miércoles, 27 de noviembre de 2013

Intolerancias

Una de mis hermanas sufrió durante años de migrañas. Incapacitantes la mayoría de las veces, inexplicables siempre, como lo son casi todas las migrañas. Hasta el día en que el neurólogo le sugirió que se sometiera a un examen para detectar alguna intolerancia alimenticia. Porque, aunque no sea siempre evidente, pero la comida y las bebidas juegan un papel fundamental en las migrañas.

El resultado fue positivo: mi hermana sufre de intolerancia al arroz y a la vainilla. El arroz! Un alimento tan inofensivo! El segundo cereal más consumido en el mundo! Era increíble. Pero desde que suspendió ambos productos de su dieta, las migrañas desaparecieron.

La intolerancia: ¿Podríamos decir que es un trastorno? No realmente y para explicarlo de alguna manera sencilla se podría decir que es la reacción adversa que tiene un organismo ante la presencia de un alimento, un aditivo o cualquier componente de la alimentación. Muy difícil de detectar sobre todo porque no suele aparecer tan pronto se ingiere y que se presenta con manifestaciones poco específicas que pueden aplicarse a cualquier otra causa.

En una inmensa mayoría de los casos, las intolerancias no tienen consecuencias graves. Sí producen reacciones desagradables, que pueden ser tan incapacitantes como una migraña, pero, en general, no comprometen la vida de una persona. Salvo en un caso en las que sí son de suma gravedad: la enfermedad celíaca desatada por la intolerancia al gluten, y que veremos más adelante.

Así, usted mismo puede estar sufriendo de una intolerancia sin enterarse de ello. Pueden pasar años, quizá la vida, sin que se de cuenta de que un alimento le hace daño Sobre todo porque es difícil sospechar de la culpabilidad de los alimentos cotidianos, tan "inofensivos" como el arroz... Y sin embargo.

Digamos que alergias alimenticias e intolerancias son miembros de una misma familia. Pensemos que son primas. Ambas tienen que ver con la comida, tienen quizá algunos síntomas similares, pero son bien diferentes. Comenzando por el hecho de que las alergias suelen presentarse tan pronto se ingiere el alimento mientras que las intolerancias son de tardía aparición.

Otra diferencia pero que solo los médicos pueden determinar es que el sistema inmunitario actúa en las alergias mas casi nunca en las intolerancias. Estas no se desatan por falta de defensas sino porque el mismo organismo carece de las sustancias requeridas para digerir un alimento. Estas sustancias suelen ser enzimas.

Este es un ejemplo, talvez el más publicitado hoy: la intolerancia a la leche. Cuántas personas la rechazan! Porque les produce malestares estomacales, flatulencia, diarrea. Es más, personas que durante las primeras décadas de sus vidas la soportaron pueden comenzar a no digerirla cuando cumplen 50 ó más años. La razón se centra en la ausencia de la enzima conocida como lactasa sin la cual el sistema digestivo no logra asimilar la lactosa -azúcar de la leche-. Las reacciones pueden igualmente presentarse en presencia de los derivados lácteos aunque son menos frecuentes con el yogur en donde la lactosa se ha modificado gracias al ácido láctico.

Cómo sospechar de una intolerancia? Quizá por algunos síntomas, así no sean específicos:

- Cólicos y malestares digestivos
- Flatulencia
- Diarrea
- Estreñimiento
- Síndrome de colon irritable
- Reflujos
- Cansancio
- Cambios de humor e irritabilidad

Pero la intolerancia no se determina por observación sino mediante exámenes hechos en laboratorios específicos en donde es posible someterse a pruebas. A veces estas pruebas se hacen sobre unas gotas de sangre, otras mediante equipos especiales. En ambos casos se pueden analizar las reacciones inducidas por hasta 500 productos.

Por supuesto, una vez detectados el o los culpables, se hace imprescindible eliminarlos de la dieta cotidiana La intolerancia no se cura aunque puede darse cierta acalmía, cuando el cuerpo ha estado durante largo tiempo sin entrar en contacto con el producto Pero se ha de andar con prudencia y mesura.

Mencionamos la enfermedad celíaca como una de las resultantes graves provocada por una intolerancia, en este caso al gluten. Es una proteína contenida en los cereales más comunes: trigo, avena, cebada, centeno. A plazo largo, la enfermedad llega a producir lesiones en el tracto intestinal, sobre todo en el intestino delgado, dolores nerviosos y en los huesos, hasta fracturas. Así como ocurre con la intolerancia a la leche, en el caso de la intolerancia al gluten se observa la ausencia de la enzima capaz de absorber la proteína. Esta es una predisposición con factores genéticos.

Cuáles son los síntomas?

- Pérdida de peso y apetito
- Anemia
- Cansancio
- Heces de color claro y grasas

¿Qué hacer?

Por supuesto, el primer y más inmediato paso ante los síntomas es consultar con un médico. La enfermedad se puede confirmar mediante una biopsia del intestino delgado. Luego, es obligatorio suspender todos los productos que puedan contener gluten. Estos son incontables y muchas veces insospechados ya que incluyen preparaciones hechas con harina u otro cereal como los pasteles de carne, las leches malteadas, los quesos para untar todas las pastas y espaguetis, los preparados para sopa...

Afortunadamente se encuentran hoy en el mercado numerosos productos exentos de gluten lo que le facilitará la tarea. 

A largo plazo, y si ha padecido la enfermedad durante varios años, es importante que controle cualquier síntoma que haga sospechar de un cáncer de estómago.

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