Cuántas veces nos sucede de encontrarnos frente a un alimento cuya vigencia se ha vencido y que debemos desechar. O de darnos cuenta que en el fondo de un cajón de la nevera se marchitaron y pudrieron unas lechugas. O de no saber qué hacer con los excedentes de comida, restos de una cena, y de acabar botándolos a la caneca de la basura.
¿Pueden evitarse estos desperdicios? Sí, deberían poderse evitar si pusiéramos más orden en nuestras compras y nuestras neveras y alacenas. Y si nos organizáramos mejor en la programación de las comidas semanales. Si, por ejemplo, antes de ir al mercado, hiciéramos una lista de los productos que necesitamos.
De hecho, no hay nada más tentador que lo que nos ofrecen los supermercados. Siempre -es casi inevitable- surge el famoso "ya que". Es decir: ya que estoy acá de una vez compro harina, aún si la hay en casa. Ya que los espárragos están frescos, me llevo unos dos paquetes y cualquier día los prepararé. Ya que el surtido de chocolates es inmenso, y ya que estoy antojado, me llevo unas cuantas tabletas.
Y así.
Detengámonos en la realidad. Y, con el propósito de no cometer excesos ni de caer en el derroche y los desperdicios, hagamos una lista/guía. Al final del mes, podremos hacer el balance y, con toda seguridad, será muy positivo si acatamos lo que nos dictan nuestros propósitos.
En el supermercado.-
- Antes de salir de casa, revisemos nevera y alacenas para verificar los productos que nos hacen falta.
- Diseñemos una lista completa de los platos que vamos a preparar durante la semana y subrayemos los ingredientes que necesitamos comprar.
- Con base en los menús y en lo que nos hace falta en casa, hagamos la lista detallada de las compras.
- Miremos las etiquetas y empaques o envases de lo que compramos para verificar, entre otros, las fechas de expiración.
- Si ha previsto invitar a unos amigos a casa, compre de una vez lo necesario. Se aconseja escoger las preparaciones que duran hasta el día siguiente Rara vez se hacen cantidades exactas para el número de invitados y con frecuencia quedan las sobras.
- Si alguien en la familia, o usted mismo, debe perder unos kilos, evite comprar los productos que son contrarios a su propósito. Almacenar chocolates, galletas, helados y otros, o comprar cremas y quesos grasosos no solo constituye una tentación innecesaria sino que tienen el riesgo de deteriorarse en el armario si usted o quien desea adelgazar tiene la voluntad de mirarlos y no comerlos...
- Huevos, quesos, carnes, pollo y pescado son los productos más delicados de conservar. Compre lo necesario sin cometer excesos. En caso de haber comprado de más, congélelo de una vez.
Como guardar los alimentos.-
- Los empaques de los productos suelen indicar cómo conservarlos para evitar que se deterioren.
- Ponga en lugar bien visible los productos cuya fecha de expiración es cercana. Esto evitará que los deseche porque ya se pasaron las fechas límite.
- Los distintos niveles de la nevera ofrecen diferentes grados de temperatura. Así, los cajones más bajos deben ser utilizados para guardar verduras y frutas que no necesitan temperaturas muy bajas. Caso contrario para las carnes, pollo o pescado que sí requieren de frío y deben ser ordenados en las repisas más altas.
- Mantenga los alimentos en cajas bien tapadas o en bolsas selladas para que se conserven mejor.
- Es aconsejable congelar alimentos para asegurarse de su durabilidad. Pero no deben llevarse al congelador productos que están expirados o a punto de serlo.
- Congele los alimentos por porciones. A menos que usted esté seguro de preparar un pollo entero o un filete de pescado completo, dispóngalos en pedazos -cada uno correspondiendo a una porción- y guárdelos en bolsas de congelación.
- Limpiar la nevera con frecuencia ayuda a evitar la proliferación de bacterias.
Verduras y frutas.-
- Algunas verduras deben ser guardadas en lugares oscuros y secos. Es el caso de las papas, cebollas, ajo, habichuela, ahuyama.
- Las verduras como la lechuga, arvejas, calabazas o zucchini, zanahorias, pueden guardarse en los cajones previstos en la nevera para tal fin. Es mejor no lavarlos para evitar que se maduren muy rápido.
- Otras verduras como los espárragos o los champiñones deben ser envueltos en papel absorbente para que se conserven mejor.
- Es aconsejable consumir pronto las verduras más delicadas como lo pueden ser las berenjenas, tomates de mesa (distintos a los tomates de larga vida que son más resistentes), cocombros y lechugas.
- Las verduras también se pueden congelar y esto permite que permanezcan en perfecto estado durante por lo menos diez meses. La mayoría de las verduras deben ser pasadas previamente y durante unos pocos minutos primero por agua hirviendo y luego por agua fría. Es conveniente pasarlos por papel absorbente antes de empacarlos en los talegos de congelación. No necesitan descongelarse antes de llevarse a la olla.
En cuanto a las frutas:
- Estas no deben ser guardadas al lado de las verduras. Algunas frutas como las peras o manzanas producen etileno, una sustancia que lleva a una pronta maduración. De hecho, cuando se tiene una fruta muy verde, se puede poner en una bolsa de papel junto con una manzana y esto la ayudará a madurar...
- Algunas frutas no necesitan guardarse en la nevera, a menos que hayan madurado y peligren con deteriorarse.
- Antes de pasar a la mesa, es bueno sacar de la nevera las frutas que se van a comer para que recuperen todo su sabor a temperatura ambiente.
En las ollas.-
- Procure calcular bien las cantidades que va a cocinar para que no queden restos de comida. Muchos de éstos pueden "recalentarse" al día siguiente y son sabrosos. Otros muchos quedan rezagados en un rincón de la nevera y acaban en la caneca.
- Verifique los productos que tiene en la alacena y cocine con prioridad los que ya están abiertos o los que van a expirar pronto.
- Esté pendiente de las cantidades que están inscritas en los empaques para cada preparación. Tomamos el ejemplo del arroz: según su procedencia y calidad, algunos deben ser preparados con doble cantidad de agua, otros con cantidad igual de agua y arroz. La pasta en cambio requiere siempre de bastante agua para cocinar bien. Llegan a aconsejar un litro de agua por cada 200 gramos de pasta.
- En cambio, hervir verduras o prepara sopas no precisa de cantidades de agua. Por el contrario, debe ser limitada al estricto necesario.
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