viernes, 20 de junio de 2014

Infecciones que se repiten




Tuve por lo menos dos infecciones durante los últimos tres meses.

Como menos de cinco frutas y verduras al día.

Me sometí a tratamientos con antibióticos varias veces en los últimos meses.

Desde hace bastantes semanas no he vuelto a exponerme al sol.

¿Alguna de estas afirmaciones corresponde a su caso? Siente que se ha resfriado varias veces a lo largo de las últimas semanas, que ha tenido infecciones de distinta índole, que se siente achacoso y sin muchos refuerzos para protegerse contra las enfermedades?

Si es su caso, es muy probable que necesite fortalecer su sistema inmunitario. Este sistema, que garantiza nuestra defensa contra toda clase de microorganismos, sean bacterias o virus y hasta hongos, es fuerte y combativo. Sin embargo, distintas circunstancias pueden debilitarlo e impedirle que cumpla su función de guarda espaldas nuestro. Una de esas circunstancias, para citar un ejemplo, es un momento de demasiado estrés. Otra es la deficiente alimentación -pobre en nutrientes- que en un momento dado podemos estar recibiendo. 

De allí que sea imprescindible emprender una acción combativa para que ese sistema inmunitario se recomponga y asuma de nuevo su misión protectora.

El primer paso se da en los intestinos. Sí, porque es en la mucosa intestinal, en el aglomerado del mundo intestinal que se ubica más del 60 por ciento de nuestras células inmunitarias. Pero nutrir el ecosistema intestinal no es asunto fácil: lo componen más de 100.000 millones de bacterias, repartidas en 300 metros cuadrados de mucosa intestinal. Algo microscópicamente inmenso!

Pero es precisamente la flora intestinal la que se encarga de protegernos contra las bacterias enemigas. Las células inmunitarias presentes en los intestinos se encargan de seleccionar las bacterias nocivas de las que, por el contrario, nos son benéficas Proteger y preservar la flora intestinal es entonces el primer paso para asegurarnos de una buena inmunidad. El segundo paso se da mediante micronutrientes que igualmente refuerzan nuestro sistema de defensas. Son éstos minerales como el hierro, el selenio, y el zinc, más vitaminas como la C y la E (antioxidantes), y ácidos grasos esenciales poliinsaturados como el omega 3.

La vía más adecuada para reforzar el sistema inmunitario y permitirle de nuevo funcionar a plenitud es mediante el consumo de probióticos. Ya los habíamos mencionado sin embargo, vale la pena recordar que son bacterias vivas que permiten restaurar las propiedades de la flora intestinal lo que impedirá la proliferación de los gérmenes malévolos e indeseados.

Esos mismos probióticos se consiguen en algunos yogures enriquecidos con ellos y en las droguerías (o farmacias) en forma de cápsulas de venta libre.

Además de ocuparse de la flora intestinal, ayudan a optimizar las funciones de los intestinos, contribuyen a evitar el estreñimiento, previenen las diarreas, mejoran el metabolismo del colesterol y sintetizan las vitaminas B2, B8, B9 y K.

Así, si usted siente que le faltan defensas, que cualquier virus o bacteria lo ataca, y que está sometido a infecciones a repetición, siga los siguientes consejos dados por un micronutricionista:

1) Incluya en su dieta un gran número de alimentos ricos en antioxidantes. Citemos algunos:
- Alimentos ricos en zinc: Ostras, hígado, germen de trigo, carne de res y de ternera, cangrejo y langosta, cerdo, pollo, leguminosas, semillas de ahuyama y cereales completos.
- Alimentos ricos en selenio: pescado, carne, frutos de mar, menudencias, levadura de cerveza y nueces del Brasil.
- Alimentos ricos en vitamina C: guayaba, perejil, pimentón rojo verde o amarillo, repollo crespo, papaya, kiwi, litchi, mango, brócoli, repollitas de Bruselas, fresas, limón y naranja, melón y piña...
- Alimentos ricos en betacaroteno: zanahorias, verduras de hojas verdes, espinacas, habichuelas, perejil, lechuga, berros, arvejas, ahuyama, guayaba, durazno, naranja, mandarina y melón, tomate, toronja rosada, manzanas, albaricoques, maíz, yema de huevo, hígado.

2) Recuerde tomar todos los días un yogur enriquecido con probiótico y/o cápsulas de probióticos.

3) Busque un suplemento de vitamina D o cápsulas de aceite de pescado.

4) El hierro es esencial. Su deficiencia se puede comprobar mediante un examen de sangre para medir la ferritina. Si le es difícil digerir el hierro, pídale consejo a su médico: existen distintas presentaciones que lo hacen más fácilmente digerible.

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