En aquellos tiempos, cuando una joven caía en embarazo, se acostumbraba decir con malicia y sorna que se había tomado las onces -el té- antes del desayuno... Porque, en esos tiempos, varias décadas atrás, tener relaciones sexuales antes de contraer matrimonio era algo inconcebible, vergonzoso, mejor dicho, pecaminoso y condenable.
En ese momento, las infecciones vaginales, o cistitis, eran llamadas "la enfermedad de la recién casada". Con su equivalente en inglés, "la cistitis de la luna de miel".
La liberación sexual le hizo perder su denominación. Y ya no se habla sino de la cistitis, y punto. Porque hoy, lo sabemos bien, pocos esperan hasta el matrimonio. Y la virginidad... ¿Quién habla de ella?
Después de los resfriados, la cistitis es hoy la enfermedad más frecuente entre las mujeres. Jóvenes sobre todo aunque igualmente se presenta en mayores. Rara vez se registra en hombres.
Se define como la inflamación y/o infección de la uretra y la vejiga ocasionada por la acción de bacterias, siendo éstas las muy conocidas E. coli. Habitantes usuales de los intestinos bajos, pueden indisciplinarse por varias razones que veremos después de hablar de los síntomas. La enfermedad se suele tratar con antibióticos, sin embargo, los nutricionistas plantean iniciar el ataque con la dieta antes de acudir a los medicamentos. Entre los alimentos que proponen se incluyen los arándanos y las verduras.
Frecuente y urgente necesidad de orinar, dolor y ardor al hacerlo, a veces sangre en la orina son los principales síntomas. Se citan igualmente dolores en el bajo vientre, a veces en la espalda. De no tratarse con precisión y prontitud, la infección puede extenderse a los riñones para convertirse en pielonefritis, enfermedad bastante delicada que requerirá de tratamiento de urgencia.
Varias son las causas de la cistitis. Entre las cuales:
- Vejigas o pequeñas úlceras en la vejiga pueden extenderse a la uretra. En las cistitis crónicas es preciso investigar si se trata de una infección por cándidas.
- Relaciones sexuales que pueden irritar el orificio de entrada de la uretra a la vez que pueden dar paso a la entrada de bacterias.
- Algunos anticonceptivos pueden incrementar el riesgo de infecciones debido a la influencia que tienen sobre la microflora de la vagina.
- En mujeres que entraron a la menopausia, pueden ser causa de cistitis la resequedad vaginal o el estrechamiento de la uretra consecuentes de la ausencia de estrógenos.
- Exposición a productos químicos irritantes, entre los cuales los jabones.
- Deshidratación por el abuso de diuréticos.
- Productos que se ingieren con la dieta que irritan tales como aditivos, pimientas fuertes, carnes, exceso de azúcar, café, té, alcohol, jugos de frutas y gaseosas o colas.
¿Qué comer?
- Arándanos en jugo sin agregarles azúcar. Inhiben la acción de las bacterias
- Dieta baja en proteínas y rica en fibras. Entre éstas, el arroz integral, el millo, avena, frutas y verduras
- Agua de cebada para fortalecer los riñones
- Frutas frescas y verduras
- Dos litros de agua filtrada al día. Evite tomarla fría o sacada de la nevera.
¿Qué no comer?
- Té y café, jugos de frutas, gaseosas
- Alimentos procesados o posibles alergenos
- Espárragos, espinacas, papas, tomates, cítricos, fresas
- Carne roja
- Leche y helados
- Agua embotellada procesada
- Azúcar y carbohidratos refinados
- Especies y pimientas irritantes como el chili y la pimienta negra.
Unas opciones adicionales son enumeradas por los naturistas para combatir la inflamación e infección de la vejiga. Entre ellas:
- Canela, ajo, cebollas, orégano, tomillo, jengibre, hinojo, chicoria. Inclúyalos todos los días en su dieta, pueden reducir la intensidad de la enfermedad
- Suplementos con probióticos para repoblar los intestinos con bacterias benéficas
- Vitamina C que estimula la inmunidad y el sistema de defensas
- Vitamina A (esta no debe ser tomada por mujeres en gestación). Es buena protectora de las paredes de la vejiga
- Vitamina E que también fortalece el sistema de defensas.
Adiós a la coquetería: use ropa interior (panties) en algodón, deje de lado pantalones ajustados, jabones y desodorantes perfumados.
Si, después de dos o tres días de seguir la dieta no registra mejoría, acuda a un urólogo. Sobre todo si siente fiebre, náuseas o si se le incrementa el dolor de espalda. Estos son síntomas de que la enfermedad podría estarse extendiendo a los riñones.
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