Hay alimentos que usted puede omitir de su dieta cotidiana sin que se derive perjuicio alguno. Pero hay otros que son tan ricos, tan nutritivos que no deberían nunca estar ausentes de su mesa.
Es el caso de frutas como el aguacate. O de las leguminosas. O de verduras como el brócoli y el coliflor. Es así mismo el caso de los pescados de carne grasa.
Habíamos hablado en una oportunidad de los súper alimentos. Hoy no los clasificamos como tal pero sí es interesante destacar los beneficios que ciertos alimentos aportan para nuestra salud y el bienestar.
Aguacate.-
Este es el que primero anotamos. Porque es de una riqueza tal que se merece ocupar un lugar de privilegio en nuestros platos.
Aunque muchos pensamos que es un vegetal, quizá porque lo comemos en ensalada y en preparaciones con sal -tales como las entradas con camarones- es una fruta. De hecho, es el producto vegetal que mayor porcentaje de proteínas contiene.
Aporta grasas monoinsaturadas, semejantes a las del aceite de olivas, que ayudan a reducir los niveles del colesterol malo o LDL. Contiene así mismo carbohidratos, betacaroteno, vitamina E, glutaton y fibra. El aguacate ayuda a proteger contra las enfermedades cardíacas, el infarto y el cáncer.
Por otra parte, tiene propiedades para combatir algunas bacterias y hongos.
Con frecuencia el aguacate es eliminado de las dietas de quienes desean perder peso. Un aguacate, de tamaño mediano, aporta 300 calorías. Sin embargo, sus altas cualidades juegan en su favor y no solo lo hacen válido para una dieta de adelgazamiento sino que puede incluirse, en pequeñas cantidades, en las comidas de los niños de baja edad.
Leguminosas.-
Seguimos en el campo de las proteínas. Se trata de las lentejas, garbanzos, las distintas variedades de fríjoles, la soya.
Antes de hablar de sus cualidades nutricionales es preciso recordar que son proteínas vegetales. Sin embargo, consumidas solas no tienen la misma riqueza que las proteínas animales. Para ser completas, deben ser mezcladas, a partes iguales, con un cereal. Ejemplos de estas combinaciones, los hay y numerosos. Basta con citar las lentejas, garbanzos o fríjoles con arroz.
Otro detalle importante es que, precisamente por ser proteínas, deben ofrecerse como plato principal, complementado simplemente con una ensalada o una verdura cocinada (además del cereal). Combinar una leguminosa con una proteína animal, hábito bastante frecuente, acaba siendo una redundancia!
Las leguminosas son muy ricas en fibras y pueden ser vistas como un antídoto muy eficaz contra los niveles altos de colesterol. Son excelentes para las personas que sufren de diabetes pues ayudan a nivelar y hasta reducir las cifras de glucosa en la sangre.
Las poblaciones que las consumen con frecuencia presentan menores índices de cáncer.
Los brotes de leguminosas aportan L-dopa, sustancia que se convierte en el cerebro en dopamina.
Advertencia: si usted no acostumbra consumir leguminosas, comience con pequeñas dosis. Pueden producir flatulencia.
Remolacha, acelgas.-
Se podría pensar que no tienen nada en común. Sin embargo, ambas verduras contienen cualidades nutricionales extraordinarias, muy similares.
Hablemos entonces de un duo: excelente fuente de carbohidratos complejos, de fibra, vitaminas del grupo B, ácido fólico, vitamina C, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, selenio, zinc y ácidos sílicos. Son muy ricos en boro, mineral que juega un papel importante en la producción de hormonas sexuales. De allí se deriva su fama de actuar como afrodisiacos.
La acelga es aliada de la salud del corazón. Junto con el ácido fólico y las vitaminas B6 y B2, reduce los niveles de homocisteína culpable de los infartos y de los daños en las arterias.
En cuanto a la remolacha, es protectora del hígado y combate la acidez estomacal que produce trastornos digestivos. Puede igualmente proteger contra los daños que produce el excesivo consumo de alcohol, y contrarresta la deficiencia de proteínas y hasta la diabetes. El nitrato que aporta, que puede ser fuente de óxido nítrico, es utilizado para transmitir mensajes a los músculos.
