Sí, congelar alimentos, platos preparados, pastelerías y hasta verduras es una alternativa recomendada. Sobretodo para quienes pasan los días en la oficina y tienen apenas tiempo para hacer las compras una vez a la semana.
Contrariamente a lo que se cree, la congelación no altera la calidad de los alimentos. No destruye los nutrientes ni, mucho menos, representa un riesgo para la salud.
Por supuesto, y esto lo saben muy bien los gourmets, los que cultivan el arte de la alta culinaria, sofisticada y exclusiva, algunos alimentos son mucho más sabrosos cuando se les consume frescos. Los pescados, por ejemplo. Bien quisieran encontrarse al borde del mar, cuando llegan los pescadores, para escoger los mejores!
Pero la vida moderna, las distancias y la falta de tiempo no lo permiten. Así que la inmensa mayoría de nosotros debemos contentarnos con adquirir productos de mar congelados.
Distinta es la situación con aves y carnes rojas. Mucho más fácil, en general, de encontrar frescas en los mercados. Aunque, de todos modos, no faltan algunos trozos o piezas que solo se consiguen congelados ya. Por ejemplo, el pavo cuando se busca en tiempos distintos a los de las festividades.
Pero es una realidad: pocas personas tienen tiempo para dedicarse, a diario, a preparar alimentos. Por eso, se bueno reiterarlo, la congelación se convierte en un gran aliado.
Pongamos el caso de un ama de casa que, además de tener hijos y marido, es profesional y se ausenta todos los días de casa para asistir a la oficina. Esta mujer aprovecha su tiempo de la mejor manera posible. Los fines de semana no solo va a hacer el mercado para conseguir las compras de la semana, sino que, también, dedica unas horas de su descanso para dejar tres o cuatro platos listos. Preparaciones que llevará al congelador y que serán consumidas por la familia en los días siguientes. Estos platos ya preparados se llevarán al congelador una vez se hayan enfriado. Se aconseja empacarlos en recipientes herméticos.
Pero congelar también requiere de "ciencia". Veamoslo:
- Todas las carnes, aves, peces y productos de mar, carnes rojas, pueden congelarse.
- Casi todas las verduras también soportan la congelación sin alterarse.
- Quesos y otros productos lácteos se conservan muy bien en el congelador. Lo mismo que los huevos.
- El pan, pastelería y galletas no se alteran en el congelador.
- En cuanto a las frutas, no todas soportan las temperaturas de la congelación. Es preferible envasarlas en almíbar para que no se alteren.
En relación con los platos ya preparados, sopas y salsas, estofados y guisos, platos cocinados, algunos asados en el horno, se mantienen inalterados en el congelador.
Los que debe tenerse en cuenta es el tiempo recomendado para conservarlos.
Cuando usted compra ya un producto congelado, el fabricante le indicará en el empaque el tiempo recomendado para se mejor conservación. En general, y ya lo hemos observado, los productos de pastelería son menos resistentes que otros alimentos. Las carnes rojas enteras son resistentes mientras que lo son mucho menos las carnes molidas o picadas.
Pero si usted mismo decide llevar al congelador los alimentos, se le recomienda inscribir en el recipiente o en la bolsa en los que los conserva, la fecha de congelación. Esto le servirá de indicativo a la hora de decidir el momento en que estarán apropiados para ser consumidos. La congelación industrial da permiso para tiempos muy superiores de conservación que la que se lleva a cabo en los hogares.
Estos son algunos indicativos:
- Entre las carnes: la de res es la más resistente y puede mantenerse durante 12 meses en el congelador mientras que la de cordero se deberá consumir a los 8 meses y la de cerdo a los seis. La carne picada y las salchichas solo deberán permanecer en el congelador durante 2 meses. El pollo aguantará los 10 meses.
- Pescados y mariscos: Máximo seis meses para el pescado blanco y tres meses para los pescados grasos y los mariscos.
- Las verduras se mantendrán intactas hasta 12 meses mientras que las frutas deberán consumirse antes de haberse transcurrido 8 ó 10 meses.
- Huevos y lácteos: Seis meses para los huevos, 8 meses para los quesos, 3 meses para la crema de leche.
- Pasteles y productos de panadería: Los pasteles y tartas que son horneados pueden mantenerse en el congelador hasta por 6 meses mientras que el pan y las masas sin hornear solo deberán permanecer durante 3 meses.
- Platos preparados: Entre 3 y 4 meses. Se recomienda que sean preparaciones pobres en grasa.
Por supuesto, la potencia de su congelador influye en la conservación y la integridad de los alimentos. Lo ideal es contar con un congelador que alcance los menos 24 grados aunque muchos aparatos solo llegan a los menos 18 grados. Estos últimos son menos adecuados para congelar pero muy aptos para conservar los alimentos que se adquieren ya congelados.
Aquí vienen indicaciones muy importantes y se relacionan con la forma de descongelar.
La más adecuada es la de retirar el producto o alimento del congelador y pasarlo a la nevera para que allí se cumpla el proceso de la descongelación. Para ello, conviene hacer el traslado la víspera o, cuando se trata de un artículo súper congelador -volvemos al ejemplo de los pavos de navidad- puede ser necesario trasladarlo a la nevera entre tres y cuatro días previos a la preparación o al consumo.
Al dejarlo en la nevera, se evita el riesgo de que proliferen microorganismos que pudieron haberse infiltrado en el alimento mismo o que éste pueda adquirir en el medio ambiente.
Algunas veces, y esto ocurre cuando hay mucho afán, algunos pocos alimentos pueden descongelarse sumiéndolos en agua. Es el caso de los camarones mas no es aconsejable para carnes rojas ni tampoco para las aves.
En estos casos, es preferible llevarlos directamente al horno o a la olla sin esperar que se descongelen. Es también el caso de las verduras y esto se observará en las indicaciones que van anotadas en los empaques industrialmente congelados.
Para las carnes y las aves, lo mismo que para los productos de pastelería y panadería, es prudente cerciorarse que el alimento queda bien cocinado antes de sacarlo del horno o de la olla.
Otra de las maneras convenientes de descongelar es el de llevar el alimento, preparado o no, al horno microondas.
Y una última recomendación, sumamente importante: queda absolutamente prohibido volver a congelar un producto que fue descongelado. Se aplica de manera muy especial a las carnes y a los productos de mar, los platos preparados y los lácteos y huevos, pero es igualmente válido para los demás alimentos. Volver a congelar implica un riesgo certero de intoxicación.
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