Es difícil más no imposible intoxicarse con un alimento en ciudades de clima frío.
No imposible porque, con el menor descuido, un alimento puede averiarse y producir la intoxicación. Un pollo mal cocinado, hamburguesa con carne aún roja, queso fresco que ha quedado varias horas fuera de la nevera... Muchos son los alimentos delicados que pueden poner en riesgo su estómago.
En tierra caliente, o durante el verano, las intoxicaciones alimentarias con mucho más frecuentes. A veces, se les llama "el abrazo del turista" cuando se presentan en personas provenientes de climas fríos que llegan al borde del mar en donde las temperaturas pasan de los 35 grados.
En una primera etapa, la intoxicación no se considera como un asunto de urgencia. Sí de mucho cuidado: la persona puede deshidratarse, o la misma intoxicación agravarse. Cuando esto ocurre, o sea, cuando los episodios de diarrea van agregados de náuseas y vómitos, de fiebre alta y desmayos, a ese momento sí es preciso acudir adonde un médico a la mayor brevedad posible.
Se produce una intoxicación alimentaria cuando se consumen productos contaminados por virus o bacterias o simplemente averiados. Puede llegar a ser muy desagradable pero, como dicho, rara vez requiere de un médico. El mejor tratamiento, que se hace en casa, es el de tomar mucha agua, cuidar de la higiene personal, lavarse con frecuencia las manos, alimentarse con comidas livianas, exentas de fritos y otras grasas. En dos o tres días, usted se podrá recuperar.
¿Cómo reconocer una intoxicación?
Los síntomas dependen del germen que la ha ocasionado. En general, se manifiestas entre 1 y 36 horas después de haber consumido el alimento. Se presentan:
- Náuseas
- Vómitos
- Diarreas frecuentes, líquidas
Así mismo pueden sentirse:
- Calambres en el estómago
- Dolor abdominal
- Pérdida del apetito
- Fiebre alta
- Dolores musculares
- Escalofríos.
Estos últimos síntomas son señal de que la intoxicación ha avanzado y requiere de un médico.
¿Qué alimentos son los que más producen intoxicaciones?
- Los alimentos crudos entre los cuales las carnes rojas, el pollo, los huevos,. el pescado y crustáceos u otros frutos de mar. Dan lugar a la aparición de gérmenes como la salmonella o el E. coli.
- Las verduras que también se consumen crudas y que no se han lavado con atención antes de consumirlas. Muchas de estas verduras han sido regadas con aguas contaminadas.
Pero las infecciones pueden igualmente iniciarse en la misma cocina: los gérmenes se expanden con mucha facilidad y contaminar alimentos que, en apariencia, no suelen ser nocivos. Esta contaminación se da en las mesas en donde se preparan los alimentos crudos, los utensilios y tablas utilizados, las mismas llaves del lavaplatos. A veces también el germen se extiende a través de sus propias manos, cuando usted ha tocado alimentos contaminados y, sin lavarse las manos, manipula otros alimentos.
Las causas más frecuentes de una intoxicación incluyen:
- Consumir alimentos crudos o no suficientemente cocinados, sobre todo si se trata de pollo, cerdo, hamburguesas o cualquier otra carne molida, salchichas, carnes rojas.
- Alimentos cuya fecha de vigencia se venció. Especial cuidado debe tenerse con los lácteos, más aún tratándose de quesos frescos y de cuajadas o yogures. Así mismo, son bien delicados los alimentos ya listos para ser consumidos.
- Es frecuente que una persona que sufre de intoxicación transmita el germen si manipula los alimentos y si no ha tenido cuidados de higiene previos muy estrictos.
- Otra circunstancia de mucho cuidado incluye la llamada contaminación cruzada: un alimento que contamina otros.
¿Qué hacer?
- Tomar muchos líquidos para evitar la deshidratación. Agua pero igualmente soluciones rehidratantes que se consiguen en las droguerías o farmacias. Con las diarreas frecuentes y el vómito se pierden las sales (sodio y potasio), y esta acaba siendo la causa primera de la deshidratación y de las complicaciones.
- Siga una dieta liviana. Con comidas sencillas y poco abundantes. Es preferible comer varias veces, cuando se sienta con antojo, que no devorar muchos alimentos a un mismo tiempo.
- Evite los alimentos condimentados, salados o azucarados.
- Trate de comer frutas que le ayuden a mejorar tales como la manzana o la pera. Por supuesto, es prudente evitar aquellas frutas que aceleran el tránsito intestinal como lo son las ciruelas y los albaricoques, las cerezas y la papaya.
Si al cabo de dos días no siente mejoría, consulte con su médico.
La prevención.-
Muchas cosas pueden hacerse para evitar una infección o una gastroenteritis. Entre las cuales:
- La higiene. Lavarse las manos con mucha frecuencia, con agua y jabón, sobre todo después de haber ido al baño y antes de preparar los alimentos.
- Desinfectar. Lavar con jabón y un desinfectante todas las superficies que utilizará para la preparación de los alimentos. Sobre todo cuando se trate de carnes rojas o blancas, huevos, pescados. Lo mismo debe hacerse con los utensilios, cuchillos y otros cubiertos utilizados. Si dispone de agua caliente, no dude en aprovecharla para la desinfección con jabón.
- Una cocción completa. La carne molida es aún más delicada que cuando se encuentra en trozos grandes. El pollo es especialmente nocivo si se cocina a medias. Si usted va a un restaurante y come sushis, asegúrese que es un comercio de mucha credibilidad en donde solo se sirven los alimentos de primera calidad, preparados con todas las normas de la higiene.
- La cadena fría. Si ha sobrado algún plato preparado a base de carne o pescado, y si desea comerlo al día siguiente, caliente únicamente la o las porciones que se van a consumir. Evite calentar y recalentar los platos, se pueden averiar. Cuando usted ha preparado un plato y desea llevarlo a la nevera, espere una hora, no más, para envasarlo en un recipiente adecuado, póngale una cubierta y llévelo a la nevera. Evite que el queso o cualquier otro producto lácteo permanezca mucho rato fuera de la nevera. Sírvase a la mayor brevedad posible y regréselo al frío. Así no se romperá la cadena del frío y se evitará que proliferen los gérmenes.
- En la nevera, no mezcle nunca los alimentos crudos con los que han sido cocinados. Aún en la cocina, mantenga los alimentos susceptibles de contaminarse alejados de los alimentos "seguros" o sanos. Esto evitará el cruce de contaminaciones.
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