lunes, 6 de julio de 2015

Afrodisiacos



Cuernos o cachos, alerones de tiburones y de delfines rosados, bebedizos y pociones, frutas y semillas...

La lista de los afrodisiacos -ciertos o no- es bien larga. De hecho, cada cultura presenta uno o más de esos elementos -que bien pueden ser alimentos- con supuestos poderes para la estimulación sexual  el óptimo desempeño orgánico a la hora de acoplarse con la pareja.

Y, por causa de los mismos afrodisiacos, poblaciones numerosas de animales silvestres se encuentran en vía de extinción. O, por lo menos, seriamente diezmadas. Hablemos de unas pocas: los delfines rosados que habitan los ríos del Amazonas, los tiburones tigre que andan merodeando en los mares que bañan el continente africano. 

¿Qué tan ciertos son todos estos excitantes? ¿Son apenas destellos de ilusiones o sí actúan en pro de la estimulación sexual?  


Partamos de una base científicamente comprobada: en el amor y en el sexo intervienen elementos químicos. Que no solo atañen a los órganos sexuales como tales  sino que parten del cerebro. Muchos de ellos, se originan en el hipotálamo, pequeña porción cerebral que cumple una multitud de funciones. Entre las cuales, la de estar a cargo de nuestro comportamiento general y de nuestras tendencias sexuales en particular.

Esta pequeña -muy pequeña- porción del cerebro convierte nuestros impulsos desde el entorno exterior e interior en químicos especiales, semejantes a hormonas. Estas, a su vez, viajan hacia la glándula pituitaria y provocan la liberación de varias de sus hormonas que se encaminan hacia las glándulas endocrinas que, también a su vez, liberan aún más hormonas.

En breve, cuando un hombre mira los ojos de su amada, lo que primero ocurre es que los impulsos luminosos se convierten en impulsos eléctricos. Estos atraviesan parte del cerebro transportados por los nervios ópticos hasta ser convertidos, en el hipotálamo, en factores liberadores de hormonas de la adrenalina que llevan al aceleramiento del corazón del hombre enamorado.

Pero esto no solo ocurre con la visión sino también con los olores. En general, la influencia de los sentidos sobre el comportamiento sexual no es reconocida a un nivel consciente. Hasta el punto de que Puedan producirse efectos dramáticos de bloqueo en los circuitos hasta llevar a la persona a "ser ciega frente al amor"!

El hipotálamo se encarga de enviar hacia la pituitaria hormonas que dan lugar a la liberación de dos distintas hormonas. Una de ellas responsable de la producción de testosterona -la hormona masculina- y la segunda encargada de que se inicie la producción del semen.

Pero, en material del amor y de la sexualidad, es quizá el cerebro, órgano mayor, quien se encarga del principal papel. Porque es él quien libera sus propios opiáceos (fenilalanina), responsables de que las parejas permanezcan unidas. 

Numerosos son los alimentos que contienen fenilalanina. Entre ellos, las almendras, las manzanas y el aguacate, el plátano o banano, la carne de res y la de pollo, el pescado. Entre las verduras, están la remolacha, el perejil, la zanahoria, la espinaca y el tomate. Se incluyen en la lista los huevos y la leche, el queso cottage, la soya y el chocolate.

Y aquí llegamos de nuevo a los afrodisiacos. Creencias que han llevado a los hombres a consumir alimentos no sospechados, que adquieren fama como  factores de excitación sexual. Alimentos que, muchas veces, tienen un parecido remoto con los órganos sexuales, como pueden serlo las ostras, los bananos o los cuernos del rinoceronte...

Pero raros son los productos, sustancias o elementos que sí han sido comprobados por los científicos como influyentes incentivos del sexo. 

Se habla, por ejemplo, de la luteína como del afrodisiaco por excelencia. Sin embargo, las investigaciones la han calificado como anticonceptivo tanto para hombres como para mujeres. En algunas ocasiones, sí ha incentivado la libido de las mujeres mas no la de los hombres.

Otra sustancia, la dopamina, un neurotransmisor parcialmente involucrado con el sexo, es un aminoácido hoy presente en el mercado en forma de suplemento nutricional. Pero su consumo no puede ser incontrolado: la dopamina en exceso puede ser culpable de enfermedad mental.

En cuanto a la serotonina, producida a base de triptófano, es un estimulante para la mujer pero un depresor para los hombres. Los huevos, la lecitina y la colina, complementados con vitamina B, puede ayudar a sintetizar la acetilcolina la cual podría tener efectos muy positivos sobre el comportamiento sexual.

Sin embargo, nada está totalmente establecido. Y, desafortunadamente para muchos, un potente carro deportivo y una chequera de la cual se pueden girar cifras con muchos ceros a la derecha siguen siendo uno de los mayores afrodisiacos disponibles en el mercado...

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