Gloria Moanack©
Sí, es tan importante dormir bien que comer bien. El sueño es como un alimento que regenera y revitaliza mientras que el insomnio, comparable al estrés en sus efectos, va carcomiendo la salud y alterando el equilibrio emocional.
La relación del dormir con el comer es evidente. Lo vemos por un detalle pequeño, uno de los muchos que podrían citarse: pensemos en lo que sucede cuando uno se acuesta sin comer, con el estómago crujiendo. Sencillamente el hambre llama al insomnio y es bien difícil en esas condiciones alcanzar el descanso que tanto se desea y necesita después de una jornada ardua.
Habíamos comentado como durante el sueño se activan ciertas funciones del organismo. Podríamos comparar esta actividad con la que se desarrolla en una hormiguera: todos trabajan pero en silencio. En el organismo se desencadena la labor de glándulas y sistemas, se producen hormonas y neurotransmisores, se procesan alimentos, ni el hígado ni el corazón descansan, los pulmones aún menos! El cerebro se hace más lento mas no por ello duerme. Todo funciona lo que lleva a recordar que existe un metabolismo basal, las calorías que el cuerpo necesita aún cuando no está en movimiento, energías que requiere para que se cumplan las funciones durante el descanso y el sueño, cuando hay una aparente inactividad.
Entonces dormir bien sí tiene una relación con la alimentación y la nutrición. Igual debe decirse del insomnio. Carencia de vitaminas y minerales puede ser la responsable de un mal dormir mientras que excesos en la alimentación acaban siendo culpables de pesadillas y malas noches. ¿Acaso no se menciona con frecuencia que la obesidad es una de las causas del mal dormir?
Previos nuevos comentarios, es preciso aclarar que el insomnio no es dormir mal una noche, o despertarse más temprano que lo acostumbrado una mañana. Es no lograr conciliar el sueño durante varios días, muchos días, sin que medien razones precisas ni concretas.
Otro punto interesante es el de determinar la clase de insomnio que se sufre:
- Existe el que supone desvelarse varias horas dando vueltas en la cama antes de lograr dormirse. Para ilustrarlo, se apela a la imagen del hombre (o mujer) acostado contando en su cabeza todo un rebaño de ovejas...
- El insomnio puede ser igualmente el empezar a dormir y despertarse unas tres o cuatro horas después sin poder conciliar de nuevo el sueño. Es la persona que apaga la luz a las 10, se duerme, pero a las 2 ó 3 de la mañana se despierta sin que tampoco haya habido razón para ello, y pasa varias horas así, a veces hasta la misma hora en que timbra el despertador.
- Y también se habla de insomnio cuando precisamente la persona, después de pasar varias horas dormida, se despierta a horas inusitadas. Por ejemplo, las 4 de la mañana cuando en realidad acostumbra levantarse a las 8.
Estos son trastornos del sueño que poco tienen que ver con la alimentación. De hecho, más allá del comer, se logra usualmente dormir bien a través de varias condiciones que se exponen a continuación.
- La habitación o alcoba. Debe ser ventilada, con temperatura que haga agradable y cómodo el ambiente. El frío devela lo mismo que el calor. En la medida de lo posible, se recomienda dejar una ventana entreabierta para que circule el aire. Por supuesto, en climas calientes, el asegurar una buena ventilación se hace aún más apremiante. Si se utiliza el aire acondicionado es bueno recordar que, en las horas de la madrugada, la temperatura baja por lo cual no es necesario exagerar en su graduación.
- La luz. Hay personas que no pueden dormir si la oscuridad es total mientras que otras se desvelan si hay el más mínimo haz de luz. Así que el consejo no puede ser universal. Busque lo que más le conviene y acomode en consecuencia su habitación para evitar horas de desvelo y angustia.
- El ruido. ¿Es usted de los que necesitan un fondo de música para dormir? Es usted de los que se duermen aún si el televisor está funcionando? Igual que en lo referente a la luz, en este aspecto cada cual es dueño de sus gustos y preferencias. Lo importante es que el ruido no lo despierte un rato después de haber conciliado el sueño!
