viernes, 11 de julio de 2014

Los alimentos funcionales



No sabía que se llamaban así, aquellos alimentos que son especialmente benéficos para el organismo, bien sea que lo son de manera natural, por su misma composición y su carga de nutrientes, o porque fueron modificados y enriquecidos con uno o más nutrientes.

Pero, por supuesto, todos los conocemos, esos alimentos funcionales. Pienso que es difícil no encontrar uno de ellos en nuestra habitual dieta cotidiana. Si no, miremos cuáles son algunos de ellos.

1) Los alimentos naturales, que ayudan a mantener la salud y el bienestar y que alejan los riesgos de enfermedades: el aceite de oliva, los frutos secos y las nueces, el pescado y las verduras y frutas. Todos ellos con efectos saludables tanto para el corazón como para el cerebro;
2) Los alimentos modificados, a los que se les ha agregado o sustraído un componente para que sean benéficos y/o más saludables para un grupo determinado de personas (bebés, ancianos, deportistas, etcétera): cereales sin gluten o enriquecidos con vitaminas y minerales, leche deslactosada o, por el contrario, enriquecida con calcio; margarinas con fitosteroles, yogures con probióticos.

Las condiciones para que un alimento sea considerado como funcional son estrictas, sobre todo cuando se trata de productos modificados. La Unión Europea tiene bien establecidas normas al respecto mas no todos los países poseen igual legislación y por ello no siempre se garantiza la protección de los consumidores.

Así, pueden presentarse varias fallas. Tales como:

- El producto modificado puede no ser nocivo pero tampoco aportar los beneficios que promete;
- Muchos componentes o sustancias agregados pueden ser teóricamente beneficiosos más no serlo cuando son agregados al alimento;
- No es raro encontrar productos que, en su etiqueta, prometen bondades y beneficios que no son verídicos.

Pero esto no impide que, cuando son auténticos, los alimentos funcionales sí cumplen su cometido de proteger la salud y de prevenir enfermedades. 

Los alimentos funcionales están llamados a actuar en diversos campos. Así mismo, pueden ser benéficos para una gran porción de personas o para unas pocas.

Aquí son citados algunos de los campos que reciben o pueden recibir beneficios:

- Para el crecimiento y el desarrollo. Son indispensables los nutrientes que garanticen a la madre un feliz embarazo y le proporcionen las sustancias que, a su vez, le transmitirá al feto. La nutrición de la madre durante la gestación condiciona el feliz y completo desarrollo del futuro bebé así como su bienestar y salud en los primeros años de su vida.
- Protección de los antioxidantes. Importantes para todas las células del organismo, los antioxidantes contribuyen a alejar enfermedades y a combatir el envejecimiento prematuro. Enriquecer alimentos con antioxidantes como la vitamina E puede ser altamente benéfico.
- Para el corazón. Les son benéficos tanto los antioxidantes como los ácidos grasos esenciales, entre los cuales el omega 3.
- Para el sistema gastrointestinal. Equilibrar la flora intestinal, prevenir el estreñimiento, impedir la proliferación de células cancerígenas. Para ello son esenciales los probióticos así como las fibras.
- Las investigaciones para la elaboración de alimentos funcionales se han de extender igualmente a la influencia de la nutrición sobre los estados anímicos, el funcionamiento del cerebro y el comportamiento humano. 

Hasta el momento, el mercado se ha visto surtido con una multitud de productos o alimentos funcionales. ¿Qué tan saludables son todos ellos? Beneficios e inconvenientes están presentes. Veamos algunos ejemplos:

- Margarinas y yogures a los que se les ha agregado fitosteroles. Estas son sustancias presentes en las verduras, frutas, semillas y en los aceites vegetales. Los fitosteroles tienen como función reducir la absorción del colesterol en el tracto digestivo y a la vez reducir los niveles de colesterol en la sangre;
- Margarinas, huevos enriquecidos, jugos. A los que se les ha agregado omega 3, presente en pescados grasos, semillas de linaza, aceite de la misma linaza, nueces. Entre los beneficios que proporciona el omega 3 están el incentivar la función cerebral, fortalecer la estructura de las células, reducir las inflamaciones y prevenir contra los infartos y otras enfermedades cardíacas;
- Yogures enriquecidos con probióticos y prebióticos extraídos de las fibras vegetales. Estas bacterias se encuentran en el yogur natural mientras que los prebióticos están en una amplia gama de frutas y vegetales. Ambas bacterias, pero de manera especial los probióticos contribuyen a enriquecer el interior de los intestinos, reducen el riesgo de infecciones por almidones y hongos, y alejan los trastornos intestinales. Los prebióticos fortalecen la flora intestinal.

Ya comentamos que los alimentos así modificados aportan -o pueden aportar- un gran beneficio a la salud. Sin embargo, algunos nutricionistas disienten. Y estos son algunos de sus comentarios e inquietudes:

- ¿Las sustancias aportadas a un alimento son suficientes? O ¿es suficiente la cantidad de alimento consumido para garantizarle a una persona que recibió los nutrientes en cantidades suficientes para recibir su beneficio?
- Si usted debe consumir grandes cantidades del alimento enriquecido ¿es igualmente saludable o puede significar inconvenientes de otra índole?
- ¿Las sustancias agregadas mantienen sus propiedades por tiempo indefinido?

Una de las inquietudes se explica en relación con las margarinas y los yogures. Es cierto que los fitosteroles ayudan a reducir los niveles de colesterol en la sangre e impiden su absorción a nivel de los intestinos. Pero, para que sean realmente efectivos, que cumplan su misión a cabalidad, se debería consumir una gran cantidad de margarina o de yogur a los que les fueron agregados.

Lo positivo es que así, actuarían en beneficio de la persona. Lo negativo es que, de todos modos, las margarinas o los mismos yogures consumidos en exceso acaban siendo perjudiciales: porque de todos modos aportan colesterol, porque tienen bastantes calorías... 

Con la misma margarina, pero enriquecida con omega 3, se plantean también inquietudes: 55 miligramos de margarina son suficientes para untar dos tajadas de pan. Así mismo, una dosis que se considere mínima y suficiente de omega 3 es de 1.000 miligramos (1 gramo). Esto significaría que, para obtener el beneficio básico del omega 3 se deberían consumir todos los días 72 tajadas de pan untadas con margarina! Como se concluye, no sería ni mucho menos una muy saludable dieta.

¿Qué hacer? Obrar con cautela. Y sobre todo, no creer ciegamente a lo que ofrece el mercado. Muchas veces es fácil compensar un faltante con una dieta más saludable o completa en vez de acudir a productos de los cuales no se tiene plena garantía. Y este es un ejemplo: 

En vez de buscar margarinas que le aporten fitosteroles, consuma todos los días por lo menos cinco porciones de frutas y vegetales; coma con frecuencia chicoria, cebolla, ajo, espárragos y alcachofas; agregue a su dieta pescado graso como el salmón y el atún que incrementa los niveles del colesterol bueno y reduce los del colesterol malo.

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