "olvidarlo" o, mejor dicho, hacerte el desentendido. Como si no fuera asunto tuyo sino de los demás...

Pero lo que sí quisiera contarte hoy es que puedes trabajar tus músculos aún si permaneces sentado en tu sillón. Sin necesidad de hacer grandes esfuerzos, ni de vestir un traje de combate, ni zapatos tenis, ni camisetas de algodón que le permiten a tu piel respirar mientras sudas.

Simplemente, sentado allí, en ese mismo sillón. Detrás de tu escritorio o frente al televisor. Veamos lo que esto significa.

Sin lugar a dudas, miramos la televisión. Un noticiero o un episodio de esa serie tan interesante que transmiten todas las noches y que tanto te gusta. 

Te propongo una variante mientras asistes a tu programa. Extiende sobre el suelo una toalla o un tapete. Y acuéstate sobre el mismo. De espaldas pero con la mirada fija sobre la pantalla. Y mientras se van desenlazando los episodios y los personajes actúan, levanta las piernas y pedalea. Unos segundos, ojalá unos minutos. Los que más quieras y aguantes. Esto no solo hará trabajar los músculos de sus piernas, incluidos los muslos, sino que ayudará a fortalecer sus abdominales. Además de tonificarlo, ayudará a tener una circulación sanguínea más fluida.

Y en tiempos invernales, le producirá algo de calor. ¿Vale la pena? Hágalo todos los días y, si quiere, varias veces al día.

Otro ejercicio: sentado sobre su sillón preferido o, si lo prefiere, recostado, levante las piernas de manera sucesiva, la derecha y luego la izquierda. Varias veces. Entre más alto las lleve, mejor será. ¿Siente cómo trabajan sus abdominales? 

Ojalá se entusiasme porque acá le traigo una variante: Siempre sentado sobre el canapé o el sillón, cada 10 minutos levante las dos piernas juntas y manténgalas unos segundos estiradas lo más alto que pueda. Bájelas y repita el ejercicio una o más veces. ¿Cómo responden los músculos de su abdomen?

Ahora estamos de pie. Quizá hablando por teléfono. No interrumpa la charla pero pegue su espalda a la pared y levante su pierna lo más alto que pueda. Manténgala unos segundos, bájela y haga lo mismo con la segunda pierna. Si lo hace de manera adecuada, este ejercicio le fortalecerá los músculos de los muslos.

Variante: levante la pierna o más alto que pueda pero dóblela para formar un ángulo recto, con la rodilla al frente. Mantenga el busto recto, siempre recostado contra la pared. Deje pasar dos segundos, baje la pierna pero, sin tocar el suelo, vuélvala a levantar. Repita este movimiento varias veces antes de iniciar el mismo ejercicio con la segunda pierna. No solo su nalga y muslos se lo agradecerán sino igualmente sus pantorrillas.

Precisamente hablemos de éstas, las pantorrillas. Es posible fortalecerlas montando en bicicleta. Mas no es el único ejercicio que les conviene. Y aquí va una sugerencia: manténgase sentado, con los dos pies sobre el suelo, la espalda recta y adosada al espaldar. Sin despegar los dedos de sus pies del suelo, levante los talones y manténgalos en alto durante unos segundo. Repita este movimiento varias veces.

Este mismo ejercicio lo puede realizar estando de pie. Imite a una bailarina (ballet clásico) y párese sobre la punta de sus pies. Vaya sin afanes: hágalo despacio, varias veces. Suba, baje. Este ejercicio es muy fácil de hacer en cualquier momento del día: mientras espera el bus o el metro, en el ascensor, al frente de la olla que no acaba de hervir.

Variante: siempre de pie, levante una pierna hacia el lado. Despacio. Manténgala lo más alto que pueda y bájela. No olvide que tiene dos piernas, así que será el turno de la segunda de levantarse hacia el lado. ¿Cómo siente que reacciona su nalga? 

Para los brazos: en cualquier momento y lugar. De pie, con la espalda bien recta. Levante los brazos y llévelos hacia adelante. Manténgalos así unos segundos. Puede también alternar: un brazo luego el segundo. ¿Le parece demasiado simple? Me lo dirá cuando lo haya repetido unas 50 veces...

Como ve, es fácil poner sus músculos a trabajar sin necesidad de emprender 10 kilómetros de maratón. Si pone atención a su cuerpo, él mismo le sugerirá muchos otros ejercicios sencillos, fáciles y siempre benéficos. Inténtelo. Seguro: vale la pena.

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