¿Se siente usted cansado (a)? ¿Es pálido? ¿Se siente agotado y con falta de aire cuando hace cualquier esfuerzo? ¿Le cuesta además recuperarse después de todo ejercicio físico? ¿Tiene calambres o siente que sus pupilas brincan? ¿Qué tal el poder de concentrarse? ¿Y cómo van los ánimos?
Estas son algunas de las preguntas cuyas respuestas pueden orientar a su médico hacia el diagnóstico del síndrome de fatiga. No hablamos de fatiga crónica sino de un cansancio que taladra día tras día, desaparece pero no se va del todo sino que lo espera a la vuelta de la esquina.
Pero estas preguntas no son únicas ni específicas de la fatiga. Pertenecen igualmente al campo de la anemia. Porque, al observarlas de cerca, son los mismos síntomas que se registran cuando una persona sufre de anemia. Con un índice adicional: la anemia causa fatiga!
Hablemos de la fatiga primero. La persona se siente desmotivada, no logra concentrarse, llega tarde a todas partes y arrastra tras de sí una falta absoluta de interés... Síntomas éstos y los anteriores que no son específicos y que, por ende, dificultan el diagnóstico adecuado.
Se establecen sin embargo tres ejes principales para orientar un tratamiento contra esta fatiga:
- Puede derivarse de un desequilibrio en los neurotransmisores, de manera especial un déficit de dopamina y de noradrenalina, ambas involucradas de manera directa con la concentración y la motivación para actuar;
- Puede deberse esa fatiga a un déficit de ácidos aminados;
- U originarse en una falta de hierro y magnesio, minerales que intervienen en una multitud de metabolismos de las diversas sustancias que cruzan por nuestro organismo.
Aquí es cuando el médico especializado en micronutrición interviene Y propone:
- Contra el desorden de los neurotransmisores puede proponer una alimentación rica en fenilalanina y tirosina (cereales completos, leguminosas entre las cuales la soya y las lentejas, frutas secas como el albaricoque, los dátiles y las ciruelas, semillas de ahuyama, aguacate y coco, chocolate, huevos, pavo y pollo, pescado).
- Para el déficit de magnesio, consumir los alimentos que lo contienen tales como las almendras, nueces y avellanas, leguminosas por lo menos tres veces a la semana, verduras todos los días, en especial las de hojas verdes entre las cuales el brócoli y la lechuga oscura, 20 gramos de chocolate negro (70 por ciento de cacao por lo menos). La falta de magnesio produce calambres, hormigueos en los dedos, estrés, espasmos y pupilas que brincan.
- Contra la falta de hierro, tomar si el médico lo aconseja, un suplemento del mineral, más alimentos como las menudencias de pollo, riñones, hígado, quinoa, lentejas, garbanzos, ostras y mejillones, carne de res y pollo. La palidez, la falta de energías, el cansancio y la dificultad para recuperar la respiración después del esfuerzo son síntomas de la falta de hierro.
En cuanto a la anemia, la más frecuente es consecuencia de la falta de hierro. De todos modos, existen varios tipos de anemia, entre las cuales algunas muy serias y de urgente tratamiento.
Entre los alimentos que se recomiendan para la anemia por hierro, se incluyen varios de los ya mencionados para la fatiga, a los que se agregan:
- Productos de mar
- Toda clase de menudencias de res y pollo
- Carnes rojas
- Huevos
Por lo general, se recomienda que el médico formule suplementos a base de hierro por cuanto el que se consume en los alimentos no siempre es bien metabolizado. Además, una cantidad mínima de lo que llega a través del alimento queda realmente en el organismo.
Para que se digiera mejor el hierro y se aproveche los alimentos, es aconsejable mezclar estos con productos ricos en vitamina C, tales como las verduras y las frutas.
Aquí se dan ejemplos de alimentos ricos en hierro y otros ricos en vitamina C.
En hierro:
- Piñones
- Avellanas
- Anacardos
- Avena o cereales enriquecidos
- Frutas secas como el albaricoque
- Hinojo
- Lentejas y otras leguminosas
En vitamina C:
- Frutos rojos
- Pimentón
- Cítricos
- Otras frutas como la guayaba y el kiwi
- Brócoli
- Verduras verdes (lenteja, acelga, lechuga verde oscura)
Es conveniente recordar que la anemia es más frecuente entre las mujeres que entre los hombres. Una de las principales causas reside en las menstruaciones, sobre todo cuando éstas son abundantes. Para ellas, el suplemento podría ser una combinación de hierro con vitamina B9.
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