Hay circunstancias diversas en que sí, los suplementos no son solo necesarios sino indispensables.
Es cuando, para dar ejemplos, una mujer se encuentra en gestación. Cuando se atraviesa una época de muy intenso estrés. Cuando se está en convalecencia de una enfermedad larga. Cuando se detecta anemia. Para las mujeres que llegan a la menopausia y que tienen el riesgo de sufrir de osteoporosis.
Ante esta y muchas otras circunstancias, corresponde a los médicos formular los suplementos requeridos. Cada persona necesita de productos específicos. No debe olvidarse que acaba siendo perjudicial y hasta tóxico el exceso de ciertas vitaminas -las que son solubles en la grasa especialmente- y de ciertos minerales. No pueden tomarse a la ligera estos medicamentos ni verlos como si fueran inofensivos y sin consecuencias.
Ahora bien, si usted sigue una dieta rica en nutrientes, en la que incluye toda la gama de productos y alimentos, éstos serán suficientes para garantizarle un estado óptimo de salud y bienestar. Entre más variada es su alimentación, más equilibrada en cantidades, más podrá sentirse tranquilo de que no le son necesarios los suplementos vitamínicos o de minerales.
Es de esos suplementos que hablamos. De los que son fabricados en laboratorio, a partir de sustancias químicas, disponibles en las droguerías o farmacias y que son de libre venta. Estos son bien distintos de no aquellos productos naturales que, como las algas o la lecitina de soya, aportan tanto vitaminas como minerales y, muchas veces, ácidos grasos esenciales. En ese orden de ideas, el polen de abeja puede ser incluido, lo mismo que el aceite de bacalao.
Muchas veces existe el temor de que las verduras y frutas, lo mismo que las leguminosas, se han empobrecido en su calidad como proveedoras de nutrientes por cuanto éstos han sido destruidos por el uso de fumigantes y otros químicos. Puede que esto ocurra en una proporción más alta de la deseada. Sin embargo, y a pesar de ello, los productos que emanan de la naturaleza siguen siendo fuente excelente de vitaminas y minerales. Lo que debemos hacer es abarcar en nuestra dieta la mayoría posible de productos para, de esta manera, asegurarnos que en ellos se encuentra la gama completa, o casi, de vitaminas y minerales.
Por supuesto, lo ideal sería, o es, consumir los productos orgánicos. Libres de todo químico. Aún en lo que se relaciona con los animales -vacas, gallinas, pescados- y sus productos como la leche y los huevos. Pero ya sabemos que la agricultura orgánica sigue siendo mucho menos extensa que la tradicional y sus productos acaban siendo vendidos a precios bastante más elevados que los acostumbrados. Dos inconvenientes que nos obligan, con frecuencia, a limitar su adquisición.
¿Cómo remediarlo? Y cómo ayudarnos a complementar nuestra dieta en suplementos sin acudir a los que son fabricados en laboratorio?
Aquí van unos consejos.
- Recuerde lo que aconsejan los japoneses: asegúrese de incluir no menos de 30 diferentes ingredientes en su alimentación diaria.
- Trate de consumir las cantidades adecuadas, suficientes, de los alimentos claves, muy ricos en nutrientes. Ojalá los consuma en presentaciones naturales, para que una muy buena cantidad de los mismos pueda ser absorbida sin causar daño. Esto se hace especialmente cierto cuando se habla de minerales como el calcio, magnesio, potasio, hierro, boro, cobalto, cobre, iodina, manganeso, selenio y zinc. La mayoría de ellos se encuentran tanto en las leguminosas como en algunas verduras, en los pescados y en los frutos secos, como las nueces, y las semillas.
- Ya lo comentamos, lo más recomendado es tratar de siempre consumir productos orgánicos. Siempre y cuando se encuentren disponibles y usted pueda cubrir el valor.
- Consuma muchas verduras, crudas o apenas cocinadas, muchas frutas sin olvidar los frutos rojos, nueces, semillas de ahuyama y girasol, ajonjolí, algas, pescados y crustáceos.
- Incluya siempre en sus comidas algas. Se encuentran generalmente disponibles en los mercados, deshidratadas o frescas. Son fuente excelente de iodo y otros minerales.
- Agregue condimentos a sus alimentos, comino, pimientas, cúrcuma, tomillo, todos son excelentes. No olvide incluir ajos, jengibre, hierbabuena, perejil...
- Complemente sus comidas con aceites vegetales que le aporten omega 3, 6 y 9.
- El hígado de bacalao es un excelente suplemento, fuente de ácidos grasos esenciales -omega 3-. No abuse de él ya que aporta vitaminas solubles en grasas cuyo exceso puede ser perjudicial para su salud.
- Los vegetarianos pueden requerir de un suplemento de selenio sin abusar del mismo. También pueden necesitar vitamina B 12 y vitamina D, sobre todo si no viven en tierras donde se disfruta del sol.
- Entre las algas, es especialmente recomendada la espirulina Es tan rica en nutrientes que fue seleccionada por la Agencia Espacial Americana -Nasa- para ser incluida entre los alimentos de los astronautas en misiones espaciales. Se puede encontrar en forma natural o en comprimidos en las tiendas naturistas.
- Polen de abejas que contiene un nivel excepcional de antioxidantes además de ser un alimento proteínico, rico en minerales y oligoelementos como el hierro, boro, sodio, potasio, magnesio, zinc, manganeso y fósforo.
- Lecitina de soya, sustancia que forma parte de la estructura grasa de las neuronas. No solo es excelente para la protección y regeneración del cerebro sino que lo es en épocas de gestación, cuando se está desarrollando el sistema nervioso del feto.
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