miércoles, 18 de marzo de 2015

De todo un poco



Sucede lo mismo cuando se comienza a preparar un plato sin tener al frente una receta bien establecida.

Para quienes gustan de comer, que son golosos y gourmets, cocinar es un placer. Es una manera de deshacerse del estrés y de pasar un buen momento agradable. Más aún cuanto están en perspectiva la reunión con amigos cercanos seguida por una velada amena.

Los que gustan de la cocina no siempre se rigen por una receta sino que prefieren improvisar. Quizá toman de la receta el "esqueleto" o la estructura de la preparación pero comienzan a desvariar, improvisar, crear y van agregando de todo un poco. Un poco de esta pimienta, otro poco de cilantro, otro de páprika, y quien sabe -se preguntan- cómo quedaría con unas alcaparras que no figuran en el original...

Hoy vamos a imitar a estos gourmets. El esqueleto esté conformado por una serie de actividades a las que les vamos a agregar el antes y el después. Qué debemos hacer antes de emprender la rutina de ejercicios, qué debemos hacer después. El dormir, el comer, el trabajar o el estudiar... Temas cotidianos al que les agregaremos un poco de todo.

Comencemos.

- Al despertar. Y antes de levantarse. Aconsejan tomar un vaso grande de agua. Tibia quizá porque ayuda a desintoxicar el organismo. Y si se le agregan unas gotas de limón, beneficiamos el hígado en su labor de limpieza.

Muchos dirán que "qué horror" tomar agua en ayunas. De pronto pueden empezar con unos sorbos y poco a poco se irán acostumbrando al vaso completo. Es un gesto agradable, benéfico, que prepara el cuerpo para la jornada.

- Antes del desayuno y de todas las comidas. Ya lo vimos: tomar un vaso de agua al despertar. Pero ese mismo vaso con agua se puede tomar antes de las principales comidas. Dicen que, si el agua es bien fría, ayuda a acelerar el funcionamiento de los intestinos: esto se explica por el choque que se produce entre el agua fría y los alimentos calientes.

Sea cierto o no, el agua también antes del almuerzo y la cena abre el camino para que entren los alimentos. Los gastroenterólogos aconsejan ir tomando agua mientras se va comiendo. Con igual razón: facilita la digestión. Contradice esto el decir de muchas personas que piensan que es un error mezclar la comida con el agua porque ésta se retiene y la persona sufre de flatulencias. Creencia equívoca porque, ya lo vimos, más bien facilita el movimiento de los intestinos.

- Antes del plato principal. Esa es una recomendación que se aplica a todas las personas pero, de manera especial, a quienes desean bajar de peso. También en esos casos, tomar agua antes y durante la comida impide que se exagere en las cantidades de alimentos que se consumen. 

Pero hay otro consejo igualmente válido: antes de iniciar la ingesta del plato principal, aconsejan comenzar con las verduras frescas, crudas. Ensaladas, por ejemplo. Estas facilitan igualmente la digestión y ayudan a regularizar las cantidades. En épocas invernales, cuando no llama la atención comer verduras crudas, éstas pueden ser remplazadas por otras verduras cocinadas, quizá condimentadas con aceite y vinagre más sal.

- Antes de salir al frío. Ya que hablamos de las épocas invernales, demos el consejo que muchos europeos aplican: se toman un vaso de agua fría antes de salir de casa porque, dicen, impide que se de un choque fuerte entre el frío del ambiente y la temperatura del cuerpo.

Esta es la razón por la cual también gustan de comer helados en los días de mucho frío. En un principio, cuando los veía en pleno invierno frente a una copa de helado, me daban escalofríos. Al cabo de poco tiempo, comencé a imitarlos y debo decir que me fue muy bien. Es como si, al enfriarse la temperatura interna del cuerpo éste quedara protegido contra las heladas ambientales, pudiendo así evitar los resfriados...

- Antes del ejercicio. Aquí van varios consejos.

El primero es tomar un buen desayuno, si se sale, temprano en la mañana, a practicar un deporte o a cumplir con la rutina de ejercicios. Pero que ese desayuno esté constituido por carbohidratos complejos, una bebida caliente o fría pero consistente -como un jugo de naranja o de verduras. Se recomienda evitar la ingesta de proteínas para después de haber practicado el ejercicio. Alimentos que se recomiendan incluyen pan integral, cereales integrales también, un sandwich con mermelada o miel. 

Otro de los consejos, por supuesto, es el de hacer unos ejercicios previos de calentamiento y para estirar los músculos. Impiden lesiones que se pueden producir cuando el cuerpo está frío y los músculos contraídos. 

Un consejo adicional es el de llevar la ropa adecuada tanto para el clima como para el tipo de ejercicio. El algodón es el material ideal para utilizar en todas las estaciones. Cuando hace frío, es conveniente tener las camisas o buzos que ayudan a respirar, absorben el sudor pero mantienen el cuerpo caliente.

Y otro consejo adicional: nunca practique ejercicio cuando ha estado bebiendo alcohol la víspera. El ejercicio no ayuda a "desenguayabar" ni a vencer la resaca. Con el alcohol, el cuerpo se ha deshidratado y, si se abusa del esfuerzo, pueden ocurrir accidentes cardíacos bastante serios. En estos casos, es mejor mantenerse en casa e hidratarse bien.

Antes, durante y después de la rutina, es preciso tomar líquidos. Si el ejercicio es fuerte o de alto impacto, se recomienda tomar bebidas hidratantes ya que el agua no es suficiente para suplir las sales que se pierde a través del sudor.

¿Y la natación? Evite entrar a la piscina después de haber ingerido bebidas alcohólicas. Es igualmente aconsejable que deje pasar un tiempo prudencial -algunos hablan de dos horas- entre el almuerzo o la última comida y la natación. Cuando se cumple el proceso de digestión, es mejor evitar entrar al agua. A veces pueden presentarse espasmos que molestan y obligan a suspender el ejercicio.

- Antes de dormir. Y ya que hablamos de ejercicios, recordemos que no es conveniente practicar ejercicios intensos antes de ir a la cama a dormir. El ejercicio puede ayudar a relajar los músculos pero el cansancio no siempre ayuda a conciliar el sueño sino que puede crear excitación. Una buena ducha de agua caliente es recomendada para relajar las tensiones.

Se recuerda que conviene hacer la última comida del día por lo menos dos horas antes de ir a la cama. Ir a dormir con el estómago lleno es mala táctica: puede dar paso a un sueño agitado con pesadillas debidas a la digestión lenta que se registra cuando se está durmiendo.

Y si sufre de insomnio, vale la pena ocuparse en alguna actividad que le resulte placentera: arreglar y regar matas, leer un capítulo interesante, mirar un programa de televisión -ojalá que ésta se encuentre fuera de la alcoba. Evite cobijas muy pesadas y trate de dejar una ventana entreabierta para que la habitación quede bien ventilada y fresca.

- Antes de ir al laboratorio. Claro está que los exámenes de sangre en el laboratorio exigen el ayuno completo.

Se recomienda entonces cenar ligera la noche anterior y temprano. Deben pasar por lo menos doce horas entre la última comida y el momento de la toma de sangre. Esto es especialmente válido cuando se quiere medir los niveles de colesterol en la sangre.

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