lunes, 19 de mayo de 2014

Hipoglicemia: cuando el azúcar cae



Nunca había escuchado hablar acerca de la hipoglicemia, y sin embargo, había pasado más de veinte años escribiendo en la prensa sobre temas de salud. No había escuchado y ni siquiera sabía que pudiera existir. Cuando, en una persona cualquiera, normal, con plena salud, el azúcar en la sangre desciende a niveles demasiado bajos. 

Por supuesto, sabía acerca de la hiperglicemia y la diabetes, del exceso de azúcar en la sangre. También estaba enterada de que, en ocasiones especiales y de manera particular cuando un diabético no mantiene su dieta estricta, el azúcar puede "escurrirse" hasta niveles tan bajos que les puede desencadenar un coma diabético. Altamente peligroso!

Por ello, cuando el médico mencionó hipoglicemia tuve que pedirle explicaciones. Y lo que me dijo fue exactamente eso: la glicemia en la sangre se desequilibra y cae por debajo de los niveles considerados como normales. Esto crea una situación de alto riesgo que puede derivarse en dos vertientes: la persona cae en un coma diabético y/o comienza a fraguarse una diabetes tipo 2, mal llamada del adulto.

Desde entonces trato de hablar de este tema en toda oportunidad que se me presenta. Porque es un trastorno muy poco conocido, de consecuencias delicadas que podrían y pueden y deben evitarse. Por sus síntomas, se le confunde con otros muchos trastornos. Se le interpreta como una baja de tensión arterial, como un desequilibrio entre el sodio y el potasio, como la consecuencia de un choque emocional, como un exceso de cansancio, falta de sueño o demasiada intensidad en el trabajo o el deporte.

Como se ve, nada específico que pueda realmente hablar de que allí sucede algo distinto.

Veamos cuáles son los principales síntomas:

- Sensación inicial de ansiedad
- Miedo
- Temblor
- Las ideas se nublan, no hay claridad mental
- Sensación de un inminente desmayo
- Abundante sudoración
- El corazón se acelera
- Enorme cansancio
- Necesidad urgente de recostarse
- Necesidad también urgente de orinar.

Cuando se manifiesta la hipoglicemia, comienza la persona a sentir una enorme necesidad de comer alimentos dulces o carbohidratos refinados. Se entrega entonces a "devorar" todo lo que le cae bajo la mano sin saciarse ni empalagarse nunca. Entre más dulce, mejor. Y esto ocasiona un altibajo en los niveles de la glicemia: sube para inmediatamente después bajar. Sin que la persona se de cuenta porque aún pueden no haberse manifestado los síntomas, el antojo de azúcar se incrementa. 

En esas condiciones, el páncreas comienza a secretar cada vez mayores cantidades de insulina lo que desestabiliza el mismo páncreas. Es entonces cuando puede desencadenarse la diabetes tipo 2. 

El organismo sí necesita de azúcar. El cerebro, recordémoslo es un tremendo goloso y lo que le encanta es precisamente el azúcar. Sin embargo, las necesidades son medidas: con el equivalente de dos cucharas pequeñas de azúcar circulando en la sangre es más que suficiente para satisfacer al goloso y llenar las necesidades del organismo. Más allá de esa cantidad o el abuso en el consumo abren las puertas para el desequilibrio.

¿Cuáles son las posibles causas para que una persona sufra de hipoglicemia?

- Disbalance de la glucosa
- Dieta alimenticia pobre o exceso en el consumo de carbohidratos refinados
- Mala absorción de los alimentos
- Estrés
- Embarazo y parto
- Lactancia
- Consumo de alcohol
- Infección por cándidas
- Sensibilidad o alergia a los alimentos

¿Qué hacer?

El primer paso es aprender a mantener el balance en los niveles de la glicemia en la sangre. Lo logrará a través de la dieta, de una rutina de ejercicios o deporte, por el estilo de vida y hábitos saludables.

¿Qué comer y tomar?
- Al igual que lo aconsejado para la angustia y los ataques de pánico, escoja siempre cereales integrales como el arroz y la quinoa
- Busque los carbohidratos de lenta absorción que irán proporcionando poco a poco azúcar a la sangre lo que permitirá estabilizar los niveles adecuados 

- Alimentos como leguminosas, lentejas, garbanzos y otros, son aconsejados
- Nueces y semillas Entre ellos las almendras, nueces del Brasil, semillas de ajonjolí
- Verduras y frutas. Se citan en espacial el repollo, el brócoli, las alcachofas lo mismo que los retoños de cereales y granos
- Pescado y carne no grasa

Evite:

- Azúcares, dulces, tortas, bizcochos, helados, galletas...
- Pan blanco elaborado con harina refinada
- Gaseosas
- Té, café, chocolate

Otros consejos:

- Acuéstese temprano para permitirles al hígado ya la vesícula biliar descansar
- Desayúnese. Salir de casa con el estómago vacío es propiciar el descenso en los niveles de azúcar en la sangre
- Distribuya en cinco o seis comidas los alimentos del día. Que sean en horarios fijos.
- Mientras se estabiliza, combine en una misma comida la proteína con el carbohidrato lento y las verduras.
- Si es vegetariano, asegúrese de incluir en su alimentación diaria suficientes cantidades de tofú, nueces y semillas, legumbres y, si puede, huevos.

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