Nunca como antes se había hablado tanto de las bondades y propiedades curativas de las verduras y frutas. Las investigaciones permiten hoy determinar con exactitud los nutrientes que contiene cada uno de los productos y, así, definir los beneficios o, por el contrario, los perjuicios y reservas que acompañan cada uno de ellos.
En ese sentido, se exponen hoy una serie de verduras, de las que consumimos a diario, con el fin de que cada cual opte por las que mejor le conviene a su bienestar.
No significa esto que comiendo alcachofas o lechugas o ahuyama se vuelvan innecesarios los remedios y tratamientos médicos. Significa más bien consumirlos para hacer reservas de nutrientes capaces de proteger y hasta de prevenir ciertos trastornos.
Buen provecho, entonces, y aquí van las verduras.
Alfalfa.- Fuente bien rica de vitaminas y otros nutrientes: vitamina A, B1, B6, C, E, K, ácido fólico, calcio, potasio, fósforo, magnesio y zinc. Ayuda a bajar los niveles de colesterol en la sangre y a prevenir tanto la anemia como la formación de coágulos. En Sur Africa la utilizan para prevenir y tratar la diabetes tipo I, insulino dependiente. La lista de bondades se extiende: tiene poderes laxativos, podría ayudar a prevenir el cáncer de seno por ser rica en fitoquímicos. La medicina tradicional china utiliza sus raíces contra la fiebre alta, los cálculos renales, trastornos urinarios y ceguera nocturna.
Alcachofas.- Desde tiempos remotos, las alcachofas han sido utilizadas para tratar los problemas de hígado y para depurar la sangre. Es una verdura rica en fibra, aporta potasio, calcio, hierro y fósforo así como pequeñas porciones de otros minerales. Es útil para el tratamiento de la hepatitis, la arteriosclerosis y la gota. Abre el apetito y ayuda a la digestión. Contribuye a bajar los niveles de colesterol y de glicemia en la sangre. Podría ayudar en casos de migraña. Es aconsejada en las dietas para adelgazar como remplazo de la papa.
Aguacate.- Se puede ufanar esta verdura -que muchos consideran como fruta- de ser el que mayores niveles de proteína contiene con relación a los demás productos vegetales. Su gran riqueza está en su contenido en grasas monoinsaturadas semejantes a las que se encuentran en el aceite de oliva, y con ello contribuye a bajar los niveles del colesterol malo (LDL). Entre sus otras cualidades están las de ser rico en carbohidratos, betacaroteno, vitamina E, glutatón y fibras. Ayuda a proteger contra el infarto y otras enfermedades cardíacas y contra algunos cánceres. Ayuda a combatir los virus y los hongos. Los dietistas tienden a evitar el aguacate en las dietas de adelgazamiento por su alto valor calórico (300 calorías por aguacate). Sin embargo, pueden hacerse excepciones por su calidad como proteínas así como por los nutrientes que aporta.
Remolacha.- Es una excelente fuente de carbohidratos complejos, fibra, vitaminas B, ácido fólico, vitamina C, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, selenio, zinc y ácidos sílicos. Por ser igualmente rico en boro, juega un papel importante en la producción de las hormonas sexuales, lo que le ha dado la fama de ser afrodisíaca. Es benéfica para proteger el corazón. Cuando el hígado ha sido dañado por el exceso de alcohol, puede contribuir a su restablecimiento. La remolacha es uno de los mejores alimentos para combatir el estreñimiento y para prevenir y tratar la obesidad (aún y a pesar de sus calorías). Puede ser utilizada en la cocina para realzar el color de algunos productos como los concentrados de tomates, salsas, y hasta mermeladas.
Brócoli.- Es un antiviral y, al igual que otras verduras de la familia de las crucíferas, contiene antioxidantes, entre los cuales la quercetina, el glutaton, betacaroteno, índoles y vitamina C. Esto ha ayudado a tejer su fama de ser un gran luchador contra el cáncer, incluido el de pulmones, colon y seno. Acerca de ello, y sabiendo que éste último es un cáncer hormono-dependiente, se le conoce como útil para eliminar los estrógenos del cuerpo. Es una fuente excelente de cromo lo que ayuda a regularizar la insulina y la glucosa en la sangre. Se debe poner atención en su preparación ya que cocinarlo en agua puede llevar a la destrucción de sus vitaminas. Es preferible asarlo, comerlo crudo o simplemente cocinarlo en muy poca agua y en el mínimo del tiempo posible.
Repollo.- Es rico en vitaminas A, B, C y E. Contiene además niveles altos de hierro. Es antibacterial y antiviral. Sus hojas tienen la fama de que, una vez cocinadas y aplicadas localmente, ayudan a calmar el dolor en las articulaciones Contiene varios nutrientes capaces de combatir o prevenir contra el cáncer y, de hecho, este fue uno de los usos que hicieron de él los antiguos romanos. La protección se extiende al cáncer de estómago, a la formación de úlceras y al crecimiento de pólipos. Salvo para quienes sufren de hipotiroidismo, es aconsejable consumir el repollo crudo. Puede producir flatulencia.
Zanahoria.- Excelente fuente de vitaminas A B, C y K, de folato, potasio, manganeso, molibdeno, fósforo, magnesio y fibras solubles (éstas ayudan a reducir el colesterol y a combatir el estreñimiento). La zanahoria es una magnífica fuente de antioxidantes y es la verdura más rica en provitaminas A carotenos. Se sabe que ésta es indispensable para la visión y la protección de los ojos. Con el betacaroteno, la zanahoria ayuda a proteger las arterias así como a prevenir el infarto. Contribuye a evitar la formación de cataratas, de degeneración macular y de la ceguera. Contiene igualmente elementos que la hacen protectora contra ciertos cánceres entre los cuales el de pulmones en los fumadores. Esta es una de las verduras que no pierden sus cualidades con la cocción. Por el contrario, puede ser más fácilmente digerida una vez cocinada.
Apio.- Es una gran fuente de vitamina K además de aportar otras vitaminas (A, B, y C), así como potasio, molibdeno, manganeso, calcio, magnesio, triptófano, fósforo, hierro y fibras. Es muy pobre en calorías y podría llegar a remplazar la sal en la preparación de sopas y otros platos. El apio es excelente para controlar a bajar la hipertensión arterial. Tanto la medicina tradicional china como la medicina occidental le reconocen poderes para relajar los músculos que rodean las arterias así como para bajar las hormonas del estrés que llevan a la contracción de las venas.
Tiene un antecedente largo como elemento utilizado por la medicina. Es rico en potasio y sodio, minerales de gran importancia para regularizar el balance y el fluido de la orina. Los antiguos griegos utilizaron sus semillas como diuréticos. Advertencia: consumir apio antes o después de un ejercicio vigoroso puede desencadenar el algunas personas una seria reacción alérgica.
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