lunes, 21 de abril de 2014

Dolores menstruales y dieta



Como es de suponer, el tema interesa a las mujeres aunque no únicamente a ellas. Porque los hombres también se ven enfrentados a situaciones complejas, desconcertantes, cuando sus mujeres, amigas, novias, compañeras se encuentran con la menstruación y sufren del Síndrome Premenstrual (SPM). Y ellos no saben cómo ayudarlas ni qué hacer para aliviarlas. Porque los dolores son a veces tan fuertes que ni siquiera soportan que las consientan!

Cuando no existen causas físicas que provoquen los dolores, evitarlos o impedir que se presenten no es asunto fácil. Toda mujer, claro está, podría sufrir del SPM, sin embargo un número de ellas se ven beneficiadas por menstruaciones tranquilas, sin problemas ni dolores, puntuales y por tiempos limitados.

Caso bien distinto les sucede a las restantes. En un alto porcentaje, las causas del dolor no son específicas ni determinadas, y ellas pueden vivir muchos años obsesionadas y temerosas de la llegada de la fecha, sin encontrar ni solución ni cura. De allí se deduce que pasan momentos muy difíciles. Con dolores y malestares durante los días previos a la menstruación, en los días del sangrado y en los días posteriores. Con el dolor, que suele ser de gran intensidad, se pueden presentar náuseas y vómito, dolor de cabeza y espalda, calambres y rigidez muscular. Más otras manifestaciones como alteraciones en el estado de ánimo, ansiedad y depresión, irritabilidad y llanto. Hasta el desempeño laboral o académico puede afectarse.

Existen medicamentos que ayudan a mitigar el dolor y apaciguar los malestares. Existen igualmente consejos de abuelas que proporcionan alivios momentáneos. Pero lo que han venido confirmando las investigaciones es que la alimentación juega un papel importante con beneficios que pueden ser más duraderos que un alivio temporal. Se podría lograr una remisión a largo plazo si se asumen nuevos hábitos en la dieta, en los que se incluyan alimentos específicos, ricos en minerales y otras sustancias, que incluyan grasas y carbohidratos, dulces y chocolate.

Claro está que el beneficio puede no ser para todas las mujeres. Algunas pueden encontrar alivio más no remisión del SPM. Pero vale la pena ensayar. Como se dice, "no se pierde nada".

Empecemos entonces con el calcio. Se ha establecido que un vaso adicional de leche descremada al día o una taza de repollo rizado podría ayudar a curar y prevenir los cambios de ánimo y el dolor físico durante los días previos y en el curso de la menstruación. El gran protagonista de tal beneficio es el calcio. En el curso de las investigaciones, se recalcaron los cambios positivos en el estado de ánimo y la disminución del dolor. Pero no hubo variaciones en los malestares adicionales como los calambres y la rigidez muscular o los dolores de cabeza y espalda. Estos siguieron presentándose.

Alimentos ricos en calcio, además de la leche y la col rizada, son, entre otros: quesos sobre todo ricotta, parmesano y gruyere, salmón y sardinas enlatados con sus espinas, yogur sin grasa, higos secos.

Otras investigaciones se interesaron no solo en el SPM sino en la abundancia del flujo menstrual. Con la conclusión de que el sangrado abundante podría deberse a la falta de manganeso. Un flujo abundante causa siempre deficiencias en las mujeres: las puede conducir a una anemia por la pérdida de hierro, cobre, zinc y manganeso.

Para suplir la falta de este último mineral, se aconseja entonces comer frutas (la piña es especialmente rica en manganeso), verduras y cereales integrales, nueces y semillas. El té ofrece un alto contenido en manganeso.

Colesterol y grasas aseguran la función reproductiva y la misma menstruación. Dietas muy pobres o totalmente carentes de grasas llevan a desórdenes serios en la reproducción y el sangrado. Esas mismas dietas pueden conducir también a la esterilidad y a la vez abonar el terreno para una futura osteoporosis.

La explicación es básica: la hormona femenina o estrógeno, que es la que regula la menstruación, se deriva en gran parte de la grasa y del colesterol. Este caso es el único en donde se puede hablar de un cierto beneficio dado por el colesterol malo o LDL: a partir de éste se sintetiza la hormona. Porque ha de saberse que los estrógenos no son producidos únicamente por los ovarios. Los tejidos adiposos colaboran en gran medida en la producción. 

Llegamos ahora a los carbohidratos y su papel en el SPM y en la misma menstruación.  De manera intuitiva, muchas mujeres que sufren del Síndrome acuden a los dulces y chocolates cuando se les acerca la fecha de la menstruación. Así mismo en su dieta abundan carbohidratos como papa, pan, pasta, avena o arroz. 

Algunos investigadores han concluido que los carbohidratos podrían ser un medio para prevenir los síntomas del SPM. En los estudios, se observó de manera especial que los cambios principales se presentaron en relación con los estados de ánimo. Después de consumirlos, parecían haberse desvanecido la irritabilidad y el mal humor lo mismo que la confusión y la fatiga. Y esto los llevó a concluir que las mujeres deben escuchar sus antojos cuando éstos hablan del consumo de carbohidratos.

Pero los estudios fueron más allá: médicos británicos diseñaron una dieta para mujeres con SPM en la que las invitaron a consumir un carbohidrato -pequeña porción- cada tres horas. O, si les era más cómodo, a que hicieran seis comidas al día, cada una de éstas incluyendo el carbohidrato. 

La explicación dada por los británicos tiene que ver con los niveles de azúcar en la sangre. Explicaron que, cuando pasa mucho tiempo entre una comida y otra, se producen ascensos y descensos en el nivel de azúcar y se libera adrenalina. Esta impide utilizar plenamente una segunda hormona femenina, la progesterona. El consumo de carbohidratos, que se convierten en azúcares, ayuda a mantener niveles estables de la glucosa e impiden la acción de la adrenalina.

Un último punto que relaciona el SPM con la dieta es el consumo de cafeína. Incluida esta en el café, té, chocolate y bebidas gaseosas. El consejo dicta que quien sufre del Síndrome con manifestaciones agudas debería suspender, durante por lo menos dos meses, el consumo de toda bebida que contenga la sustancia. 

En efecto, la cafeína podría estar implicada en la aparición del Síndrome y, a mayor consumo, más compromiso y perjuicio. 

Para numerosas mujeres, esta podría ser una solución de inmenso alivio. Lo comprobarán al cabo de los dos meses. 

A cambio del café o del té, si cree que le hacen daño, podría acudir a una vieja receta -de abuela-: cuando sienta mucho dolor y que pueda hacerlo sin que la náusea se lo impida, tome una taza de aromática bien caliente en la que, junto con la hierba de su preferencia, haya puesto a hervir un bastón pequeño de canela. Decían las abuelas que los dolores y demás malestares provenían de "un frío n el estómago" y nada mejor para calentarlo que la canela!

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