Ni hoy ni mañana, y ningún día de esta semana son momentos adecuados para hablar de proteínas y cereales, grasas, aminoácidos, leguminosas etcétera.
No tenemos la cabeza para ello, ¿verdad? Son temas para otras oportunidades. Hoy tenemos en mente los regalos, la cena, las invitaciones, el papá Noel o Niño Dios de los niños, y todo lo que rodee las festividades.
Así que les propongo más bien que preparemos unos platos, en su mayoría sopas, que podamos comer con toda tranquilidad antes y después de la fiesta navideña. Antes, para llegar a la cena livianos y hasta con hambrecita, sin indigestiones ni pesadez. Y después, ya que estos platos y sopas nos ayudarán a desintoxicarnos y a eliminar alcohol, grasas, dulces, pasteles y todo lo que comeremos para celebrar las fiestas.
Así que, manos a la obra. Comencemos por lo más liviano y rápido, o sea, las ensaladas.
Mezcle en la ensaladera cuanta verdura le antoje, sin olvidar: lechugas, berros, repollo cortado fino, cebolla, tomates, pepinos, remolacha y zanahoria (ésta puede ir rallada), aguacate. Como lo vemos, aparte de la remolacha, las verduras restantes son crudas. Y aparte del aguacate y la misma remolacha, todas son muy bajas en calorías. Todas ayudan a desintoxicar el organismo además de aportar vitaminas.
A ellas les puede agregar aceitunas verdes o negras, semillas de girasol y/o ahuyama, almendras y nueces. Una vez mezcladas las verduras y sazonadas con la vinagreta, puede esparcirlas con ajonjolí blanco o tostado.
Para mayor consistencia, puede igualmente preparar quinua y mezclarla al resto de los ingredientes. Se recuerda que la quinua es un cereal con propiedades de proteína y, por lo tanto, es altamente nutritiva.
Para la vinagreta:
- Una parte de vinagre o jugo de limón
- Tres partes de aceite de oliva
- Sal
- Opcional: mostaza
Existe una segunda opción que sería la de mezclar aceite de nueces junto cn el de oliva (una parte de nuez, tres de oliva).
Comenzar la cena o el almuerzo con un buen plato, abundante, de ensalada, es saludable. Prepara el organismo para recibir otros alimentos a la vez que facilita la digestión manteniendo, sin embargo, una sensación de saciedad.
Luego vienen las sopas.
Comencemos por la sopa de verduras. Aquí su imaginación puede emprender un galope improvisando nuevas vías. Lo que significa que usted puede agregar cuanta verdura desee, con el convencimiento de que siempre el resultado será magnífico.
Como sugerencia, anotamos las siguientes verduras, las que se irán agregando a la sopa de acuerdo con el tiempo de cocción que requieran.
Podemos entonces incluir: Ahuyama, mazorca, zanahoria, puerro o cebolla, ajo (cocinado en la sopa no "contamina" el aliento), papa, arracacha o yuca, arvejas y habichuela, calabaza o zucchini, apio. Para condimentarla puede echar laurel, pimienta dulce, orégano o tomillo. Opcional: concentrado de tomate.
Cuando ya esté lista, le puede agregar unas cucharadas de avena. Esta n o necesita cocinar y con pocos minutos sumergida en el caldo hirviendo será suficiente.
Opcionales: agregar un poco de pasta al final, cebada al principio, arroz.
La sopa puede tomarse acompañada de tajadas de aguacate.
Otra opción puede ser la de convertir la sopa de verdura en sopa de pollo. No son trucos de magia sino simples cambios de ingredientes. Se comienza entonces por preparar un caldo bien sabroso con el pollo, al que se le agregan zanahoria, apio, cebolla y ajo.
Los restantes ingredientes varían según el antojo de cada cual. Sin embargo, los que mejor podrían combinar con el pollo serían las arvejas, la misma zanahoria, zucchini o calabaza, papa. Puede picar unas ramas de perejil para salpicar la sopa en el momento de servirla.
Un detalle adicional para las tres comidas o para picar entre las mismas: mucha fruta, jugosa, dulce, sabrosa. Si le es posible, coma melón y/o patilla, naranjas y mandarinas, manzanas y peras. Las fresas son excelentes para desintoxicar pero pueden producir acidez en algunas personas. Están igualmente la piña y las uvas.
Otro detalle: recuerde también comer nueces y semillas. Son proteínas y le aportan todos los nutrientes que necesita para mantener sus energías y para que su cuerpo .y su cerebro- funcionen bien.
Como se ve, no son recetas diseñadas por un gran chef ni por un nutricionista sino por un ama de casa. Los que gustan de cocinar gustan igualmente de la improvisación. Por instinto adivinan lo que es o no es sabroso, qué combina bien con qué, y hasta qué punto pueden abusar de su imaginación o, por decirlo también, cuando aplicar la parquedad...
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