viernes, 15 de noviembre de 2013

A moverse, Corazón

Es mucho lo que hemos conversado y todavía no hemos abordado un tema: el ejercicio. Sí lo hemos tocado por la tangente pero, para el Buen Comer y el Bien-Estar, este es un tema que debemos morder con entusiasmo y con apetito feroz...

Debemos hacerlo porque el ejercicio es parte de la vida. Y que nosotros vivimos lejos de él, enclaustrados en cajas. Más grandes o más pequeñas, pero cajas con paredes y vidrios. La alcoba, el baño, el ascensor, el carro y/o el bus, la oficina, el aula, el restaurante, más ascensor, más oficina, más salón y alcoba! Es digno de una novela/elogio a la claustrofobia.


¿Y qué pasa con el ejercicio? Lo que muchos dirán: no hay tiempo. ¿Será esto cierto?


Hagamos el siguiente ejercicio. No se asuste, es un ejercicio mental: ¿qué sucedería si en vez de tomar el ascensor subiéramos y bajáramos por las escaleras? Si en vez de estacionar frente a la oficina lo hiciéramos unas cuantas calles atrás... Si los sábados y domingos, en vez de hacer pereza en la casa, en pantuflas y sin peinarnos, saliéramos a caminar por los alrededores?


El ejercicio. Rutina cotidiana. Garantía de salud y longevidad.


Eso dicen los expertos y aquí van algunos detalles: las personas sedentarias tienen tres veces más probabilidades de sufrir de un infarto o un derrame cerebral que las personas activas. El riesgo de un cáncer de colon se reduce en entre un 40 y un 50 por ciento en las personas que mantienen su rutina de actividades físicas (práctica de un deporte, marchas, bicicleta...); el riesgo de un cáncer de seno o endometrio baja en entre un 30 y un 40 por ciento; el de próstata, entre el 10 y el 30 por ciento! Vale la pena, verdad?


Hasta para el tratamiento de la depresión el ejercicio es recomendado como coadyuvante de la sicoterapia. Porque el ejercicio, y más aún el deporte, incentivan la secreción de endorfinas, neurotransmisores calificados como antidepresores.


Quizá todos estos datos lo hayan entusiasmado y piense comenzar una rutina de actividades. Una advertencia: si hace largo tiempo no sigue ninguna actividad física y tampoco practica un deporte, es prudente que solicite el consejo de su médico de confianza. Su examen le ayudará a seleccionar el tipo de actividad  que mejor le conviene, la intensidad y la frecuencia. Podrá así mismo detectar alguna falla en su organismo que no se ha manifestado aún pero que podría significar un riesgo.


Por demás, no se le pide que se lance de cabeza a hacer toda clase de ejercicios, que se entregue durante horas a trabajar en un gimnasio! Poco a poco, con prudencia y mesura, de acuerdo con sus condiciones y capacidades, mientras se incrementa su resistencia y sus músculos adquieren tonicidad y fuerza.


¿Cuáles son los ejercicios más recomendados? La marcha es excelente para todas las edades. Pero hablemos más bien de los que no se recomiendan para principiantes: los ejercicios extenuantes, los que producen dolor y malestar, los que aburren (claro que eso ocurre! Y son más contraproducentes que benéficos!) No se recomiendan tampoco los deportes de alto riesgo, ni as competencias (partidos de tenis, por ejemplo).


Los que sí se recomiendan son la natación, la bicicleta, el golf y la marcha. Pero esta tiene sus normas: buen paso, rápido sin por lo tanto andar como perseguidos por un atracador! La clave es mantener el ritmo. Una persona con práctica alcanza a recorrer 6 kilómetros en una hora. Un principiante puede calibrar su velocidad: si le es posible hablar mientras camina sin perder el aliento, está en lo correcto Si en cambio siente que su corazón se agita y l cuesta trabajo respirar, es mejor que interrumpa la marcha, descanse y la retome si se siente bien.


Lo ideal, dicen los médicos, es practicar una actividad todos los días: entre 40 y 60 minutos. Mas si esto no es posible, son suficientes entre 3 y 4 horas semanales, que pueden distribuirse en una hora cada dos días. Lo más importante es la constancia.


¿Y qué decir del ejercicio y el sobrepeso? Por supuesto una rutina de ejercicios es siempre recomendada para quienes desean perder unos kilos. Se pierden calorías. Pero el ejercicio solo no es suficiente. Debe ir acompañado de una dieta especialmente diseñada por un nutricionista. Sobre todo cuando son muchos los kilos a perder.


¿Y para el mejor dormir? El solo hecho de botar el estrés es ya una garantía para conciliar el sueño mejor. Y si se trata de una actividad placentera, en las horas de la mañana y al aire libre, aún mejor. Por supuesto, es más benéfico el ejercicio en las primeras horas de la mañana que en la noche. Sin embargo, muchos profesionales solo pueden ir al gimnasio después de terminar sus labores cotidianas. Para ellos y ellas, la recomendación es que deben buscar la manera de relajarse después de la actividad (sauna, baño turco, masajes...). El ejercicio, sobre todo si intenso, excita y aún para la cena se recomienda dejar pasar por lo menos una hora para poder aprovechar mejor tanto el ejercicio como la comida.


Algo más:


- Ejercicio y alcohol, matrimonio fatal

- Ejercicio y cigarrillo, matrimonio fatal
- Ejercicio en ayunas, mal consejero
- Ejercicio después de un banquete, peor consejero
- Ejercicio con carbohidratos, ideal
- Ejercicio con proteínas, regular tendiendo a mal
- Ejercicio e hidratación, lo óptimo!

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