viernes, 9 de mayo de 2014

Calvos pero felices



En alguna oportunidad, un amigo comentaba que los calvos no deberían acomplejarse. Porque, adonde fueran, siempre llamaban la atención, y su misma calvicie se convertía en un distintivo oportuno para que no se olvidaran de él ni de su fisionomía. Por demás, decía, a muchas mujeres les encanta acariciar calvas...

Ese amigo, valga la aclaración, era tan calvo como una bola de billar. ¡Calvo pero feliz!

Difícil es, sin embargo, que los que pierden el pelo o que nacieron con apenas una pelusa acepten su suerte. En muchas culturas del mundo, actuales y antiguas, se la concede a la cabellera una importancia mayor. Y para quien comienza a perder el pelo sin poderlo refrenar, se da una sensación de inseguridad e insatisfacción que, no pocas veces, se convierte en ansiedad y depresión. Con razón: se opera un cambio en su fisionomía. Por supuesto, más de un comerciante hábil promociona productos para remediar la caída de pelo pero pocos, por no decir que casi ninguno, acaba siendo realmente eficaz. Para mayor descontento y desilusión de quien lo habría necesitado.

¿La calvicie o alopecia es remediable? Dependiendo de las causas se puede hablar de una solución. Por supuesto, cuando es definitiva, existen técnicas quirúrgicas, lo mismo que algunos medicamentos producidos por laboratorios farmacéuticos de amplia trayectoria y seriedad. Pero no siempre están al alcance de todos.

Bien es sabido que todos perdemos pelo cada día. Mas son cantidades mínimas. No muchos tendrán la paciencia de contarlos pero se suele decir que la caída de hasta cien pelos diarios puede considerarse como normal. Más allá se hace necesario consultar con un médico, generalmente se comienza por el dermatólogo, además de analizar las posibles circunstancias que influyen en la pérdida de pelo. Esta, en sí, no es una enfermedad, ni tan siquiera un trastorno, pero sí puede ser síntoma o consecuencia de posibles problemas de salud físicos y también emocionales.

La alopecia afecta en mayor número a los hombres que a las mujeres. En ellas, además, la modalidad es distinta y rara vez llegan a la calvicie total. De hecho, se distinguen tres grados de alopecia: está la "areata", la más frecuente entre las mujeres, que habla de la pérdida de mechones completos; la alopecia total o calvicie, y la universal que se refiere a la pérdida de la vellosidad en todo el cuerpo, incluidos las cejas, las axilas y el pubis.

La alimentación juega un papel en la posible recuperación del cabello, cuando ésta se hace posible. Pero antes de hablar de ello, veamos las principales causas de la caída de pelo. El estrés juega un papel sumamente importante. No solo en la apariencia y calidad del pelo sino en su pérdida. Las otras causas incluyen:

- Deficiencias hormonales femeninas y/o masculinas
- Deficiencia de enzimas digestiva y poca acidez estomacal
- Disbalance de las bacterias en el intestino grueso
- Pérdida rápida de peso, dietas yo-yo y dietas de muy larga duración
- Niveles altos de insulina o diabetes
- Deficiencia de nutrientes entre los cuales hierro, proteínas, vitaminas de la familia B
- Exceso de vitamina A
- Bajo rendimiento de la tiroides
- Trastornos emocionales
- Menopausia, gestación o interrupción de los tratamientos con píldoras anticonceptivas
- Problemas dermatológicos como el eczema 
- Alergias a cosméticos
- Drogas contra el cáncer
- Circulación sanguínea deficiente en el cuerpo cabelludo
- Envejecimiento
- Herencia o predisposición genética

Cuando existen causas ajenas a la dermatología, será conveniente consultar con el médico de la especialidad requerida. El primer paso, de todos modos, puede ser el de acudir a un laboratorio clínico para analizar en la sangre posibles deficiencias de la glándula tiroidea, o falta de hierro y vitaminas B. También será prudente mirar posibles deficiencias hormonales. 

En muchas oportunidades, reforzar el sistema inmunológico, o de defensas del organismo ayuda a frenar la caída del pelo. Aquí interviene la alimentación. Quedando bien definido que ésta no hará que el pelo vuelva a crecer sino que ayudará al fortalecimiento de las defensas, a suplir posible falta de vitaminas o minerales. Esta ayuda será en muchos casos efectiva para que el pelo recupere su salud. 

¿Qué comer?

- Arroz integral, lentejas, semillas de girasol, avena, quinoa. Contienen vitaminas B necesarias para el crecimiento saludable del pelo.
- Vegetales de hojas verdes oscuras como la espinaca y las acelgas, ricos en hierro y betacaroteno.
- Aceite de pescado, nueces, semillas. Contienen ácidos grasos necesarios para los folículos y el mismo pelo. Trate de consumir dos o tres veces a la semana pescado, y coma todos los días entre dos y tres cucharadas de semillas o nueces. Incluya semillas de ahuyama y de linaza que contienen zinc apropiado para el crecimiento del pelo.
- Algas marinas, en sopas o ensaladas. Ricas en iodo necesario para el funcionamiento de la tiroides.

Evite:

- Azúcar y carbohidratos refinados lo mismo que las bebidas alcohólicas. Pueden incrementar el nivel de la insulina en la sangre lo que acarrea perjuicio a los folículos.
- Te, café y hojuelas de trigo. Pueden interferir en la absorción de minerales como el hierro.

Entre las bebidas y suplementos, se aconsejan:

- Hierbas y especies que activan la circulación sanguínea como la pimienta de Cayena (en pequeñas cantidades), el jengibre, comino y canela. Puede hacerlos en infusiones o agregarlos a las sopas y otros platos.
- Pídale a su médico que le formule un suplemento de multivitaminas que tomará todos los días.
- Igual, puede tomar un suplemento diario del complejo de vitamina B que contenga biotina.
- Si se le detecta falta de hierro, tómelo en cápsulas
- Si se le presentan síntomas digestivos, tome enzimas que le ayudarán a absorber mejor los alimentos y sus nutrientes.
- Puede así mismo tomar probióticos que benefician la reproducción de las bacterias benéficas en el intestino.
- El magnesio ayuda cuando hay un disbalance de hormonas femeninas.

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