Si los chinos decidieron que el mes de abril es el del hígado, deberíamos sugerirles que lo decretaran como el mes del estómago también.
Porque entre el hígado y el estómago existen lazos indelebles, y lo que afecta al uno repercute sobre el segundo. Están íntimamente conectados.
Y que no solo sea ésta la oportunidad de desintoxicar el hígado, de aliviarlo de las cargas que heredó de largos meses de invierno. Sino, además, de depurar las vías digestivas y, de manera muy especial, limpiar el colon.
Precisamente ahora es cuando más se manifiesta el llamado colon espástico, o lo que los médicos llaman el Síndrome del Colon Irritable. Este pobre colon, cansado de recibir grasas y otros alimentos propios de los días fríos, ha comenzado a lanzar llamadas de auxilio. Escuchémoslo y vayamos a su encuentro.
Los médicos piensan que uno de los primeros pasos para aliviar el colon y depurarlo es asumir nuevas maneras de alimentarse. Bien sea eliminando algunos alimentos y remplazándolos por otros. Como bien se sabe, cada estómago tiene sus "caprichos": acepta o rechaza algunos alimentos, se enamora de unos y odia a otros, y de allí llegan las intolerancias y los malestares. Esos "amores y odios" pueden ser el origen del colon espástico.
Lo que ocurre, según los investigadores, es un desequilibrio anormal de las bacterias intestinales desencadenado bien sea por ciertos alimentos o por los antibióticos y otros medicamentos.
La explicación es la siguiente: normalmente, en un colon sano, existe el doble de bacterias anaeróbicas -que no necesitan aire para sobrevivir- que aeróbicas. Cuando el colon se irrita, el balance se rompe y proliferan las bacterias que sí necesitan de aire para sobrevivir, las aeróbicas. Esto significa que algunos medicamentos o alimentos tienden a dañar la actividad normal de las bacterias. Esto se traduce en síntomas como estreñimiento, dolor, flatulencia, todos ellos presentes en el Síndrome de Colon Irritable.
Si bien, ya lo dije, cada persona tiene sus propios motivos de rechazo, existen algunos productos, sustancias y alimentos que se clasifican como los más sospechosos en términos de irritar el colon. Entre ellos, van los siguientes:
La leche.-
Una cosa es la intolerancia a la lactosa o dificultad para digerir el azúcar que se encuentra en la leche, y otra es sufrir de colon espástico.
En efecto, los dos trastornos presentan síntomas similares. Pero son dos trastornos distintos. A pesar de ello, el tratamiento es semejante: eliminar el consumo de leche y, en muchos casos, de sus derivados. El médico indicará alimentos que sustituyan los lácteos y que le ofrezcan iguales nutrientes.
Azúcares dietéticos.-
También pueden producir irritación en el colon sin que, por ello, den origen a un colon espástico. Existe la intolerancia al sorbitol y a otros edulcorantes artificiales. Intolerancia que se traduce en síntomas como diarrea, inflamación y flatulencia, dolores abdominales.
Pero, al decir de los investigadores, esa intolerancia se confunde con el Síndrome del Colon Irritable lo que lleva a la práctica de exámenes complejos, costosos e inútiles.
Para evitar la confusión, observe su dieta y comience a sospechar de todo lo que incluye azúcares llamados dietéticos. A veces pasan inadvertidos. No siempre se sospecha o se toma consciencia de que están en las gomas de mascar, en caramelos, en yogures, todos ellos presentados con la etiqueta de ser productos dietéticos.
Si usted los consume y sufre de irritación en el colon, evítelos. Muy probablemente presenta una intolerancia que le causa malestar.
El café.-
Lo mismo que toda bebida que contenga cafeína, incluidos el té y las gaseosas.
En efecto, la cafeína sí irrita el colon sensible de tantas personas que no relacionan su estómago con la bebida. Hasta una gaseosa que contenga cafeína puede acabar causándole irritación del colon con su malestar correspondiente. Si es el caso, elimínela y trate de evitar bebidas como el té y el mismo café. No descuide su reacción cuando come chocolate. Este es otro de los sospechosos de causar el colon irritable.
Otros alimentos.-
Entre los posibles detonadores de la irritación del colon se incluyen los cítricos, la cebolla, la papa. El exceso de grasa y el exceso del azúcar (así no sea dietética), el abuso de alimentos refinados.
Todos ellos deben clasificarse en el capítulo de los sospechosos pero solo usted los puede absolver o condenar mediante la observación de sus reacciones cuando los consume.
Muchas personas, en efecto, se sienten mal cuando comen alimentos fritos. Tienen el estómago irritado, flatulencia y no pocas veces diarrea. Igual puede ocurrir con una bebida ácida o cuando consumen un puré hecho con papas y leche. ¿Es la leche? ¿Son las papas?
Lo que se le aconseja es lo mismo que lo que se le sugiere a las mamás que comienzan a darles alimentos sólidos a sus bebés. Nunca mezcle dos alimentos, vaya agregando uno por uno, distanciados y nunca en la misma cena, y observe la reacción. La intolerancia o la alergia aparecerán pronto si se trata de un bebé. Para un adulto, lo que se producirá será la irritación del colon.
El trigo.-
Aunque parezca incongruente que este cereal produzca irritación en el colon cuando es el mismo que recomiendan tantos médicos como alimento protector contra el Síndrome.
Es de todos modos difícil de culpar al trigo del trastorno sobre todo porque es uno de los alimentos más cotidianos y frecuentes de la humanidad. A diario se consumen pan, galletas, salsas hechos con trigo, y por ello no es usual culparlo de un malestar.
Ahora bien, si usted siente que el trigo podría estarle causando irritación en el colon, sospeche también de otros cereales como el maíz y el centeno. Como aconsejado anteriormente, solo mediante la observación de su propio organismo es que logrará determinar quién o quiénes son los culpables.
Recuerde que, entre las reacciones más frecuentes, se encuentran diarreas en tres o cuatro episodios diarios, flatulencia, estómago abultado e incomodidad más dolores abdominales.
En cambio...-
Puede serle útil y benéfico incrementar la cantidad de fibras que recibe a diario a través de sus alimentos.
Esta recomendación habría sido escandalosa unos años atrás cuando lo que más bien se aconsejaba era eliminar o limitar la fibra. Sin embargo, es actualmente el remedio de elección. Se ha observado que una dieta a base de fibra, consumida durante bastante tiempo, puede corregir algunas anomalías de los patrones motores del colon cuando hay problemas de funcionamiento intestinal.
Una de las fibras más aconsejadas es el salvado de trigo -una cucharada tres veces al día a manera de prueba durante unas semanas-. Sin embargo, si no funciona como esperado, puede igualmente consumir salvado de arroz. Este es recomendado en el sentido de que muy rara vez produce intolerancia o irritabilidad.
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