A los hombres les llega la andropausia. Suele ocurrir pasada la sexta década de la vida. Mas poco se habla de ella por cuanto no conlleva síntomas tan específicos como la menopausia de las mujeres, ni tiene efectos secundario muy marcados. Y porque nos hemos acostumbrado a hablar de lo que les ocurre a ellas, tema que ha sido material de mucha literatura y no pocas bromas (de mal gusto y pesadas).
La menopausia. No es una enfermedad sino una etapa más de la vida. Algunos hombres tergiversan su significado y la mal interpretan sin ver en ella un desarrollo normal en el curso de la vida. En cuanto a las mismas mujeres, le temen y entrar en ella las deprime. Porque, para ellas, significa la terminación de la edad de la reproducción lo que, para no pocas, equivale casi a una pérdida de su identidad, de su atractivo como mujer y de su papel en el seno de la familia y la comunidad. Es como si se fueran a convertir en entes anónimos que ya nada tienen que hacer en la vida.
Quizá estos conceptos pudieron ser válidos a comienzos del siglo XX. Mas hoy, cuando la mujer ha ganado en importancia, cuando son muchos más los años de vida previstos, cuando ha conquistado su puesto como miembro activo de la sociedad y el mundo profesional y laboral, son conceptos totalmente desfasados. Es cierto que la menopausia acarrea riesgos, que exige un enfoque distinto en el cuidado de la salud. Pero es igualmente cierto que se le puede ver como una liberación, el comienzo de un ciclo en el que puede disfrutar a plenitud de su sexualidad y en donde es mujer cabal, atractiva y destacada.
La menopausia comienza cuando la mujer deja de producir estrógenos, lo que generalmente ocurre entre los 45 y 50 años. Entra en lo que se denomina como el climaterio. Se presentan entonces efectos secundarios inmediatos como oleadas de calor, resequedad de la piel, trastornos en el sueño, dolor de cabeza, cambios en los estados de ánimo como ansiedad y depresión. La mujer tiende a ganar peso, siendo la normal un aumento de entre dos y tres kilos. Peso que, para la mayoría de las mujeres, será difícil de perder. A mediano plazo, la ausencia de estrógenos puede conducir a problemas vasculares, trastornos cardíacos y osteoporosis.
Muchos son los pasos que pueden darse cuando se entra al climaterio. Pero antes de mencionarlos, vale insistir en que la prevención de todos los riesgos comienza a fraguarse durante los primeros años de vida y a lo largo de la adolescencia y la adultez.
Ahora bien, cada mujer es un caso aislado que debe tratarse como tal. Sin embargo, existen pautas generales gracias a las cuales cursar por el climaterio se hace con menos obstáculos, dificultades y riesgos, mirando hacia el futuro con tranquilidad y optimismo.
A nivel médico, se presentan las terapias de remplazo hormonal (TRH), las que ayudan a paliar la ausencia de estrógenos y sus consecuencias. Numerosos son los medicamentos en el mercado pero éstos solo deben ser tomados bajo prescripción y vigilancia médica. No todas las mujeres son aptas para recibirlos y no todos los medicamentos son convenientes para todas las mujeres. Si bien son convenientes para gran número de mujeres, se ha establecido que las TRH no protegen contra los accidentes cardiovasculares como se había anunciado años atrás, aunque sí proporcionan alguna protección contra la osteoporosis. Vale mencionar igualmente que existen también las terapias de hormonas vegetales.
Además de las hormonas, y esto es válido para todas las mujeres, es recomendable tomar complejos de vitaminas y minerales. De manera especial se insiste en el calcio y la vitamina D y en el hierro y el complejo B.
Hablamos de una nueva disciplina de vida. Y agregamos el establecimiento de nuevos hábitos alimenticios. Veamos de qué se trata.
La disciplina de vida tiene como eje principal el establecimiento de una rutina de ejercicios. Por varias razones:
1) Para alejar el riesgo de la pérdida de calcio. Casi todos los ejercicios ayudan a fortalecer los huesos. El único requisito es que sean ejercicios de "aguante", es decir, que obliguen al cuerpo a sostener su propio peso. En este aspecto, el ideal es la marcha. la natación en cambio, benéfica en muchos otros aspectos, no ayuda por cuanto el cuerpo no se aguanta sin que parece flotar.
2) Junto con la alimentación, los ejercicios ayudan a impedir el aumento descontrolado del peso. Si bien es normal ganar dos o tres kilos, no es aconsejable engordar muchos otros más. Al contrario, con el sobrepeso se presentan otros inconvenientes como los problemas en las articulaciones, el incremento del colesterol y los triglicéridos, riesgos mayores de accidentes cardiovasculares, riesgos igualmente de cáncer.
3) Mantenerse activa y ágil contribuye a alejar el fantasma de la depresión y la ansiedad. Ayuda a combatir el estrés, los trastornos del sueño y contribuye a que el cerebro funcione a plenitud y muy bien oxigenado.
4) Se incluyen igualmente otros consejos que, aunque aparentan frivolidad, son fundamentales. El cuidado más esmerado del cabello y la piel, la selección de vestidos y pantalones que le hagan una silueta atractiva sin caer en la penosa costumbre que atropella a algunas de querer aparentar como quinceañeras...
Y viene la alimentación.
- Muchos alimentos que aporten calcio. Entre éstos, por supuesto, los productos lácteos. Junto con la adolescencia y el embarazo, el climaterio es época en que debe consumirse mayor cantidad de leche o de sus derivados. Contribuyen a proteger los huesos, a evitar una mayor descalcificación, y a prevenir las fracturas. De todos modos, con la menopausia se presenta la pérdida paulatina de calcio en los huesos. Sin embargo, consumir alimentos ricos en el mineral y tomarlo en suplemento es una protección adicional.
- Muchas verduras y frutas. Portadoras de antioxidantes, de vitaminas y de fibras. Para una dieta llamada a peder peso, son ideales. Es imprescindible variarlas para recibir así todos los nutrientes que aportan.
- Leguminosas que actúan como proteínas cuando se les combina con un cereal. Son azúcares de lenta absorción y son ricas en minerales. Se mencionan especialmente los fríjoles de soya que aportan boro, mineral que ha demostrado ser benéfico para remplazar los estrógenos.
- Cereales integrales. Carbohidratos ideales para consumir con las comidas o entre éstas. Se recomiendan igualmente los retoños de los cereales germinados, protectores contra varios cánceres.
- Pescado. Como proteína más recomendada que la carne roja o el pollo. Se recuerda que los pescados grasosos aportan Omega 3, grasa no saturada que protege el corazón y las arterias.
- Aceites vegetales. Evitar las grasas saturadas, de origen animal, y remplazarlas por los aceites vegetales. De manera especial se citan el aceite de oliva y el de canola.
- Nueces y frutas pasas. Todas contienen boro, el mismo mineral que aportan los fríjoles de soya y que benefician a la mujeres en el climaterio. Almendras, maní y avellanas son recomendadas lo mismo que las uvas pasas, los dátiles y los duraznos secos. Entre las frutas se citan la manzana y la pera así como la uva.
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