No siempre lo es. Depende de la conformación del cuerpo, de la constitución, del equilibrio entre la estructura de las grasas y los músculos. Y depende también de la edad.
La salud de todos los seres humanos está sumamente influenciada por el peso de su cuerpo. Todos los estudios lo demuestran: una persona con sobrepeso, y de manera especial un obeso, presentan riesgos mayores y mucho más severos que una persona delgada. Entre estos riesgos se incluyen las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebrales, la diabetes -conocida también como diabetes grasa-, los problemas óseos.
Sin embargo, ¿todas las personas que presentan sobrepeso enfrentan los mismos riesgos? Y, por otra parte, ¿es la flacura garantía de salud y protección contra las enfermedades?
Las cosas no son tan sencillas y es complicado dar una respuesta única. Porque se entremezclan muchos elementos y circunstancias.
Nuestra corpulencia se mide por lo que conocemos como el Índice de Masa Corporal (IMC). Este se deduce de la relación que existe entre el peso y la altura. Se divide el peso por la altura llevada al cuadrado (Kilos divididos por talla multiplicada por dos). Sin embargo, este índice de por sí no es suficiente para evaluar el estado de salud.
El peso es el resultado de la masa flaca (músculos, huesos, vísceras) agregado a la masa de grasa y al agua y demás líquidos. Es entonces muy importante conocer la composición corporal de un cuerpo para tener una respuesta.
Es así como distintos estudios muestran como los riesgos tienen relación directa con la masa grasa, en particular aquella que se encuentra a la altura del abdomen. Las personas que presentan sobrepeso debido al incremento de su masa flaca (es el caso de los deportistas y del desarrollo de sus músculos) no ven que los riesgos se incrementan. Es más, tienen aún menos trastornos y riesgos que personas delgadas con masa flaca débil. O sea, personas que, aún delgadas y hasta flacas, no tienen la musculatura desarrollada.
Es entonces muy importante realizar la medición de la composición corporal para conocer la distribución de los líquidos dentro y fuera de las células. Este estudio debe realizarse adonde especialistas tales como médicos deportólogos o dietistas.
Se le conoce como el ACC o Analizador de la Composición Corporal. Mediante el mismo, se detecta la conformación de los distintos tejidos del organismo.
El ACC es indispensable para seguir, de manera precisa y eficiente, el proceso de adelgazamiento de personas obesas o con sobrepeso. Por la siguiente razón: una dieta que le hace perder cinco kilos de peso, de los cuales la mitad es masa flaca es una dieta poco saludable. Que puede, por el contrario, acarrear más riesgos para su salud. De allí la extrema importancia de consultar con médicos especialistas, con nutricionistas y dietistas cuando se busca perder peso. Las dietas improvisadas pueden acabar siendo más peligrosas que el mismo sobrepeso.
En el marco de la búsqueda de longevidad, mantener la masa ósea y la musculatura es la clave importante del éxito.
La pérdida excesiva de masa muscular es conocida como sarcopenia. Predispone a las personas mayores de 65 años a un estado de fragilidad. Fragilidad que, una vez instalada, se convierte en signo de un envejecimiento con evolución desfavorable. En este caso, es indispensable asumir, con urgencia, correctivos nutricionales.
¿Qué otras enseñanzas nos proporciona la ACC?
- La medición de la masa ósea es el reflejo de la masa mineral y de la masa proteica de los huesos. Resultados bajos en la medición invitan a indagar acerca de la presencia de una osteoporosis. Para ello, se hace indispensable someterse a una densitometría ósea.
- La ACC mide igualmente el volumen hídrico a nivel intra celular y extra celular. Lo que permite detectar con precisión los desequilibrios que puedan haber entre el sodio y el potasio y que pueden afectar la relación entre las células del organismo.
- La tercera medición interesante es conocida como "el ángulo de fase". En otras palabras, habla de la "vitalidad celular". Se observa que, a través de los años, el ángulo de fase va disminuyendo lo que conlleva alteraciones de la salud. Este ángulo permite el seguimiento del bagaje micronutricional de una persona y, en consecuencia, ayuda a prevenir algunos trastornos.
Hemos hablado de una medicina preventiva personalizada. La practican los médicos especializados en micronutrición. Es de suma importancia para detectar trastornos internos que existen, que dan síntomas pero que no se detectan mediante la exploración médica tradicional. Es un enfoque distinto, interesante, sobre todo cuando una persona se siente mal y que, a pesar de las distintas consultas médicas que se ha practicado, no encuentra las causas reales de su malestar. Permite exploraciones más minuciosas de distintos mecanismos del organismo tales como el análisis de las células de la inmunidad y el de las proteínas.
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