En Colombia suelen decir que una cocinera contenta es generosa con la sal que agrega en la preparación de los platos. Así que, le dicen los médicos a la cocinera, controle su "contentura" para que no se le vaya la mano cuando utilice el salero.
Porque el sodio -o la sal- es uno de los culpables de que la tensión arterial de se eleve. Por supuesto, el efecto no será inmediato ni implacable. Para que se presente hipertensión debe haber una predisposición previa u otros factores y trastornos que conduzcan a la elevación de la tensión. Sin embargo, aún si no los existiera, el consejo es unánime: el exceso de sal no beneficia a nadie. Puede conducir al endurecimiento de venas y arterias, a la retención de líquidos, al cansancio de los riñones...
Así, controlar la sal es el primer paso para combatir la hipertensión arterial. Pero no es el único. Entre los muchos otros que hay, se encuentra las frutas y las verduras. El consejo es el de consumir mayores cantidades. ¿Qué aportan y cuál es su poder frente a la hipertensión? La respuesta no es contundente. Algunos investigadores creen que el beneficio proviene de su fibra. Sin embargo, ésta no lo es todo y, al cabo de investigaciones, se ha concluido que existe en frutas y verduras algún elemento, desconocido, no bautizado, que les otorga el poder de influir sobre la tensión.
Detengámonos un momento para hablar de lo que es en sí la hipertensión arterial. Esta se define como la elevación crónica de la presión que ejerce la sangre al transitar por las arterias. Existen cifras consideradas como normales y que varían según la edad. Pero cuando se habla de hipertensión, se trata del registro de niveles muy superiores a éstos.
El aumento puede deberse a distintos factores, entre los cuales la predisposición genética o herencia, el consumo de sal y la dieta desequilibrada con exceso de grasas saturadas, el estrés y/o la edad. También pueden influir el funcionamiento deficiente de los riñones, la obesidad y el sedentarismo, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y el tabaquismo.
Por supuesto, al médico le corresponde fijar el tratamiento que debe seguir cada persona. En gran número de casos, y después de determinar o descartar posibles factores concomitantes, el especialista formulará medicamentos que, en general, deberán tomarse durante muchos años, si no durante toda la vida. Muchas personas que ven su tensión normalizarse cometen el error de abandonarlos sin que lo haya aprobado el médico.
La tensión arterial alta es un factor de riesgo muy importante para la ocurrencia de accidentes cardio y cerebro vasculares.
De todos modos, que se formulen medicamentos o no, se presenta la alimentación como un coadyuvante a cualquier tratamiento para controla la presión arterial.
Veamos los alimentos aconsejados para tal fin:
- Apio
- Ajo
- Pescado grasoso -estilo caballa, salmón, atún-
- Frutas y verduras
- Aceite de oliva
- Alimentos ricos en calcio potasio y fibra
En cambio, los siguientes son alimentos no recomendados:
- Toda preparación rica en sodio
- Enlatados
- Jamones y otros embutidos
- Alcohol
El apio
Desde dos siglos antes del nacimiento de Cristo, las culturas asiáticas ya utilizaban el apio como remedio popular para combatir la hipertensión.
Investigaciones adelantadas permitieron comprobar que no solo influía sobre la presión sino que, además, ayudaba a reducir los niveles del colesterol en la sangre. El beneficio se deriva de uno de sus componentes, denominado 3-n-butil ftalido, del que proviene su olor. Otra explicación sería que el apio reduce en la sangre las concentraciones de las hormonas que se secretan cuando hay tensión emocional, las que constriñen los vasos sanguíneos.
El ajo y la cebolla
Su efecto puede ser asombroso y se le puede consumir en cápsulas y/o crudo. Pero su efecto solo debe esperarse después de estarlo consumiendo durante varias semanas.
El mecanismo por el cual podría actuar es su facultad de relajar lo músculos lisos de los vasos sanguíneos, facilitando así la dilatación de los mismos. Otro componente, que se encuentra igualmente en la cebolla, es la adenosina, también relajante de los músculos lisos.
La cebolla además, posee pequeñas cantidades de prostaglandinas A1 y E, las que reducen la presión arterial.
Pecado graso
Se ha establecido que uno de sus principales ingredientes, los ácidos grasos omega 3, es el portador de los beneficios.
¿Qué cantidad de pescado debe consumirse? Para que surta efecto, se requiere un consumo de por lo menos tres veces a la semana. Las dosis recomendadas varían entre tres onzas y media de caballa fresca, cuatro onzas de salmón rosado enlatado o siete onzas de sardinas también enlatadas. Cuando se alcanzan estas cantidades, no es necesario agregar a la dieta mayores cantidades de aceite de pescado.
Frutas y verduras
Además de la fibra ya citada, éstas contienen buena cantidad de vitamina C poderoso remedio preventivo de la hipertensión.
Y otro factor muy importante es el de los antioxidantes que aportan tanto las frutas como las verduras. Antioxidantes que aumentan los niveles de una sustancia hormonal conocida como prostaciclina que dilata los vasos sanguíneos y reduce la presión.
El calcio
Se habla sobre todo de los casos de hipertensión leve.
Un punto bien importante: personas menores de 40 años pueden disminuir el riesgo de sufrir de hipertensión si consumen calcio en cantidades suficientes. Además de ser benéfico para prevenir la osteoporosis, el calcio puede recibirse a través de la leche o de sus derivados.
Atención: el consumo de alcohol anula el beneficio que aporta el calcio. De hecho, las bebida alcohólicas contribuyen a elevar la presión arterial. Un par de cervezas al día, dos copas de vino o un trago de licor al día no causan perjuicio. Pero: "Tres o más copas al día son la causa más común de la hipertensión reversible curable", dice N.M. Kaplan del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas. Aún los excesos ocasionales pueden causar perjuicio cuando se habla de presión arterial.
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