Soy testiga de ello. Cada vez que un amigo muy querido debía presentar un examen, sufría de diarrea. Hay que decir que no era un alumno destacado... Igual le sucedió cuando acudió a su primera entrevista de trabajo... No sabría decir si aún hoy, siendo un profesional aguerrido, sigue siendo presa de sus nervios diarréicos.
La diarrea no le perdona a nadie. Todos, en un momento dado, sufrimos de episodios diarréicos, muchos de ellos de origen desconocido, otros con causas más definidas. Y es cierto, ni los viajeros están a salvo. Por alguna razón es conocida la llamada diarrea del turista.
La diarrea se define como la necesidad inmediata, urgente, de evacuar varias veces al día. Normalmente, la mayoría de las personas evacúan una, quizá dos veces al día. Otras tienen un ritmo natural mucho más lento y lo hacen una vez cada dos días. Si siempre ha sido así, se les puede considerar como personas normales. Mas cuando la frecuencia se incrementa de manera importante, en forma inusitada, y peor aún, cuando va acompañada por cólicos y náuseas, se comienza a hablar de diarrea y de trastorno. Son episodios que pueden durar una horas, varios días y hasta semanas.
Muchos piensan, y pueden estar en lo correcto, que esas diarreas no deben frenarse por cuanto permiten que "salgan bacterias y virus" mientras que, si se les frena, se considera que los microorganismos quedan enclaustrados, bloqueados en los intestinos. Y allí siguen causando daño.
Otra creencia muy difundida, errada, es la de que toda diarrea debe enfrentarse mediante el ayuno. "Para que el intestino descanse". Grave error por cuanto el enfermo está perdiendo grandes cantidades de nutrientes -potasio y sodio en especial- y le es imprescindible recuperarlos para que no se agrave su condición. Los bebés fácilmente llegan a la deshidratación y se acercan a la muerte si no se les reponen los nutrientes perdidos.
El asunto no es tan sencillo y lo primero que ha de hacerse es buscar la causa de las deposiciones acuosas, muchas veces malolientes. Para ello, y una vez más, se debe despertar en nuestra mente al investigador con la misión de buscar y detectar la causa original de la descomposición intestinal. Por supuesto, hay momentos en que urge solicitar la atención de un médico ya que las esperas pueden ser contraproducente. De manera muy especial en bebés y niños de baja edad.
Muchas son las causas por las que se presentan las diarreas. Algunas pueden tener origen en el consumo de alimentos descompuestos, mal lavados, o de aguas contaminadas. Esta es una de las causas más frecuentes en la diarrea del turista así como en las intoxicaciones alimentarias. Otras diarreas pueden desencadenarse por intolerancia y/o alergia a un alimento -tal como ocurre con la lactosa-, por efecto secundario de medicamentos, cuando se sufre de colon irritable o espástico, o cuando se ha abusado de los alimentos endulzados con sorbitol.
Dos bacterias son citadas como protagonistas principales de intoxicaciones, enfermedad gastrointestinal y diarreas: la E. coli y el estafilococo.
No solo se hacen presenten en los intestinos de los viajeros sino que aparecen cuando se come carne mal cocida, sea ésta de res, ovino o pollo. Precisamente es una de las recomendaciones que se formulan cuando se trata de almorzar o cenar en restaurantes de comidas rápidas: cuide que las hamburguesas, sean de carne de res o de pollo estén bien asadas. Mejor demasiado asadas que medio crudas!
Cómo enfrentar las diarreas?
Sin lugar a dudas, las alimentación y las bebidas juegan un papel primordial. Hay productos que aceleran la normalización del funcionamiento intestinal mientras que otros lo frenan y así, incentivan la permanencia de la diarrea.
El primer lugar, es importante seguir comiendo y bebiendo. Aún si no sienten ganas de hacerlo, es importante que lo hagan, bocado por bocado, con alimentos que acorten la diarrea. Estos son alimentos que les dan volumen a las heces tales como la sopa de arroz, de zanahorias o de otros alimentos que contengan almidón (como la papa)., torta de tapioca, plátano (banano). Todo con muy poca sal y nada de azúcar.
Un remedio -remedio de abuelas- especialmente eficaz en estos casos es la sopa hecha con pollo, zanahoria y arroz, pasta o papa. Como dicen, es una sopa "que resucita muertos"...
Qué no se debe comer ni tomar:
Entre las bebidas:
- Bebidas claras como el puro caldo de pollo o carne sin ningún ingrediente adicional. Peor aún si se preparan con los concentrados que vienen con demasiada sal.
- Gaseosas dietéticas o normales. Mientras éstas contienen demasiado azúcar, las primeras van endulzadas con azúcares químicos o sorbitol.
- Té o café
- Jugos de frutas, especialmente de manzana, pera o uvas. El único que no produce diarrea es el de naranja pero, por precaución, debe dejarse para cuando el estómago se haya normalizado.
- Le leche, sobre todo si hay intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche.
- El agua natural. Cuando se llega a un país y no se tiene la certeza de que el agua es potable, es preferible abstenerse de tomarla cuando no se ha filtrado. Se aconseja evitar el agua sencilla embotellada y preferir el agua mineralizada. Si no se encuentra, se debe hervir el agua durante por lo menos cinco minutos y dejarla enfriar antes de tomarla.
Entre los alimentos:
- Los que producen gases como los fríjoles y otras leguminosas, repollo y otras verduras crucíferas, cebolla.
- Alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras, cáscaras de frutas y hortalizas, cereales integrales.
- Las sopas muy diluidas cuyo valor nutricional no alcanza para reponer las sales perdidas (potasio y sodio).
- Caramelos, chocolates, helados y postres hechos con sorbitol. Con frecuencia las personas diabéticas sufren de diarreas porque se exceden en el consumo de estos productos.
Alimentos y bebidas recomendados:
- Sopas a base de cereales. Se han de preparar con la harina del cereal, sea éste arroz, avena o trigo. Se les agrega muy poca sal.
- En los países tropicales en donde es posible encontrar plátano verde, éste se puede cocinar y con la misma agua de la cocción, después de pelar el plátano, preparar un puré con la pulpa.
- El yogur, considerado como el alimento más seguro contra la diarrea por cuanto no alberga microorganismos ni permite la proliferación de bacterias como la E. coli. El consumo diario de yogur puede prevenir episodios de diarrea así como ayuda a la recuperación cuando ha habido infección. El yogur no debe darse a los lactantes.
- Bebidas hidratantes compradas en droguerías o farmacias.
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