Hay temas que son recurrentes. Se olvidan durante un tiempo, más o menos indefinido, para luego regresar a alimentar las páginas y espacios de los medios de comunicación.
Muchos de esos temas acaban dando lugar a contradicciones. De pronto sucede por la rapidez con la que se nos dan las informaciones y novedades. Ejemplos los hay, y muchos. Que nos confunden! Uno de ellos es la función del chocolate. Otra la del café.
Otra más la de los productos lácteos. ¿Por qué si siempre escuchamos que el yogur era la panacea para la salud, contra el envejecimiento y hasta contra la aparición de cabellos blancos -o canas-, por qué de pronto un grupo de científicos de distintas nacionalidades comienzan a divulgar conceptos totalmente opuestos. Y llegan a aconsejar la eliminación, ojalá total, de los productos lácteos de nuestra dieta?
El omega 3 y sus múltiples bondades ha regresado en estos días. Siempre se ha sostenido que este ácido graso, poliinsaturado, era altamente benéfico para el hombre, para sus distintos órganos, desde el cerebro hasta el corazón. Pero, así mismo, hubo quien tomara mangueras para apagar el fuego del entusiasmo... Pocos, sin embargo, lo condenaron o lo tacharon de falacia.
Científicos británicos nos hablan hoy del resultado de sus investigaciones relacionadas con la relación entre el omega 3 y el desempeño de atletas profesionales, de deportistas de alto rendimiento. Mencionan como un suplemento de ésta sustancia
aporta ventajas grandes tanto para los músculos como para la función cerebral de quienes se dedican al ejercicio. Los investigadores, Ross Lorimer y John Babraj transmiten sus conclusiones.
El omega 3 se encuentra de manera natural en algunos alimentos. De manera muy especial, en ciertas algas pero, sobre todo, en los pescados de carne grasa como lo son el salmón, el arenque, las sardinas. Toda persona que incluya estos alimentos en su dieta cotidiana recibe los beneficios que aporta el ácido graso esencial. De hecho, es importante destacar que este es un nutriente esencial, indispensable para la regulación de las funciones del cuerpo.
Entre sus funciones se encuentra la de jugar un papel fundamental al permitir el funcionamiento de las enzimas y otras moléculas. Es igualmente un poderoso antiinflamatorio. Puede reducir el dolor y la rigidez que pueden presentarse después de un intenso entrenamiento o para quienes sufren de artritis. En algunos casos hasta puede ayudar a prevenir daños musculares en los atletas.
Su poder como antiinflamatorio se deriva por el hecho de que reduce la producción de prostaglandinas y previene la producción de citroquinas. Por otra parte, el omega 3 incrementa la tasa de activación de las enzimas clave que controlan la síntesis de las proteínas e interviene en el metabolismo del colágeno y ayuda a que éste alcance los tendones y ligamentos.
Los investigadores británicos también analizaron el efecto que hace el ácido graso esencial en la menta de los deportistas de alto rendimiento y atletas. En sus conclusiones mencionan el hecho de que el esfuerzo que éstos hacen no solo se refleja en su organismo sino que se extiende al trabajo mental. Precisamente el arduo trabajo que deben desplegar en sus entrenamientos y desempeños les obliga a una concentración máxima sin la cual pueden fallar en sus resultados.
Esta alta concentración -dicen los investigadores- puede causarles cansancio mental y pérdida de la concentración lo que los lleva a cometer errores, a equivocarse también en sus medidas de tiempo y distancia y, finalmente acaban extenuados -o exhaustos-. Por demás, con cansancio mental les es difícil mantenerse serenos y llegan a niveles en los que el mismo cerebro comienza a perder sustancias lo que afecta sus funciones cognitivas.
El hecho de caer en extremo cansancio mental da lugar además a fallas en las reacciones sicomotoras lo que se traduce en deficiencias en la actividad del sistema nervioso.
De allí que la investigación aconseja incluir un suplemento de omega 3 entre los atletas. Toda persona que consume pescado graso con frecuencia recibe a través de su alimentación la dosis de 1 gramos que requiere para alcanzar beneficios. Pero la dosis que los atletas necesitan se incrementa de manera significativa en la medida en que su entrenamiento y desempeño se hace más intenso. Los de mayor esfuerzo pueden llegar a necesitar suplementos de entre 3 y 4 gramos diarios. Por supuesto, esto debe ser ante todo determinado y confirmado por el médico deportólogo encargado de sus dietas.
Este suplemento les ayuda a:
- Lograr una mayor concentración durante un espacio de tiempo más largo;
- Menos cansancio mental lo que les ayuda a mejor concentrar su atención;
- Con una mayor concentración, evitan cometer juicios erróneos o fallas tanto en el conteo del tiempo como en la distancia, en sus habilidades motrices finas.
El consejo va dirigido a todas las personas que se entregan al ejercicio intenso de actividades físicas o deportes. De manera especial se dirige a quienes practican carreras o ciclismo.
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