viernes, 10 de abril de 2015

Cerebro, sueño y memoria



¿Qué relación existe entre el cerebro y la remolacha, la carne de res, las zanahorias y el apio? ¿Y qué tiene que ver la memoria con el aguacate, la leche de vaca, las lentejas, el cangrejo y el arroz?

Aunque la apariencia nos llevaría de afirmar que no tienen nada que ver unos con otros, sí existe un lazo fuerte entre una serie de alimentos -todos de consumo diario- y el funcionamiento del cerebro, el sueño y la memoria.

No nos cansamos de descubrir novedades relacionadas con el órgano maestro -supremo, jefe de orquesta- del organismo. El cerebro con sus exigencias: si se consumen cantidades excesivas de coliflor, huevos, endivias y otros alimentos, el cerebro se verá atiborrado de una sustancia llamada triptófano y, a ese momento, será capaz de adormecerse y de entrar en receso. ¿Quién lo comprende? Necesita de todos esos alimentos, y muchos otros más, para funcionar, para mantenerse alerta y activo, pero si se le dan demasiado entra en rebelión y hace una clase de paro, de recesión y se echa a dormir. 

Esto nos lleva a acercarnos a varias sustancias. Las primeras, el triptófano y la serotonina, las siguientes, la piridoxina o vitamina B6, la colina y varias de las vitaminas de la familia B.

Que tantas palabras sabias no nos asusten. Porque todas ellas se encuentran reunidas, con mucha frecuencia en nuestro plato. O acaso, ¿no comemos varias veces a la semana huevos, zanahorias, quesos, espinaca? ¿O pollo y pavo, leche, carne de res y brócoli?

Este es como un juego de magia: nos asustan términos que se cruzan rara vez en nuestros caminos cuando, en realidad, los tenemos frente a nosotros casi todos los días.

Hablemos de la serotonina y el triptófano. La primera está asociada con el sueño, los estados de ánimo y la percepción. Muy poca serotonina puede causar insomnio y dificultades para la regularización de la temperatura corporal, depresión y algunos desórdenes siquiátricos. Demasiada puede relacionarse con el envejecimiento prematuro, sicosis, también insomnio y comportamientos agresivos, y, si se presenta durante el embarazo, puede perjudicar el desarrollo del feto.

Aunque no se han encontrado estrechos lazos entre la serotonina y la memoria, sí puede establecerse una conexión por cuanto la falta de serotonina y el insomnio alteran la memoria. De hecho, el sueño incentiva y protege los recuerdos almacenados en la memoria de largo plazo El dormir, como dicen los investigadores, es el disparador de recuerdos lejanos que se hacen presentes durante las horas en que la persona sueña. 

La serotonina se deriva del triptófano. Pero su síntesis requiere de buenas cantidades de vitamina B6. Es interesante observar que la carencia de esta vitamina altera el ritmo normal del sueño: mientras la serotonina incentiva la ocurrencia de sueños, la falta de vitamina B6 causa su anulación y lleva a la persona a no soñar.

Vayamos a otro capítulo: el pensamiento rápido y la memoria caminan enganchados. Cogidos de la mano o enlazados. Y necesitan, para manifestarse a plenitud, de un simple aminoácido, el ácido glutámico.

Esta sustancia tiene que ver con prácticamente todas las células del cerebro. De hecho, numerosos son los investigadores que hablan del ácido glutámico como de un neurotransmisor que dispara varias funciones entre las cuales el pensar y el recordar. En momentos específicos, por ejemplo cuando los niveles de azúcar en la sangre son demasiado bajos, puede ser utilizado por el cerebro como la gasolina que pone el motor en función.

Frente a la pareja de pensamientos rápidos y memorias, se presenta otro neurotransmisor encargado de frenar los impulsos cuando hay demasiada excitación. Es la glicina. La imagen es la siguiente: la pareja es semejante a un carro que anda a velocidades máximas mientras que la glicina es la encargada de frenar el impulso cuando éste es excesivo y hay peligro de accidentes. La glicina da lugar a la formación de una sustancia conocida como GABA.

Y una observación interesante se da: mientras el ácido glutámico se encarga excitar, el GABA inhibe y serena.

Aquí va un tercer capítulo: la acetilcolina, sustancia química secretada por las fibras terminales de las neuronas, encargada de transmitir los impulsos nerviosos. Los niveles de esta sustancia en el cerebro están correlacionados con la memoria. Se sabe, por ejemplo, que el Alzheimer se caracteriza por ausencia de acetilcolina en el cerebro.

Pero aún no se ha logrado suplir esa deficiencia. No ha sido útil administrar colina -aminoácido a partir del cual el cerebro produce la acetilcolina- para restablecer la memoria. Las investigaciones continúan y existen varias sustancias que podrían incrementar la producción de acetilcolina.

Alimentos que contienen triptófano:

Alfalfa, fríjoles, carne de res, remolacha, brócoli, repollitas de Bruselas, zanahorias, coliflor, apio, pollo, queso cottage, huevos, endivias, hinojo, pescado, leche, nueces, soya, espinaca,  batata dulce, pavo, berros.

Alimentos ricos en vitamina B6:

Aguacate, cebada, fríjoles, nueces del Brasil, zanahorias, quesos, leche de vaca, cangrejo, huevos, pescado graso, lentejas, hígado de cerdo, carne de res y de cerdo, naranjas, maní, arvejas, papa, ciruelas, arroz, soya, espinaca, semillas de girasol, trigo en grano y en gérmenes, harina integral, levadura.

Alimentos ricos en colina:

Granos germinados, carne de res, garbanzos, yema de huevo, arvejas frescas, lentejas, hígado de res y cerdo, leche, maní, soya.

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