miércoles, 30 de julio de 2014

Contra el asma: cebolla, ají y pescado



El asma no es una enfermedad nueva. Y los alimentos como posibles remedios o como detonadores de ataques de asma tampoco son temas nuevos. 

Así lo dice Jean Carper, en su libro "Los alimentos: medicina milagrosa". Menciona textos médicos egipcios del año 1550 antes de Cristo en los que se prescriben higos, uvas, comino, enebrina, vino y cerveza dulce para combatir el asma. También los primeros médicos chinos hablaron del asma y recomendaron las hojas de té para combatir la enfermedad. 

A lo largo de la historia, se mencionaron muchos otros alimentos con el mismo objetivo de luchar contra el asma: pescado, hinojo, perejil, menta, berros, rábanos, membrillos, uvas pasas. cebada... 

Y de la larga lista, la ciencia ha comprobado la veracidad de muchos de ellos. En particular, los alimentos picantes, las frutas, las verduras y el pescado. Se sabe hoy que el café es un producto que ayuda a prevenir los ataques de asma, lo mismo que el aceite de pescado.

¿Cómo actúan los alimentos sobre el asma? ¿En contra de la enfermedad o promoviéndola?

A pesar de que la enfermedad no acaba de ser elucidada en su totalidad, se tienen hoy muchos más conocimientos en torno a la misma, a sus causas y su desarrollo. El asma, como se sabe, se caracteriza por ataques recurrentes de sibilancia, tos y dificultad para respirar. Durante los ataques, los pequeños conductos del aire de los pulmones se taponan súbitamente con moco y otras secreciones que, de no ser despejadas, pueden llevar a la persona a la muerte por asfixia. La principal causa del asma es la inflamación crónica y el engrosamiento de los tubos bronquiales y de los conductos nasales, lo que produce intensos espasmos musculares, constricción de las vías respiratorias y dificultad para respirar.

Los mecanismos mediante los cuales los alimentos influyen para aliviar la enfermedad y sus ataques son: ayudar a controlar la inflamación de las vías respiratorias, dilatar éstas, adelgazar el moco y prevenir las reacciones alérgicas.

Hablemos de los principales alimentos:

La cebolla

Es uno de los alimentos con mayor eficacia, pero se le ha de consumir con regularidad. La cebolla tiene tres sustancias que ayudan a combatir las inflamaciones, uno de los cuales es la quercetina que es igualmente un poderoso antialérgico. Esta sustancia es además un antioxidante, químicamente parecido a la cromolina, droga comercial que inhibe la liberación de histamina, culpable de las alergias.

La cebolla, por demás, tiene poderes similares a los de los antibióticos y su acción se hace más eminente cuando el asma es ocasionado por una infección bacteriana.

El aceite de pescado

Una vez más se recalcan los beneficios que se derivan de la grasa del pescado. En este caso, se le menciona como una buena opción para combatir el asma a largo plazo. El aceite de pescado ofrece una acción antiinflamatoria comprobada, y actúa con mayor incidencia en las vías respiratorias. Su influencia permite la regeneración de los tejidos que las revisten lo que facilita la respiración. 

Las investigaciones permiten resaltar una reducción en un 50 por ciento en la producción de los leucotrienos,  o agentes promotores de la inflamación.

Pero, al igual que en el caso de la cebolla, para que surta efecto benéfico, el consumo de pescado o de su aceite debe ser permanente, regular. Se mencionan de manera especial las bondades del omega 3 presente en mayores cantidades en los pescados grasos, atún, salmón, caballa y sardinas. No solo ayuda a sanar las personas que sufren de asma sino que pueden desatar los mecanismos apropiados para evitar que la enfermedad se desarrolle. 

Hay otra bondad que no puede dejarse de lado: algunos estudios permiten entrever la posibilidad de que el aceite de pescado alivia de inmediato el asma. Esto se confirma en los pacientes que tienen reacciones tardías, cuando el ataque asmático se presenta entre dos y siete horas después de presentarse los problemas respiratorios iniciales.  

Es preciso recordar que el ataque de asma desencadenado por un alimento puede presentarse en entre un lapso casi inmediato, de pocos minutos, o más de una hora después de ingerido el alimento. Hay sin embargo reacciones que pueden tardar varias horas en manifestarse: entre 32 y hasta 56 horas después de ingerido el alimento.

Las verduras y frutas

Se recuerda que la vitamina C es un gran antioxidante y, como tal, ayuda a prevenir y proteger contra las reacciones
inflamatorias. 

Pero no es únicamente la vitamina C la que beneficia: algunas investigaciones establecen que el asma se alivia cuando se eliminan de la dieta cotidiana todos los productos de origen animal y se adopta una dieta vegetariana. Una de las razones para esta afirmación es que, al eliminar los productos de origen animal se limitan o evitan la acción de alergenos. Otra razón es que se elimina una de las causas primordiales de las inflamaciones que son los leucotrienos, presentes en los alimentos de origen animal.

El ají

Aquí se presenta la acción benéfica de los alimentos y sustancias picantes: el ají es uno de ellos como también lo son la mostaza, el ajo y la cebolla. Todos ellos facilitan la respiración de los asmáticos porque despejan sus vías respiratorias. 

Uno de los mecanismos por los cuales actuarían sería el efecto que tienen los picantes para estimular las terminaciones nerviosas de las vías digestivas. Estas liberan líquidos en la boca, la garganta y los pulmones que ayudan a adelgazar el moco e impiden que obstruyan las vías respiratorias.

Los alimentos picantes poseen además una sustancia, la capsicina, que es la que le confiere al ají su picante, y que ejerce una actividad antiinflamatoria cuando se ingiere.

El café

Los primeros médicos chinos hablaron del te para aliviar el asma y con las investigaciones se pudo extraer la teofilina, sustancia que efectivamente ayuda a combatir la enfermedad.

En el café también se encuentra teofilina pero no es esta sustancia la única que actúa porque es principalmente la cafeína la que actúa para dilatar los tubos bronquiales.

Las investigaciones concluyen que el consumo constante de cafeína reduce la intensidad de los ataques bronquiales y puede llegar a prevenir su reaparición.

Las cantidades de cafeína que se requieren no son grandes: se recomiendan tres tazas diarias para obtener el beneficio. Con una taza, los ataques se pueden reducir en un 5 por ciento pero con tres, la reducción se eleva al 28 por ciento. Más cantidades de cafeína no surten mayores beneficios.

Los enemigos

Hablamos de los alimentos amigos. Mencionamos ahora algunos de los enemigos y son, principalmente aquellos capaces de desatar reacciones alérgicas o inflamaciones.

En primer lugar, se presentan las colas y/o bebidas gaseosas, negativas especialmente en niños y jóvenes adolescentes. Aunque las razones no son claras, estas bebidas pueden producir reacciones de sibilancia y otros síntomas de asma. 

También pueden ser negativos alimentos como los huevos, el chocolate y las nueces. En algunos casos, hasta el pescado puede ser perjudicial. Así mismo debe sospecharse de la leche de vaca por efecto de una de sus sustancias: la caseína.

Y una advertencia adicional: cuidado con el glutamato monosódico. Las reacciones a la sustancia han sido bautizadas como "síndrome del restaurante chino". En numerosas personas produce reacciones alérgicas entre las cuales dolor de cabeza y ardor en la nuca, estrechez en el pecho, náuseas y sudoración. En los asmáticos, puede desencadenar ataques y sibilancia lo mismo que dificultad para respirar.

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