Tanto la acelga como la remolacha son vistas como auxiliares muy importantes para combatir el estreñimiento y para el tratamiento de la obesidad.
El apio.-
Le antecede una historia larga por sus múltiples aplicaciones en la medicina no solo en la tradición china sino también entre los occidentales. Entre otras bondades, se le reconocen ingredientes que ayudan a relajar los músculos que rodean las arterias, a reducir las hormonas del estrés que producen estrechamiento en las mismas arterias. Así mismo, su aporte en potasio, calcio y magnesio ha sido asociado a combatir la hipertensión arterial, a reducir el colesterol y a incrementar la secreción de bilis.
El apio es rico en vitamina K, en grandes cantidades de folatos, vitaminas A, B y C, así como en potasio, manganeso, calcio, magnesio, triptófano, fósforo, hierro y fibras. En la cocina, resalta la acción de la sal y puede llegar a remplazarla.
Cilantro.-
Es a un mismo tiempo una hierba aromática y una especie: tanto sus hojas como sus semillas son utilizadas en la cocina.
Desde hace más de 3.000 años el cilantro comenzó a ser producido por los persas.
Es muy rico en vitamina C, betacaroteno, calcio y fósforo. Las investigaciones parecen confirmar que es benéfico para disminuir los niveles de colesterol y glucosa en la sangre lo que significa que ayuda a tratar la hipoglicemia y la diabetes. Tiene igualmente facultades como antibiótico gracias a una de sus sustancias, el dodecenal que ayuda a prevenir la intoxicación por Salmonella y la gastroenteritis. Otras sustancias han sido igualmente detectadas que le confieren cualidades como antibiótico.
Pepino (cocombro).-
Fue también utilizado por civilizaciones antiguas no solo por sus cualidades nutricionales sino por ser benéfico para la piel. De hecho, aún hoy se le utiliza para combatir las ojeras, la dermatitis y las quemaduras causadas por una exposición excesiva al sol.
El cocombro aporta muy pocas calorías. A pesar de ser compuesto principalmente por agua, contiene vitamina C. La piel, verde oscura, es rica en fibra, sílice, potasio y magnesio. Contiene una pequeña cantidad de triptófano. El jugo hecho con cocombro es recomendado para bajar la fiebre, contra el estreñimiento y las erupciones dérmicas, la hipertensión arterial, el reumatismo, la obesidad y la acidosis. Es medianamente diurético y ayuda a tratar las irritaciones del tracto urinario.
Hinojo.-
Este es otro de los vegetales con larga tradición sobre todo en los países mediterráneos y del Medio Oriente.
El bulbo del hinojo es una fuente excelente de vitamina C, fibras, potasio, manganeso, folato y molibdeno. Es así mismo buena fuente de niacina, fósforo, calcio, magnesio, cobre y hierro. Contiene una combinación de varios fitonutrientes lo que lo hace ser un excelente antioxidante. Uno de ellos, el anetol, es un poderoso antiinflamatorio y ayuda a prevenir el cáncer. El bulbo también reduce los niveles del colesterol y protege contra el cáncer del colon. Gracias a sus altos niveles de folatos, combate los altos niveles de homocisteína que pueden dañar las arterias y causar daños coronarios. Por otra parte, contiene altos niveles de fito estrógenos que lo hacen protector contra el cáncer de seno.
Cúrcuma.-
Es una de las más importantes especies por sus cualidades para la salud. Uno de sus principales ingredientes, la curcumina, que le confiere su color amarillo intenso, es un agente antiinflamatorio. Es una poderosa cortisona que ayuda a aliviar los síntomas de la artritis reumatoide. Contribuye a disminuir los niveles del colesterol, ayuda a prevenir los coágulos, protege el hígado. Ayuda al estómago a combatir la acidez. Para los diabéticos es un auxiliar pues contribuye a disminuir los niveles de azúcar en la sangre. Tiene poderosas facultades para evitar el cáncer.
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