martes, 12 de noviembre de 2013

Corazoncito valiente

 Gloria Moanack©

Y aquí está el corazón. Una bomba tan grande como el puño de un adulto símbolo de vida y de amor. Vida cuando, a través del bombeo, traslada la sangre llena de oxígeno al resto del cuerpo. Amor, como lo dicen las canciones: el corazón palpita frente al ser amado...

Sí, el corazón eje vital, que se contrae 80 veces por minuto, que, junto con arterias y venas constituye el sistema hidráulico más importante del cuerpo.

Ese corazón exige cuidados para mantenerse fuerte y vigoroso. Mas resulta que el hombre moderno lo está maltratando con demasiada frecuencia. De allí que los accidentes cardiovasculares, los infartos se han convertido en primer causa de muerte en el mundo. Con un agravante: estos accidentes se están registrando con cada vez mayor frecuencia entre mujeres adultas jóvenes. Porque hoy, al igual que los hombres, ellas fuman y toman alcohol sin moderación, viven estresadas y tampoco cuidan su colesterol.

Para mantener un corazón saludable no se requieren grandes esfuerzos. El primer paso es el practicarse exámenes periódicos de laboratorio para controlar los niveles de colesterol (total, HDL y LDL), y de glicemia. Luego, mantenerse vigilantes con la tensión arterial: la hipertensión es gran enemigo asolapado del corazón. Y el exceso de sal es un peligro serio para complicarla.

Luego vienen las atenciones que se deben prestar a la dieta cotidiana. Combatir el exceso de peso y la obesidad, y mantener una alimentación moderada y que contenga todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo y, con él, el corazón.

En términos generales, y como ya lo hemos visto en múltiples ocasiones, las grasas saturadas y los alimentos refinados -tanto azúcares como harinas- no contribuyen a la buena salud y menos aún si se trata del corazón. Luego, ya se dijo, está la sal: disminuirla en toda persona y ojalá eliminarla para quienes están predispuestos o tienen hipertensión arterial.

Aquí, a manera de complemento, se incluyen algunos puntos claves:

1) Moderar el número de calorías y ajustar el consumo a las necesidades de cada persona, teniendo en cuenta variables como el sexo y la edad, y los hábitos de vida (sedentarismo o actividad dinámica de deportes y ejercicios);

2) Consumo con prelación del aceite de oliva seguido por los demás aceites vegetales. Para cocinar se ha de optar por el aceite de canola: es el que mejor mantiene su composición química a altas temperaturas;

3) No al consumo excesivo de proteínas animales. Se recalca de manera especial la necesidad de limitar el consumo de carnes rojas. Darle prelación a las proteínas de origen vegetal combinadas con un cereal;

4) A la hora de comprar y consumir productos lácteos, indispensables para todas las edades, se recomienda seleccionar aquellos que han sido parcial o totalmente descremados. Es igualmente más saludable optar por los quesos frescos y alejarse de los curados o maduros que, por lo general, contienen un alto porcentaje en grasas (hasta 60 por ciento en camembert por ejemplo);

5) Limitar a tres el consumo semanal de yemas de huevo, dando vía libre al consumo de claras consideradas como proteína perfecta;

6) Llevar a mesa todos los días un buen plato de verduras crudas y cocinadas, más cereales. En la variedad está la garantía de recibir todos los nutrientes;

7) Deben incluirse por lo menos 3 frutas diarias. Su consumo cotidiano se ha visto como otro de lo protectores contra el infarto;

8) Una copa de vino rojo es una buena aliada del corazón. Se ha comprobado al observar la dieta mediterránea. Un trago esporádico no es grave mas no puede decirse lo mismo del consumo cotidiano y a veces excesivo;

9) Ni sal ni azúcares refinados. Ninguno es buen consejero ni amigo del corazón;

10) Las etiquetas que están en los empaques son magnífica fuente de información. Allí se pueden detectar cantidades de sal y azúcares no sospechados, proporciones de grasas saturadas, además de saber el número de calorías y la composición del alimento que se compra. Especialmente importante cuando se trata de comidas ya procesadas.

11) Indispensable mantener una rutina de ejercicios y la práctica de deportes;

12) Igualmente indispensable aprovechar el tiempo libre ara actividades gratificantes que ayuden a combatir el estrés.

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