A.A significa aminoácido. Y aminoácido es la sustancia básica de la que se forman las proteínas. Y las proteínas, ya lo sabemos, son los ladrillos con los que se construye nuestro organismo.
Hay aminoácidos que son producidos por el organismo. Pero hay otros, ocho en total, que son ajenos al organismo, que no son secretados por él y que, en consecuencia, deben ser aportados por los alimentos.
Estos ocho A.As son conocidos como los esenciales. Y entre ellos, se encuentran la leucina, isoleucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina.
Nombres tan complicados que llegan a causar aburrimiento... Si no fuera porque representan sustancias absolutamente indispensables para el buen funcionamiento del cerebro.
En efecto, además de servir para el mantenimiento de los tejidos y órganos, para la fabricación de las enzimas, los anticuerpos y las hormonas, estos aminoácidos forman los neurotransmisores. Siendo éstos últimos vitales para el equilibrio de las funciones cerebrales.
Porque los neurotransmisores, mensajeros químicos, son los que garantizan la comunicación química y el flujo eléctrico entre una neurona y otra.
No divaguemos y más bien concentrémonos en tres de los aminoácidos: el triptófano que se transforma en serotonina, la tirosina y la fenilalanina que se convierten en dopamina y noradrenalina.
Y miremos cuán importantes son cada uno de ellos: la serotonina es ante todo la responsable de la serenidad. Favorece el reposo, el buen humor, inhibe las tensiones, la agresividad y las cóleras. Se la misma serotonina depende igualmente la regulación del apetito, especialmente del afán de atosigarse de azúcares y golosinas. Una falta de dopamina se presenta con frecuencia en personas adictas (drogas, alcohol, tabaco...) y en quienes sufren de anorexia y bulimia.
Por su parte, tanto la dopamina como la noradrenalina favorecen la autoestima, el deseo de realizar proyectos y obras, la motivación, la energía y la memoria. Estos neurotransmisores permiten reencontrar el deseo de ir hacia adelante, de progresar u de realizarse, actúan como aceleradores del despertar y del actuar.
Triptófano, dopamina.-
Pensemos en la actitud del Buda: sereno, ojos agachados, medio cerrados, postura de quietud, similar a un loto... Pues así se podría aplicar al triptófano: el poder de la meditación, de la serenidad, del zen.
Una vez que entra al organismo a través de los alimentos, el triptófano se convierte en serotonina pequeña molécula mágica que se va enrareciendo a medida que pasan los años, y en momentos de gran estrés, de inflamaciones crónicas, de estreñimiento, cuando le hígado está súper solicitado y/o cuando hay carencia de algunos nutrientes como el magnesio, las vitaminas B, el hierro y el mismo triptófano.
Algunos de los síntomas de la carencia de serotonina pueden ser la irascibilidad, la actitud impulsiva o agresiva, trastornos del sueño y dificultades para dormir. Pueden ser síntomas igualmente la atracción fuerte hacia el dulce, la sal o el alcohol, sobre todo al terminarse el día. El abuso de estos productos es favorable a su liberación y, por ende, su consumo causa un casi inmediato sosiego.
Alimentos ricos en triptófano:
- Productos lácteos ricos en lactosuero tales como la ricotta y el queso cottage.
- Cereales completos.
- Leguminosas entre las cuales lenteja, soja, fríjoles, garbanzos, habas.
- Frutas secas: dátiles, ciruelas pasas, albaricoques, higos y uvas pasas.
- Oleaginosos como las nueces y las semillas de ahuyama, girasol. Así mismo se incluyen los aguacates.
- Chocolate
- Banano o plátano, ciruelas.
- Huevos, pavo, pollo y pescado.
Estos alimentos deben ser consumidos de preferencia en las horas de la tarde y noche. Cuando está por terminar el día es cuando mejor se produce la síntesis de la serotonina.
Fenilalanina, tirosina.-
Precursoras de dos neurotransmisores: la dopamina y la noradrenalina. Estos son realmente dos bólidos para las neuronas, las ponen a funcionar a plena capacidad y velocidad. No dan entrada al reposo ni al letargo.
Si a usted le cuesta trabajo despertarse y levantarse de la cama, si funciona "en cámara lenta", su tiene el moral por el suelo. Si le falla la memoria y le cuesta mucho trabajo concentrarse. Si su único aliciente es regresar a la cama para dormir... En ese caso, a usted le puede estar haciendo falta dopamina y noradrenalina.
Se observa entonces que funcionan en sentido contrario que la serotonina. Sin embargo, al igual que ésta la producción de ambos neurotransmisores puede deberse a una carencia de nutrientes tales como el hierro, vitaminas B, magnesio y zinc. En caso de diabetes tipo 2 y de estrés crónico, puede hacer falta tirosina lo que afecta la producción de neurotransmisores.
Para privilegiar la asimilación de la tirosina, es esencial que sus comidas contengan proteínas de origen animal, particularmente ricas en fenilalanina y en tirosina, tales como los huevos, la carne roja, el pescado o los productos de mar, y el queso.
Pero esto no será todo. Sus comidas deben ser pobres en azúcares, aportados bien sea por los ponqués, caramelos, bizcochos o bebidas dulces, o por los carbohidratos refinados como la pasta y el arroz blanco, el pan da harina refinada, las papas y otros. Cámbielos más bien por alimentos completos, incluyendo la quinoa, las leguminosas, el trigo completo, el pan integral. Esto ayudará a evitar picos en la producción de la glicemia los que anulan la síntesis de la tirosina.
Alimentos ricos en fenilalanina y tirosina:
- Aves, incluidos el pato, el pavo y el pollo.
- Carne roja
- Huevos
- Quesos y yogur natural
- Pescados, frutos de mar, crustáceos.
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