Ya lo vimos: los antioxidantes protegen todas nuestras células. Nos llegan a través de nuestra alimentación. Verduras y frutas son las principales fuentes cuando se habla de las vitaminas. Frutos de mar, pescados, hígado de res y ternera nos aportan el zinc y el selenio.
Sí, tienen que ver con todas las células. Ya mencionamos los ojos y la piel. Hoy tiene la palabra la próstata. Le siguen los trastornos metabólicos (los hiper de colesterol, triglicéridos, glicemia), el hígado.
La próstata.-
- El tomate debería ser el mejor amigo de los hombres. Se ha comprobado que el licopeno que aporta ayuda a prevenir el cáncer de la próstata.
- Igual papel juega el selenio (se le encuentra en los frutos secos, entre los cuales las almendras).
- La vitamina E, por su parte, contribuye a la protección de las células contra el estrés oxidativo.
- El aceite que ser extrae -o se obtiene- de las semillas de ahuyama, rico en fitosteroles. Es tal su beneficio que la Organización Mundial de la Salud ha reconocido su beneficio en relación con la vejiga irritable y los trastornos del acto de orinar asociados con la hipertrofia benigna de la próstata.
- Un extracto de palmera enana para mantener un flujo urinario normal.
- Un extracto de linaza que contribuye a regularizar la secreción de la hormona útil para la prevención del cáncer de próstata.
Es de más insistir, sin embargo, que los suplementos y otros productos no son suficientes en sí. Todo trastorno debe ser consultado con un urólogo.
Los hiper.-
Un complemento alimentario benéfico para ayudar a controlarlos debe contener:
- Resveratrol, un flavonoide de la familia de los polifenoles, conocido por su acción antioxidante. Parece tener resultados interesantes a nivel del metabolismo de los lípidos y los glúcidos.
- Curcumina, polifenol extraído de la cúrcuma, supremamente protector, antioxidante y antiinflamatorio.
- Quercetina, otro polifenol con efectos antiinflamatorios, antialérgicos y protectores del sistema cardiovascular.
- N-acetilcisteína (NAC), que participa en numerosas funciones metabólicas: síntesis de los ácidos grasos, formación de la piel, de las uñas y el pelo, producción de hormonas, etcétera. Es especialmente necesaria a la síntesis del glutatión, un antioxidante importante que permite mantener una cantidad ampliamente suficiente de células en el organismo.
- Otros antioxidantes pueden reforzar los anteriores: zinc, manganeso, selenio, vitaminas B.
El hígado.-
Es el órgano que hemos denominado laboratorio del organismo. Su función principal es la de filtrar todas las toxinas que ingresan al cuerpo. Su finalidad es hacer solubles los desechos para que sean eliminados a través de la orina. Si este proceso falla, se presenta entonces una producción muy importante de radicales libres que, al acumularse, pueden conducir a la aparición de enfermedades graves y al envejecimiento.
¿Cómo sospechar que el hígado se ha vuelto perezoso? ¿Que ya no alcanza a cumplir su función?
Por los siguientes síntomas: cansancio y pesadez después de las comidas, náuseas matinales, aliento pesado también en las mañanas, dificultad a aguantar el alcohol o la cafeína, así sean consumidos en pequeñas cantidades, intolerancia a los perfumes, sensación de tener la cabeza pesada.
Para la desintoxicación hepática son útiles:
- el cúrcuma, ventajoso no solo para proteger el hígado sino como antioxidante y como antiinflamatorio.
- Piperina o extracto de pimienta negra que optimiza la asimilación de la curcumina.
Algunas plantas pueden igualmente ser asociadas. Entre las cuales, las hojas de alcachofa y el rábano negro.
¿Escasez de antioxidantes?
Sí diversas circunstancias pueden llevar a que los antioxidantes sean insuficientes. Entre las cuales:
- Hábitos alimenticios desequilibrados que se instauran sin que nos demos siempre cuenta de ello. Demasiadas proteínas, grasas o azúcares, pocas cantidades de aceites vegetales ricos en ácidos grasos esenciales, poco consumo de pescado, verduras, frutas, leguminosas o cereales completos...
- Una enfermedad o algunos hábitos que incrementan de manera significativa las necesidades. Tales como el tabaquismo, el exceso de bebidas alcohólicas, drogadicción. Así mismo hay tratamiento médicos prolongados. El sedentarismo o la práctica intensiva de deportes o ejercicios de alta intensidad, la exposición permanente a los rayos solares. Todas estas prácticas incrementan las necesidades de antioxidantes imposibles de compensar a través de la alimentación.
- Algunas fallas en el patrimonio genético que imponen necesidades mayores de micronutrientes protectores. Caso en el cual se impone una complementación permanente con nutrientes.
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