lunes, 25 de noviembre de 2013

Hablemos de alergias

Desagradables, incómodas, muchas veces incapacitantes, que obligan a eliminar uno o más de los alimentos culpables y, para decirlo con toda franqueza, muy poco simpáticas.

Así son las alergias. Digamos, a grandes rasgos, que son reacciones exageradas que el sistema de defensas o inmunitario tiene frente a un alimento o alergeno. Y qué malo es cuando ese alimento, precisamente, figura en la lista de nuestros preferidos!

El punto de partida: las alergias no son enfermedades. Digamos que son trastornos, reacciones adversas. ¿Curables? Sí y no y ya lo veremos más adelante: son en la mayoría de los casos tratables mas no curables. ¿Y cuál es el culpable? Excelente pregunta a la que se le pueden dar miles de respuestas. Porque hay miles y más productos capaces de desatarlas. Cualquier producto, así sea el más banal o el más excéntrico puede ser incriminado Además, cada persona es una entidad individual y cada una puede hacerle frente a un alergeno que solo funciona en su presencia y en ninguna otra más.

Aunque en este momento nos interesan solo las alergias nutricionales o alimentarias, digamos de todos modos que las alergias en general son uno de los grandes problemas de la salud del mundo. Las causas son múltiples (empezando por la contaminación), sin embargo se estipula que el abuso de antibióticos y el exceso de jabones, limpiadores, desinfectantes son tales que el sistema de defensas del hombre se ha debilitado. Y por ello "desaprendió": ya no es capaz de luchar por sí solo para combatir las infecciones ni las reacciones adversas. Es un débil...

¿Cómo sucede?

Las causas por las cuales una persona de alergias son varias. Sin embargo, existe una predominante y es el factor genético. Habíamos mencionado el mismo factor respecto de la obesidad y aquí la situación es similar. Cuando ambos padres sufren de alergias existe más de un 50 por ciento de probabilidades que el hijo (a) las sufra. Si uno solo de los progenitores es alérgico, las probabilidades bajan a 13 por ciento.

Esto no significa que el hijo (a) será alérgico a los mismos alimentos que su (s) padre (s). Y la manifestación en sí de la alergia podrá ser totalmente diferente. Simplemente lo que heredará será la predisposición a sufrir de alergias, una mayor susceptibilidad a ser víctima de ellas. 

Las alergias nutricionales son la reacción exagerada, anormal, del sistema inmunitario ante elementos que no logra descifrar, reconocer y menos rechazar. Entre estos elementos no solo se encuentran los alimentos en sí sino también los productos químicos utilizados en el ciclo de siembra y cosecha en los campos, lo mismo que los aditivos, colorantes y preservativos empleados para la conservación y almacenaje de los productos industrialmente elaborados.

Estas alergias pueden manifestarse de inmediato. En general, las reacciones más inmediatas suelen ser las de mayor gravedad, las que exigen una atención inmediata en un servicio de urgencias porque ponen en peligro la vida. Son casos en los que se observa dificultad para respirar, pulso acelerado, náuseas y hasta pérdida del conocimiento.

En otros casos, más benignos, las más frecuentes reacciones incluyen:

- Rasquiña
- Dolores abdominales
- Diarrea
- Náuseas y vómito
- Hasta crisis de asma y/o rinitis

Surge una dificultad cuando la alergia no se manifiesta de inmediato. Puede demorar en entre 2 y 72 horas! Otra observación que igualmente crea desconcierto es el hecho de que una persona puede haber consumido en otras ocasiones un alimento determinado sin que se desatara una reacción. Y, sin saber por qué, en cualquier momento, ese alimento produce alergia.

Miremos cuáles son los alimentos que susceptibles de producir más alergias:

- Leche de vaca. Se estima que hasta un 7.5 por ciento de los bebés podrían ser alérgicos a esa leche
- Huevos. Al igual que con la leche, son las proteínas las principales culpables de allí que sea la clara la principal implicada
- Pescados y mariscos (camarones, langostinos, langostas y cangrejos). Capaces de provocar alergias graves
- Frutos secos de los cuales el maní y las nueces del Brasil son los principales  implicados. Les siguen las almendras, pistachos, castañas y semillas como la de la soya
- Las habas verdes
- Cereales de los cuales el principal es el trigo, seguido por el maíz y el arroz.

¿Qué hacer?

El primer paso es convertirse en detective hasta poder identificar el o los productos que le hacen daño. No es fácil sobre todo cuando la alergia demora en manifestarse. Debe ser una labor de investigación minuciosa que puede llevar con mayor eficiencia si tiene una libreta en la que anota todo lo que ha comido en el día. Cuando son productos ya listos, conviene mirar la etiqueta en la que están inscritos los aditivos, colorantes y demás. Por supuesto, el producto culpable habrá de ser eliminado de su mesa.

De todos modos, vale la pena consultar con un médico alergista. Cuando sea posible, él podrá proponerle una terapia de desensibilización: mediante la inoculación durante semanas y meses de dosis ínfimas del alergeno, es posible, como su nombre lo indica, que usted se haga insensible al alergeno.

Si esta terapia no se aplica a su caso, o si usted por cualquier razón decide no seguirla, el médico le formulará los medicamentos apropiados para sobreponerse a las alergias en el momento de la crisis. 
  

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