En los Estados Unidos, en donde todo se transforma en estadísticas, se ha establecido que el 12 por ciento de las muertes, o sean 250.000 cada año, son atribuidas al sedentarismo. O sea, a la falta de una rutina de ejercicios regular.
Lo que significa que las personas activas suelen vivir más años.
Para la salud, la actividad física es aún más importante que el control de peso. Si usted sufre de un exceso de kilos, pero camina todos los días entre 4 y 5 kilómetros, o que usted practica con regularidad un deporte, con mucha certeza usted se encontrará con un mejor estado de salud que la mayoría de las personas delgadas pero sedentarias.
Esta es la primera razón por la cual es indispensable mantener una rutina constante de ejercicios.
La segunda reflexión que formulan los especialistas es que no es necesario pasar la vida sudando en un gimnasio o en un estadio de fútbol, o en una piscina atravesándola una y otra vez hasta el agotamiento. Con tres horas semanales de ejercicio usted podrá alcanzar una longevidad máxima.
Pero si usted no es de los que gustan caminar o entregarse a los gimnasios o permanecer en los estadios persiguiendo un balón, bien puede dedicarse a otras actividades. Usted buscará las que le son placenteras. Aquí se mencionan algunas: arreglar las matas de su jardín (si tiene jardín, obviamente), montar en bicicleta así sea estática, a baja velocidad, desarrollar cualquier trabajo en su hogar (aunque no lo crea, hay quienes gustan de planchar, barrera y cocinar...).
Si usted opta por esta alternativa, para recibir beneficios plenos, requerirá de una rutina de por lo menos 5 a 6 horas semanales. Casi el doble de lo que sería con un deporte o con la marcha.
Precisamente esta última se presenta, en opinión de los médicos, como una de las soluciones ideales. y esta es la quinta razón para caminar. Se trata de caminar todos los días entre 3 y 5 kilómetros. A un paso rápido, sostenido, pero que no le agote. Algunos trabajos científicos indican que quienes caminan 10 kilómetros diarios pueden ganar siete años adicionales de vida... ¿Vale la pena, verdad?
Vayamos a la cuarta razón por la cual se recomienda la marcha. Las personas sedentarias tienen tres veces más riesgos de sufrir de un infarto del miocardio o de un accidente cerebrovascular que quienes son activos.
En este caso, al igual que lo expresado para cualquier otro ejercicio, basta consagrar dos o tres horas semanales a la marcha o a un deporte para alcanzar excelentes beneficios. Si usted prefiere actividades más tranquilas -como las hogareñas- deberá consagrar el doble del tiempo para llegar al mismo resultado.
¿Cómo influye la marcha en el corazón?
- Previene la hipertensión arterial
- Ayuda a reducir los niveles de glicemia en la sangre lo que equivale a prevenir la diabetes
- Aumenta los niveles del buen colesterol, HDL. Esto influye en que se nivelen los niveles del colesterol total
- Mejora el ritmo de los latidos cardíacos y previene las arritmias
- Ayuda a bajar de peso y a reducir la grasa corporal. Previene la obesidad
- No solo combate el estrés sino que mejora el estado de ánimo.
Y veamos una quinta reflexión que lleva a confirmar los beneficios de la marcha y del ejercicio en general: la prevención del cáncer.
En las personas activas, se reducen en un 40 por ciento el riesgo de sufrir de cáncer de colon, de 30 a 40 por ciento el del seno o del endometrio, de 10 a 30 por ciento el de la próstata.
Si se tiene en cuenta que los cánceres de riñones, próstata y colon son los más frecuentes, se comprende lo que significa en beneficios el hecho de practicar un ejercicio como la marcha o un deporte.
¿Cómo la marcha puede proteger contra el cáncer?
- Modula y regulariza el crecimiento de las células del organismo
- Reduce los niveles de insulina cuyo exceso eleva los riesgos de crecimientos malignos
- Para las mujeres, modula y regulariza el ciclo hormonal.
Antes de cerrar el capítulo, vale la pena mencionar el beneficio que la marcha hace sobre la actividad intelectual.
Pues bien, la actividad física disminuye la ansiedad y ayuda a la persona a recuperar su autoestima. Aumenta la resistencia al cansancio y prepara para el sueño a tiempo que ayuda a luchar contra el insomnio. Por supuesto,esto contribuirá a que se concentre mejor.
En general, las capacidades intelectuales comienzan a declinar a partir de los 40 años. Para frenar esta evolución, la marcha ha demostrado ser eficaz: cada milla caminada diaria (1.6 kms) reduce en un 13 por ciento el riesgo de que declinen las habilidades intelectuales. Esto no es solo válido para la marcha sino para toda actividad que ayude a quemar energía. Por ejemplo, dos horas de tenis o un recorrido semanal de los campos de golf.
La marcha tiene así mismo un efecto contra la depresión. Lo hace porque eleva en el cerebro algunos niveles de neurotransmisores como las endorfinas o la feniletilamina. Esto es aún más válido cuando se practican distintos deportes entre los cuales la natación.
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