Sin lugar a dudas, ir a un restaurante es una delicia.
Delicia no solo en referencia a la comida en sí sino a todo el entorno. Usted se sienta y ordena mientras que otros compran, lavan, pelan, cortan, adoban...
Entre tanto, usted está a la espectativa de lo que le va a llegar.
Es cierto: ir al restaurante de vez en cuando es de verdad esa delicia de no hacer nada más que disfrutar de la preparación y, por supuesto, cancelar la cuenta. Pero ¿le gustaría a usted almorzar y cenar todos los días en un restaurante? ¿No le haría falta de pronto una buena comida en su casa, en el hogar, comida sencilla, liviana, en la que usted habrá mezclado ingredientes bien conocidos, comprados por usted mismo, que no le reserve sorpresas (malas...)?
Hay un hecho cierto: existen personas que no están hechas para cocinar, ni si quiera para preparar una ensalada o unos huevos. Y se habla de los huevos fritos porque es un común decir que una persona es tan ineficaz frente a una olla que ni siquiera es capaz de romper unos huevos y verterlos sobre la paila! O el otro chiste, algo mediocre y cruel que es tan ineficaz que todo se le quema hasta el agua que pone a hervir!
Existen algunas astucias para encariñarse con la cocina. Una de ellas es la de dotarse de los elementos más esenciales -casi indispensables- pero eficientes. Utensilios que se convierten en cómplices para cualquier elaboración. Otra de las astucias es la de asesorarse de libros escritos para neófitos o principiantes. No hay nada de qué avergonzarse ni siquiera si lo que se consulta es un libro de cocina para jóvenes adolescentes. La industria editorial está lanzando al mercado excelentes tomos de culinaria que hasta los adultos más avezados consultan.
¿Qué utensilios son indispensables en una cocina?
El primer consejo es no atiborrar su cocina con aparatos sofisticados, muy costosos, de aquellos que, según la promoción, son capaces de hacer todo por sí solos mientras usted se toma un café. Son aparatos muy atractivos pero que, a la hora de preparar un pollo asado son absolutamente inútiles. Son más recomendados los utensilios manuales que usted utilizará a diario, fáciles de mantener y lavar y guardar y cuyo mecanismo es básico.
Esta es una lista de algunos de esos utensilios:
- Un juego de excelentes cuchillos. De varios tamaños, apropiados para cortar carne, desmenuzar, pelar verduras, frutas, limpiar el pescado (si éste viene con escamas, cosa que ya casi no se compra sobre todo porque los pescados ya vienen limpios y sin escamas);
- Tres tablas para cortar o desmenuzar los alimentos. Una para la carne y el pollo, la segunda para el pescado, la tercera para verduras y frutas. Evite las tablas de plástico que se acaban rayando y que no se pueden lavar tan bien como las de vidrio. Hay así mismo tablas de madera tratadas con sustancias antibacteriales;
- Un molinillo manual sencillo, ideal para preparar purés o para las compotas de los bebés;
- Ollas de buena calidad. Que no sean de aluminio. Si las quiere antiadherentes tenga en cuenta que requieren de especial atención y cucharas o palas de madera o plástico para evitar que se rayen lo que las hace tóxicas. Escoja la mejor calidad que esté al alcance de su bolsillo (hay olla sumamente costosas) y, aún si son más caras de lo que había presupuestado, no dude en adquirirlas pues tendrán larga duración. Escoja los tamaños acordes a sus necesidades;
- Compre una excelente paila. Si usted vive solo o son apenas una pareja, busque el tamaño adecuado teniendo en cuenta, de todos modos, que asar un trozo de carne o de pescado requiere de una paila de tamaño pequeño ya que, en un a grande pueden perderse los jugos y secarse la salsa;
- Un wok. Excelente y práctico para preparar verduras sin tener que inundarlas en litros de aceite. Los wok están hechos para cocinar a altas temperaturas y con muy poca grasa, ambos detalles oportunos para una comida saludable;
- Una licuadora y/o exprimidor de jugos, que le permitirá prepararse los jugos de frutas y verduras de consumo inmediato, con lo que remplazará los que ofrecen en el mercado, hechos quien sabe cuántos días antes. La licuadora igualmente le permitirá preparar cremas de verduras, muy nutritivas y saludables y tan fáciles de preparar;
- Si es valiente y está decidido a encariñarse con la cocina, compre un ayudante de cocina. No escoja el más complicado ni siquiera el que más funciones desempeña. Hay ayudantes cuyo mecanismo es muy fácil de captar y que le son muy útiles para moler, picar, mezclar. Son excelentes sobre todo para quienes no gustan de ensuciarse las manos pelando cebolla o cortando carne;
- Se encuentran igualmente pequeños molinos o batidores eléctricos, muy fáciles de manipular, lavar y mantener. Ayudan mucho cuando no se quiere utilizar la licuadora -más complicada para lavar-;
- Compre igualmente toda una serie de cucharas, cucharones, palas y escurridores bien sea de plástico o de madera. Evite utilizar estos utensilios hechos con metal porque no solo pueden dañar la superficie de sus pailas y ollas sino que pueden alterar los mismos alimentos;
- Un escurridor y una coladera. Para poner, por ejemplo, las hojas de lechuga o las fresas después de haberlas lavado, y para retirar grumos que pueden haberse formado al preparar una salsa bechamel o una crema de verduras.
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