- El colchón. Lo mismo que la almohada. Más temas para hablar del insomnio o el buen dormir. Estos son dos elementos fundamentales para sentirse cómodo y poder dormir. Se aconseja que el colchón no sea mullido y que la almohada sea más bien de poco espesor. Ambas características buscan proteger la espalda. Aunque el aspecto de la posición sea totalmente personal (dormir en posición fetal, sobre la espalda o el estómago), se considera que la posición más acertada para el descanso es la de estar de medio lado con una de las piernas encogida y la otra alargada.
- Y ya que hablamos de colchón y cama, vale mencionar que es muy poco recomendado cenar en la cama. Ni siquiera se aconseja tener el televisor en la habitación. No se trata solo de la emisión de ondas magnéticas sino del hecho de que es un elemento ajeno que perturba la tranquilidad del ambiente. La habitación y en especial la cama están hechos para dormir. No para comer ni para mirar televisión. Ni siquiera se debería fumar el último cigarrillo estando ya acostado! Una actividad que sí puede atraer el sueño es la lectura.
- Ahora que hablamos de la comida, además de no incurrir en el error de llevar la bandeja a la cama, vale mencionar varios aspectos relacionados con la cena en sí. El primero tiene que ver con la cantidad. Se dice que la cena debe ser como la de un mendigo. Es cierto siempre y cuando usted no quede con hambre. Es también cierto en cuanto la cena debe ser liviana, de fácil digestión, con una proteína (ojalá distinta a la carne roja), con verduras y una harina o carbohidrato, más una fruta y, si lo desea, un postre. Que sea sin grasas, sin alimentos ni bebidas estimulantes.
- El segundo aspecto tiene que ver con el momento. Lo ideal es dejar pasar dos horas entre la cena y el momento de acostarse. Llegar con el estómago muy pesado no es lo aconsejado ya que impide conciliar el sueño con facilidad, por lo menos un sueño apacible que dure varias horas sin despertar. El inconveniente en este punto es para los trabajadores o estudiantes que regresan tarde a sus casas, que deben cenar y de una vez ir a la cama porque trasnochar les dificulta la madrugada. Para ellos, y siempre en la medida de lo posible, es más válido el consejo de cenar liviano, sin atiborrarse.
- Si le es posible, camine un rato después de la cena. Es posible hacer un poco de ejercicios suave, pedalear sobre una bicicleta estática mientras se mira el noticiero, dedicarse a una actividad recreativa en la casa como cocinar para el día siguiente, arreglar o rociar las matas. El ejercicio intenso en horas nocturnas suele cansar el cuerpo pero no descansa la mente lo que, para muchos es sinónimo de mal dormir. Un baño con agua tibia caliente puede reducir la excitación dejada por el ejercicio y ayudar al sueño.
- Un consejo adicional que tiene que ver con el tomar. Es conveniente evitar el exceso de alcohol: puede inicialmente ayudarlo a dormir pero su sueño ni será ni tranquilo ni realmente profundo, tampoco regenerador. En general, las bebidas alcohólicas trastornan los ciclos del sueño y hace que éste pierda su función de revitalizar y devolver las energías.
- Tampoco es aconsejado excederse en cualquier otra bebida, así sea en agua pura: la necesidad de orinar lo despertará en mitad de la noche!
- Y en cuanto a los horarios: el hábito del sueño dicta que se deben establecer horarios aún para los días festivos y las vacaciones. Esto es particularmente válido para las personas que tienden a sufrir de insomnio. Dormir a una hora definida y despertar a una hora, sin que se establezca disciplina militar, es crear hábitos para el buen dormir. Cuando una persona, así sea en un día festivo, se levanta mucho más tarde de lo usual, es posible que en la noche demore en conciliar el sueño.
- Lo más importante: nunca tome somníferos por su propia cuenta, ni porque los aconseja el vecino, el (o la) cónyuge, la suegra o los hijos. Si realmente sufre de insomnio, consulte con su médico. Existen hoy numerosos medicamentos llamados a corregir, normalizar y regularizar el sueño que no crean dependencia ni adicciones. Pero deben ser formulados por un tiempo definido y por un profesional.
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