lunes, 6 de enero de 2014

Toxinas pa´fuera!




Ya se fueron los reyes Magos y con ellos las fiestas y la parranda. Llegó el momento de retomar la rutina. Nos divertimos, comimos, tomamos, nos trasnochamos y hoy nos quedan los rezagos de los excesos. Es el momento de deshacernos del guayabo y, con él, de las toxinas.

Porque sí, es cierto, nuestro cuerpo está repleto de toxinas. Combatámoslas si queremos avanzar con buen humor y muchas energías. Mejor dicho, deshagámonos de ellas.

La liberación se logra mediante pocos pasos, normas básicas de la higiene de vida. Dormir bien, tomar mucho líquido (agua por favor!), hacer ejercicio y comer bien. En pocos días veremos el cambio.

En primer lugar quedó el sueño y no fue por casualidad. Dormir bien y las horas suficientes es casi tan importante como comer bien. Durante las horas de sueño, nuestro cuerpo se regenera, recupera energías, se deshace del estrés. Continúa la marcha del organismo, a paso más lento, pero lo que ocurre es muy importante. La secreción de hormonas es solo un ejemplo. Así, para los niños dormir temprano es de vital importancia pues las hormonas del crecimiento son producidas con mayor intensidad durante las horas previas a la medianoche. En todos, adultos y niños, se mantiene el movimiento de cada uno de los órganos, incluidos, como es obvio, el corazón y los pulmones, riñones, intestinos, hígado...

Cuando se ha trasnochado mucho, conviene recuperar las horas del desvelo. Aunque, en realidad, no es muy correcto hablar de una recuperación pues las horas perdidas no se recuperan ni siquiera si se duerme hasta tarde en la mañana siguiente. Pero unas buenas noches de sueño le permiten al cuerpo revitalizarse y llenarse de buenas energías.

Viene la importancia de hidratarse. Lo habíamos comentado, las bebidas alcohólicas producen deshidratación y sobrecargan el trabajo del hígado, órgano encargado de procesarlas. Esto es lo que causa el malestar del día siguiente, malestar que algunos llaman guayabo, otros resaca y otros más ratón. Y la sobrecarga o intoxicación el hígado se limpia cuando se ingiere una muy buena cantidad de líquidos. Algunos tienen como receta de curación el tomarse al día siguiente una copa más. Puede ayudar pero es provisional porque la verdadera desintoxicación se da con otros líquidos que no contengan alcohol.

Es un poco como regar un jardín con manguera. Agua, bebidas hidratantes, jugos de fruta son ideales. Una limonada, por ejemplo, aporta vitamina C. Las frutas proporcionan antioxidantes  son aptas para depurar. En cuanto al agua puede ir complementada con las bebidas hidratantes que consumen los deportistas y que les ayudan a recuperar las sales (sodio y potasio).

Y el ejercicio. Atención, aquí se trata de una rutina de ejercicios o de la práctica constante de un deporte. De ninguna manera se quiere incentivar aquel afán que agarra a algunos de salir al día siguiente a la fiesta a extenuarse corriendo, o jugando fútbol o tenis o montando en bicicleta para sudar montones porque, piensan ellos, esto los ayudará a desenguayabar... Ese ejercicio extenuante cuando aún están presentes los efectos del alcohol es totalmente desaconsejado. Encierra grandes peligros y pueden acabar en un accidente grave, como un infarto.

Así que el propósito es emprender una rutina constante, seria, cotidiana ojalá orientada por un médico deportólogo o un fisiatra o fisioterapeuta. Ejercicios de por lo menos tres o cuatro veces a la semana. Pueden ser en un gimnasio o con marchas de 40 minutos a paso rápido, ojalá todos los días o por lo menos cuatro veces a la semana. Podría ser por ejemplo de regreso de la oficina hacia la casa. Esa marcha, igual que todo ejercicio, no solo contribuye a desintoxicar sino que incentiva múltiples funciones benéficas. Constituye una protección contra el colesterol alto y contra la osteoporosis, obra en beneficio de las arterias, el corazón y el cerebro. Ayuda a botar el estrés, ayuda a una mejor digestión  y lucha contra el estreñimiento.

Finalmente el Buen Comer. O el comer bien. Este es el momento de asumir una disciplina en la mesa con nuevos hábitos alimenticios. Alejar los productos que no proporcionan nutrientes, buscar el equilibrio de la dieta, seleccionar los alimentos más saludables y nutritivos. En esta oportunidad vamos a mencionar algunos de los alimentos que mejor le ayudarán a desintoxicar.

Pero antes, recordemos que siempre es mejor asar o sancochar que freír. Es poco recomendable utilizar las grasas saturadas para acostumbrarse más bien a los aceites vegetales. Y es igualmente recomendado disminuir, si no eliminar los azúcares así como los productos refinados.

Aquí van los alimentos "buenos amigos":

- Espárragos que ayudan a la formación de los glóbulos rojos. Son ricos en antioxidantes y aportan enzimas que ayudan a un mejor funcionamiento del hígado. Son además muy pobres en calorías.
- El ajo que contiene una sustancia propia para desintoxicar que lo convierte en un casi antibiótico para combatir hongos y virus. Baja los niveles del colesterol malo y ayuda a mantener la tensión arterial en niveles normales.
- El aguacate que contiene 14 minerales todos los cuales ayudan a un mejor funcionamiento del organismo y a la regeneración de las células. Se destacan el hierro y el cobre, propios para la regeneración de las células sanguíneas y para prevenir la anemia. Los aguacates igualmente ayudan a combatir el estrés.
- Arroz integral, perejil, verduras de hojas verdes, ricos en vitaminas de la familia B esenciales para el sistema nervioso y que ayudan a combatir el estrés.
- Retoños, vegetales de hojas grandes, cereales integrales. Contienen magnesio útil para la estabilidad de los estados de ánimo.
- Semillas de girasol y ajonjolí. Ricas en potasio, zinc y vitaminas de la familia B, especialmente la B6. Son eficaces para combatir la baja de las defensas en momentos de mucho estrés.
- Repollo: fuente rica en antioxidantes y vitaminas A, C y E, betacaroteno y minerales como el selenio.
- Almendras ricas en magnesio. Ayudan a combatir el insomnio y los estados de ansiedad e irritabilidad.
- Frutos rojos como las moras, fresas y frambuesas. Ricos en manganeso y vitamina C, fuente alta de antioxidantes.
- Cocombros o pepinos que ayudan a purificar el hígado. Incluyen vitaminas (A, B y C), y minerales (calcio, fósforo y hierro). Son también buenos para la piel.

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