No es tan simple como lo hacen parecer en las películas. Preparar con éxito un barbecue exige ciertas condiciones, indispensables, tanto para lograr un excelente resultado como para evitar intoxicaciones y otros inconvenientes.
Es indudable que un almuerzo al lado de un barbecue acaba siendo un agasajo inolvidable. El estrés queda en las afueras de la terraza o el jardín, o el parque, prima la camaradería, los niños son libres de jugar lejos del fuego, los jóvenes hacen conquistas y los mayores se ocupan del fuego o pasan el tiempo actualizándose acerca de los últimos rumores y hechos.
¿Cómo lograr que esa jornada sea exitosa, que los alimentos correspondan al gusto de cada cual, que todos queden contentos y regresen a casa con pleno bienestar físico y mental?
Aquí van algunas sugerencias.
La víspera.-
- Se compran los alimentos destinados a ser asados. Entre ellos, por supuesto, la carne y el pollo, de pronto filetes de pescado, mazorcas, papas, plátanos cuando se dispone de ellos en el mercado. Podrían asarse igualmente algunas verduras como pimentones, cebollas y tomates enteros.
- Se aconseja dejar la compra de los alimentos fríos, o sacados de la nevera, para el último momento.
- En el canasto, es necesario separar los alimentos crudos -carne, pescado y pollo- de los demás productos con el fin de evitar contaminaciones cruzadas. O sea, el traslado de microbios patógenos de un alimento al otro.
- Nunca dejar la carne cruda más de dos horas fuera de la nevera.
- Si el trayecto de regreso a casa es largo, es aconsejable tener en el carro una hielera para una mejor conservación y, sobre todo, para evitar que proliferen los microbios. Esto es especialmente cierto durante los días calurosos.
En casa.-
- Tan pronto llegue a casa, ponga de inmediato las carnes en la nevera.
- Es preferible congelar la carne si ésta no se va a utilizar antes de 48 horas.
- Prepare las especies para adobar las carnes y, una vez estén listas, agrégueselas y vuelva a ponerlas en la nevera. No la deje nunca a temperatura ambiente.
- Se supone que, a medida que irán asándose las carnes, se les estará untando de más especies. Lo que significa que usted habrá preparado una cantidad adicional que deberá conservar en la nevera hasta su utilización. Dispóngala en un recipiente limpio sin que entre en contacto con las carnes.
Descongelar.-
- Si usted prefirió congelar la carne mientras llega el momento de llevarla al asador, piense en trasladarla desde la víspera a la nevera. Evite que la descongelación se haga a temperatura ambiente.
- Si usted lo prefiere, puede descongelar los alimentos en el microondas.
- Para lograr una cocción uniforme, las carnes deben estar completamente descongeladas antes de ponerlas sobre el fuego.
El barbecue.-
- Uno de los pasos más difíciles es el de encender el carbón y lograr que se extienda el fuego sobre toda la parrilla.
- Para matar las bacterias que pueden estar en las carnes, es necesario mantener una buena temperatura. Hay bacterias nocivas, que pueden degenerar en intoxicaciones y/o malestares estomacales, como lo son el E. coli y la salmonella. Esta es especialmente frecuente cuando se trata de pollo.
- Aunque muchas personas gustan de las carnes poco cocinadas, lo ideal es comerlas cuando están bien cocinadas. Esto evita los accidentes de intoxicaciones, sobre todo cuando se habla de carne molida (como para las hamburguesas).
- Observar el color de la parte interna del trozo de carne no es suficiente para garantizar la cocción completa y evitar el daño de las bacterias. Es preferible tener a la mano un termómetro. Estas son las indicaciones: para una carne de res, de ternera o cordero, la temperatura debe estar en 63 grados si se le quiere roja, 71 grados para una cocción a punto, y 77 grados para una cocción completa. La carne de cerdo ha de cocinarse a una temperatura de 71 grados, la de pollo a 74 grados si se asan los pedazos pequeños, y 85 si se guardan tajadas grandes enteras. Los platos hechos con huevos, salchichas u otros, deben cocinarse a una temperatura de 74 grados.
Evitar la contaminación.-
- Mantener siempre las carnes crudas aparte de los alimentos restantes.
- Nunca utilizar los mismos platos e instrumentos para manipular las carnes crudas y los otros alimentos.
- Cuando se ha estado manipulando las carnes con las manos, es preciso lavar éstas con mucha atención.
- Para lavar los elementos y platos que estuvieron en contacto con las carnes crudas, es aconsejable utilizar una solución de agua con cloro (una cucharita de té de cloro para tres tazas de agua). Es un excelente desinfectante. Una vez que ha lavado los instrumentos con jabón, y que los ha enjuagado, pulverice esta solución sobre ellos y déjelos secar al aire libre.
- Si no han consumido la totalidad de las carnes y si éstas no fueron congeladas con prelación, guarde los sobrantes en la nevera si va a consumirlos al día siguiente o si no en el congelador. Aún si están adobadas, las carnes se mantendrán en excelentes condiciones, listas para ser consumidas cuando llegue el momento adecuado.
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